Articulación y desarrollo regional

El proyecto regional del tren de cercanías Cali–Jamundí–Cali, con un recorrido aproximado de 23,6 kilómetros lineales y con todos los estudios requeridos agotados, ya cuenta con el 30 % del valor total del proyecto, gracias a los aportes económicos de la Gobernación del Valle del Cauca y las alcaldías de Cali y Jamundí.

Es de anotar que dicho proyecto regional de modernización en materia de infraestructura vial fue un compromiso público, en épocas de elecciones, del Gobierno Nacional, así como de los gobiernos departamentales del Valle del Cauca y municipales de Cali y Jamundí.

Esta iniciativa no solo contribuye a consolidar a Cali como ciudad región, sino que beneficiará la movilidad, en condiciones dignas y seguras, de más de 4,5 millones de personas diariamente, entre ellas más de un millón de trabajadores, estudiantes y mujeres cabeza de hogar.

Este importante proyecto regional de transporte movilizará diariamente entre 150 y 170 mil personas, para un total aproximado de 51 millones de pasajeros al año. Contará con 21 estaciones, 11 de las cuales estarán integradas al sistema de transporte masivo de pasajeros MÍO.

Además, generará cerca de catorce mil empleos directos; contribuirá a la reducción de unos 2500, accidentes de tránsito al año y a la disminución de 1,2 millones de toneladas de CO₂. De paso, impulsará que proyectos similares de trenes de cercanías, bajo la figura de “todos ponen”, se emprendan en el futuro, entre ellos el de Cali–Palmira–Yumbo y otros en distintas ciudades de Colombia.

Estas son las razones que justifican los doce billones de pesos que costará el proyecto y los esfuerzos económicos realizados por la Gobernación del Valle del Cauca y las alcaldías de Cali y Jamundí para garantizar el 30 % del valor total.

Sin embargo, la decisión unilateral del presidente Petro, el pasado 7 de noviembre, de no avalar los recursos económicos necesarios por parte de la Nación impide comenzar de manera inmediata la materialización del proyecto. Ningún motivo político o regional puede justificar el retiro, a última hora, del compromiso público del Gobierno Nacional.

Este hecho, que sin duda altera los tiempos previstos, demanda seguir unidos como región y encontrar fuentes de financiación para el 70 % que ahora quedó faltando.

Y como la vida continúa, antes del 30 de junio de 2026 ya habremos elegido al nuevo Presidente de la República. En ese camino, estoy seguro de que, bajo el liderazgo de la señora Gobernadora del Valle del Cauca y de los alcaldes de cada uno de los municipios, empezando por el de Cali, y con el respaldo público de todas las personas que vivimos tanto en la zona urbana como en la rural del Valle del Cauca, deberemos manifestar al nuevo Presidente de la República que necesitamos de su compromiso público e institucional para hacer realidad el tren de cercanías.

Me refiero no solo al tren de cercanías Cali–Jamundí, sino también a la reactivación del tren de carga y pasajeros Cali–Buenaventura; el dragado marítimo en el puerto de Buenaventura; la puesta en funcionamiento del tren de carga y pasajeros en el Valle del Cauca; los trenes modernos de cercanías Cali–Palmira–Yumbo, así como la adecuación técnica que permita incrementar el número de vuelos directos nacionales e internacionales que salen diariamente del aeropuerto internacional Alfonso Bonilla Aragón, sin que necesariamente deban hacer escala primero en Bogotá D.C.

Como exconstituyente y exgobernador del Valle del Cauca, considero que, a fin de evitar que se sigan cometiendo arbitrariedades centralistas como lo sucedido con el tren de cercanías, es preciso escuchar las demandas del pueblo, constituyente primario, para lograr una Colombia menos centralista y con mayor autonomía administrativa y financiera.