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La niña linda

El énfasis en la belleza física puede tener consecuencias muy negativas

30 de enero de 2022 Por: Carlos E. Climent

Si bien la belleza en sí misma es un don maravilloso, cuando los padres se concentran en resaltar de manera exclusiva el atractivo físico de sus hijos, en especial de las hijas, dicha admiración por la estética puede ir en detrimento de otras condiciones personales.

La niña linda aprende muy pronto que no tiene que hacer mayor esfuerzo para ganarse la atención de los demás, porque todo el que la conoce termina fascinado con sus atributos físicos. Ella crece con la certeza interior de que puede lograr lo que quiera, utilizando su belleza para conquistar a los demás.

Los padres embelesados con tal dechado de atractivos le dan cuerda al asunto sin misericordia: “¿Qué problema tiene que ella sea linda y atraiga a todo el mundo?”.  Mientras es una niña, la fascinación de todo el mundo por su atractivo físico no deja ver sus efectos destructivos muy claramente. Por la obvia predilección de sus padres hacia ella, el problema se centra en los celos y la envidia inconfesables que despierta en sus hermanos y que en secreto se arrastra por años.

Al llegar a su adolescencia logra el mismo trato de todo el mundo, pues la siguen valorando fundamentalmente por lo linda o simpática. En su corta vida empieza a pesar más lo aparente y superficial y esa distorsión es un serio obstáculo para su sano desarrollo emocional. ‘Su realidad’ es el mundo de la fantasía que la hace creerse con derecho a las cosas sin merecerlas, al tiempo que se convierte en dependiente y sumisa, pues sólo tiene que posar y seducir.

A medida que crece, se convierte en un ser caprichoso, inseguro, egoísta, incapaz de tolerar las frustraciones normales de la vida que espera soluciones rápidas a las dificultades. Al tiempo que es incapaz de establecer relaciones que le permitan conocer su propia valía. En esas condiciones de franca desventaja, llega a la edad adulta con la visión falseada de sus poderes y con unas expectativas inalcanzables.

Sus atractivos la llevan muy prematuramente a ser víctima de un acoso por varones, generalmente mayores y más experimentados, deseosos de conquistar a la beldad con el fin de reafirmar su masculinidad. En contraste, sus compañeras criadas con otros principios, tienen más tiempo para lograr un mejor conocimiento de sus propias emociones. Merced a ello entablan amistades más tranquilas que pueden llevar al inicio de relaciones de pareja más saludables.

Las relaciones románticas a las que tiene acceso la niña linda, quiéralo o no, están basadas en el atractivo físico. Resiente que sólo la quieran por lo físico y eso le trasmite una gran inseguridad. Los hombres, así no lo expresen, no se sienten muy seguros con una mujer para quien lo más importante es la belleza. Ello explicaría, por lo menos en parte, la aparente correlación entre mujeres físicamente llamativas y relaciones de pareja fracasadas.

Si los padres fueran capaces de vencer la tentación de dejarse fascinar por la belleza, se darían cuenta de lo negativo que es basar la admiración en aspectos superfluos y harían el énfasis de manera consistente en valores más fundamentales.

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