Con firmeza y tranquilidad
Por esta razón, me alejo de las fuerzas políticas polarizadas, especialmente las agrupadas en el Pacto Histórico y en el Centro Democrático.
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1 de mar de 2022, 11:40 p. m.
Actualizado el 18 de may de 2023, 04:56 a. m.
Vivimos en un período de transición conflictiva, por la hegemonía en el orden mundial y en Colombia, por el paso de una sociedad dividida por el conflicto armado a una sociedad más civilizada. El interés de mediano plazo, en Colombia, está en lograr la paz y la convivencia, el bienestar de los ciudadanos y la sostenibilidad ambiental. Para lograr estos objetivos se requieren reformas de fondo que se han aplazado por lustros.
Es importante que se lleven a cabo de manera reflexiva y planificada, lideradas con firmeza y tranquilidad por una fuerza política amplia que apoye y fortalezca la institucionalidad de un Estado liberal y democrático con vocación social.
Por esta razón, me alejo de las fuerzas políticas polarizadas, especialmente las agrupadas en el Pacto Histórico y en el Centro Democrático. El Pacto Histórico tiene temas programáticos válidos como el ambiental, pero que se inscriben en el ejercicio político de un caudillo autoritario que no ha tenido la mejor trayectoria en el gobierno del Estado y del cual no se puede esperar lo que la sociedad colombiana requiere: orden y calma en el ejercicio del poder.
Pero también me alejo de la posible continuidad del Centro Democrático. El Gobierno que está terminando tiene muy poco que mostrar, en la ejecución de los acuerdos de paz que quiso sabotear desde el principio, en las relaciones internacionales fallidas, especialmente con Venezuela, en la promoción de una reforma tributaria que desencadenó un descontento social que paralizó el país, en una política de defensa ambiental de palabra, frente a la deforestación sin freno de la Amazonia, en la defensa de la vida de tantos líderes sociales o personas que dejaron las armas, en mostrar resultados sobre la corrupción en el mismo gobierno.
Me inclino entonces por apoyar las fuerzas políticas del centro que buscan las reformas de fondo e inaplazables que requiere la sociedad colombiana de manera reflexiva, planificada y organizada, agrupadas en la coalición Centro Esperanza.
Mi voto para el Senado será por Humberto de la Calle. Ha demostrado su talante de estadista liberal y demócrata en varias oportunidades, especialmente cuando participó como Ministro de Gobierno en la Constitución del 91 y como representante del Presidente en los Acuerdos de Paz de la Habana con las Farc. Ha demostrado su honestidad y su criterio ético, por ejemplo cuando declinó la vicepresidencia de la República en el Gobierno de Samper. Tiene una edad considerable, pero es joven de espíritu.
Mi voto para la Cámara será por Duvalier Sánchez, joven de la Alianza Verde que tiene ya alguna trayectoria, especialmente en Jamundí.
Propone una política de la felicidad y se declara defensor de la vida, natural, animal y humana. A su cultura de la ‘bici’, bien puede adicionarle la defensa del transporte público y de los peatones.
Mi voto por un candidato de la coalición para la Presidencia será por Sergio Fajardo. Es cierto que la coalición mostró fisuras, pero ante todo con quienes se vincularon recientemente. Fajardo muestra trayectoria y resultados como Gobernador y como Alcalde. Cuando ha sido cuestionado ha dado la cara para responder en derecho los cuestionamientos, bastante orientados a impedir su candidatura. Se opone a las confrontaciones personalistas. Promueve la educación, el diálogo y la organización de la sociedad y de la policía para la seguridad ciudadana.
Es deseable que la transición colombiana, después de cincuenta años de conflicto armado que aún perdura y se alimenta del narcotráfico, pueda llevarse a cabo con un gobierno que confronte los grandes problemas nacionales con el apoyo del conocimiento, de la educación y de la organización ciudadanas.

Sociólogo de la Universidad Javeriana, M.A. y Ph.D. en Sociología de la Facultad de Graduados del New School for Social Research, Nueva York. Profesor del Departamento de Ciencas Sociales de la Universidad del Valle. Escribe en el periódico desde 1998.
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