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Política y futuro deseable

Esta Coalición se ha puesto de acuerdo, previa una consulta en marzo, para que salga un solo candidato a la Presidencia. Se espera, en mi consideración, que esté acompañado por una candidata a la vicepresidencia.

4 de enero de 2022 Por: Álvaro Guzmán Barney

El primer semestre del nuevo año estará permeado por la dinámica política electoral. El segundo, por la necesaria puesta en marcha de profundas reformas, aplazadas, enmarcadas en temas de política pública que contrarresten la pobreza, la desigualdad y el desempleo; que tomen en serio la necesidad de profundizar los Acuerdos de Paz y se propongan la convivencia y la seguridad ciudadanas.

Habrá que repensar la salud y la educación postcovid, tal vez considerando para entonces la inmunidad de rebaño. La reforma pensional no da espera y los temas ambientales no se deben abordar con promesas populistas, sino con hechos que contrarresten, por ejemplo, la deforestación tan preocupante en los últimos años. Es deseable que se contribuya con una política efectiva, fundada en alianzas internacionales, que contenga el narcotráfico, la real pandemia colombiana ya por décadas.

En cuanto a la dinámica política, es deseable que la mayoría de los ciudadanos se aparte de apoyar la polarización extrema, a la izquierda o a la derecha, signada por el odio y el interés en la apropiación particular y privada del Estado. Esta polarización se apoya en posiciones autoritarias y personalistas, en ocasiones a través de terceras personas, que recuerdan rasgos del fascismo con su delirio por perpetuarse en el poder.

Afortunadamente, las alternativas polarizadas no son las únicas en la oferta electoral: hay una ‘Coalición Centro de la Esperanza’ que es producto de y recoge una tradición que también existe en Colombia, de compromiso con el Estado de Derecho, el fortalecimiento de su institucionalidad y el respeto a las reglas democráticas, en especial los derechos a la oposición y a la alternancia en el poder.

Es una coalición en defensa del interés público, por fuera de las ambiciones y los intereses particulares. Esta Coalición se ha puesto de acuerdo, previa una consulta en marzo, para que salga un solo candidato a la Presidencia. Se espera, en mi consideración, que esté acompañado por una candidata a la vicepresidencia.

En la Coalición no hay asomos de corrupción, ni de politiquería, ni de populismo autoritario, de derecha o de izquierda. Paradójicamente, se ha tildado de tibios o indefinidos a sus miembros con sus propuestas de ‘Centro’, pero son ellos quienes han pensado mejor y colectivamente las profundas reformas necesarias, ofreciendo hacerlas sin sobresaltos y de manera planificada y organizada. Seguramente son quienes pueden escuchar planteamientos como los de la carta suscrita por importantes economistas allegados a Fedesarrollo, o los pertinentes de José Antonio Ocampo, en su artículo en El Tiempo.

Quienes salgan elegidos tienen entonces una dura tarea que requiere nutrirse de un ‘relato’ que facilite transitar hacia una nueva época. Aquí va a ser fundamental el informe de la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la no Repetición, coordinada por el padre Francisco De Roux. Como abrebocas, la Comisión publicó, a finales de 2020, una serie de cuadernillos sobre conceptos como el perdón, la solidaridad, la comunicación, la diversidad, el respeto, la confianza, la responsabilidad, el territorio, la resiliencia, la incertidumbre, la dignidad, el Acuerdo y el fanatismo.

Recomiendo esta serie de cuadernillos a los que se puede tener acceso por internet. Hay que difundir esta publicación y hacer pedagogía con ella, en todos los lugares y niveles de la sociedad colombiana. No lo proponen nuestros economistas, pero de lo que se trata también es de difundir ideas propias de una cultura política democrática y consolidar perspectivas que permitan hacer transición y entrar en un nuevo período para la sociedad. Hay que contribuir con un ‘relato’ que construya futuro que no se fundamente en el odio al contrario e incentive la violencia.