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Hermann Stangl | Foto: El País

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Anestesia emocional, ¡no más!

Una clase media muy grande, pero no tan fuerte como se requiere, ya que parece estar anestesiada frente a los riesgos que estamos enfrentando.

31 de marzo de 2024 Por: Hermann Stangl

El discurso del señor Gustavo Petro siempre se ha basado en exasperar los odios entre clases, en decir las cosas a medias y en dividir para ganar. Ahora que ya logró su objetivo de ser presidente, parece que su nuevo propósito es polarizar aún más a los colombianos, hablando por ejemplo de ‘genocidios campesinos’ perpetrados durante pasados gobiernos por el paramilitarismo o el ‘sicariato de la oligarquía’, como lo mencionó en su reciente alocución nacional del pasado miércoles, entre otra gran cantidad de incoherencias que no cabrían en este espacio de opinión.

Finalmente, trata de confundir a las personas menos favorecidas y desinformadas instigándolas en contra de una supuesta ‘gran oligarquía opresora colombiana’ que equipara soterradamente con el empresariado de nuestro país.

En Colombia existen 3,7 millones de microempresas que cuentan máximo hasta con 9 empleados cada una. Más del 90 % de nuestro tejido empresarial son micros y pequeñas empresas. Todos los empresarios trabajamos arduamente para hacer realidad nuestros sueños, generando una fuerza centrífuga social y económica que llega a todos los sectores, pagando salarios, prestaciones sociales, proveedores, créditos, intereses, realizando inversiones y cumpliendo con una alta carga tributaria, sin la cual el gobierno carecería de recursos para su operación.

¿Es lógico entonces afirmar que exista en Colombia una gran oligarquía controladora de casi todo el acontecer nacional? Si existe, como en todos los países capitalistas del mundo, un importante número de familias con representativos activos económicos, fruto de la tierra, los recursos y el trabajo de ellos y de sus anteriores generaciones, que continúan hasta ahora generando empleo y contribuyendo al desarrollo sostenible de sus países, pero no una oligarquía explotadora como el actual gobierno nos lo quiere mostrar.

Paradójicamente, donde si existe actualmente una oligarquía privilegiada y controladora es en Venezuela, a costa del empobrecimiento progresivo y sistemático que ha padecido nuestro vecino país durante las últimas dos décadas, basado en arquetipos y modelos similares a los que pretende implementar nuestro actual gobierno.

Lo que sí tiene Colombia es una clase media muy representativa. Si sumamos los colombianos de los estratos 2, 3, 4 y 5, llegamos a un porcentaje superior al 75 % de la población nacional. Una clase media muy grande, pero no tan fuerte como se requiere, ya que parece estar anestesiada frente a los riesgos que estamos enfrentando.

Así como Petro convoca en cadena nacional a movilizar millones de personas buscando un ‘poder constituyente campesino’, todas las micro y pequeñas empresas, que representamos más del 90 % del empresariado nacional, debemos explicarles a nuestros colaboradores todos los riesgos y las consecuencias a las que nos enfrentaríamos en caso de permitir una constituyente, de manera abierta y directa, sin ningún tipo de sesgo político, solo desde la lógica, la viabilidad económica y la razón.

Los resultados del gobierno de Gustavo Petro, en términos económicos, no han sido positivos; prueba de ello es el aumento del desempleo a febrero de 2024. Clase media (75 %+), micros y pequeños empresarios (90 %+).

Por favor, ¡salgamos de ese estado de anestesia emocional en que nos encontramos y actuemos ya!

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