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La actitud frente al paso de los años

Al llegar a la vejez, muchas personas aceleran su proceso involutivo y se derrumban rápidamente por razón del negativismo ante las circunstancias cambiantes de la vida.

28 de enero de 2023 Por: Carlos E. Climent

Cuando la desesperanza ataca a un viejo lo llena de miedos absurdos

De entre una lista interminable de factores que conducen a un envejecimiento saludable hay que mencionar la suerte de no haber sufrido accidentes, de nacer en un ambiente favorable sin violencia y sin guerras, con una genética que reduce la probabilidad de contraer, entre muchos otros males, un cáncer temprano y agresivo, trastornos endocrinológicos, enfermedades mentales o cardiovasculares.

Los viejos saludables, independientemente de sus limitaciones, cuidan su estado físico, se mantienen activos a pesar de la edad y tienen vínculos fuertes con grupos de apoyo, familiares o amigos con lo cual se preparan para vivir solos. Saben tomarse la vida con calma y como disfrutar de las cosas sencillas. Saben cuándo jubilarse. Tienen la capacidad de amar, gozar de la vida y reírse de sí mismos.

Los afortunados que reúnen los factores favorables mencionados, suelen llegar muy bien a una vejez avanzada, pero les aguarda un obstáculo más a superar, su actitud frente al paso de los años.

Al llegar a la vejez, muchas personas aceleran su proceso involutivo y se derrumban rápidamente por razón del negativismo ante las circunstancias cambiantes de la vida. Su pesimismo solo les permite ver riesgos y peligros en cualquier plan que les propongan y usualmente están sin energías para disfrutar de los eventos más sencillos. Una actitud negativa constante los va alejando de la realidad y de sus seres queridos.

Si bien el envejecimiento es inexorable y no existen fórmulas para evitarlo, las personas que envejecen mejor son las que:

Mantienen consistentemente una actitud mesurada, optimista y flexible ante las diversas circunstancias de la vida.

Aceptan compasivamente sus limitaciones físicas y mentales, como su falta de fuerza o su incapacidad de recordar algunos nombres| y no se obsesionan por ello.

No pierden las “ganas”, simplemente las adaptan a sus capacidades.

Son relativamente independientes, lo cual les permite distraerse y ocuparse sin depender de nadie.

Mantienen una curiosidad permanente por lo nuevo y están siempre abiertas a aprender, en especial de los más jóvenes.

Son generosas, pero no hacen alarde de ello. Su generosidad se manifiesta por el interés genuino en los demás.

Son solidarias y siempre están dispuestas a compartir y ayudar.

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