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Patrimonio ciudadano

Su objeto social primordial es proveer de energía, agua y alcantarillado, y comunicaciones a los residentes de la ciudad, sin que su crecimiento esté necesariamente limitado por su geografía

3 de agosto de 2021 Por: Alfredo Carvajal Sinisterra

Hablando en términos económicos, el patrimonio de los ciudadanos de los bienes públicos corresponde a lo tangible, susceptible de cuantificarse. Sin duda, existen otros que poseen un valor apreciable pero difícil de cuantificar de manera concreta, como la cultura, las tradiciones y sus costumbres, el espíritu cívico, etc.

Me referiré a uno en particular, las Empresas Municipales de Cali, que a través de su existencia ha acumulado inversiones, para el beneficio y el disfrute de sus habitantes. Al alcalde Ospina le corresponde velar para salvaguardar e incrementar este patrimonio.

Su objeto social primordial es proveer de energía, agua y alcantarillado, y comunicaciones a los residentes de la ciudad, sin que su crecimiento esté necesariamente limitado por su geografía. Pues bien, la oferta de servicios se ha deteriorado en las últimas décadas, considerando los cambios naturales de las demandadas en estas tres actividades. Además, se ha perdido la oportunidad de crecer y ser más competitiva.

El suministro de energía deja mucho que desear. Con frecuencia se suspende, lo cual no solo incomoda, también perjudica la actividad normal de la vida ciudadana. De no poca monta son los daños que ocasiona a los implementos eléctricos como neveras, lavadoras, televisores, etc. La distribución de la energía carece de un mantenimiento adecuado, los cables son aéreos, sujetos a los avatares de la intemperie, vivimos bajo una telaraña que afecta la visibilidad y la estética. Nunca se ha iniciado un plan para enterrar los cables de energía, ni los que se utilizan para las comunicaciones. Las únicas plantas generadoras de energía se construyeron hace un siglo en el río Cali. No se le ha ocurrido incursionar en el suministro de energía limpia, este mercado está siendo captado por otras empresas, no obstante operar en un lugar privilegiado para producir energía solar.

En el suministro del agua existen fugas elevadas, financiadas por los clientes a quienes les facturan. Cuando el río Cauca trae mucha turbiedad, lo cual ocurre con frecuencia, se interrumpe el abastecimiento en parte de la ciudad. Existen varios proyectos. Aún no se ha definido la solución definitiva para el próximo futuro.

Ni que hablar del componente de las comunicaciones. Desde hace muchos años pierde cuantías considerables. Se desaprovechó la oportunidad de venderlo o asociarse, como lo hicieron otras empresas públicas, debido a una oposición férrea de su sindicato. Se aceptó su determinación, afectando considerablemente el patrimonio del resto de ciudadanos, pobres y ricos.

Ahora, a pesar de que es una empresa que se está marchitando, ignorando la oportunidad de crecer en sus tres importantes frentes económicos, solicitó ampliar su objeto social para incursionar en el mantenimiento de vías. Uno se pregunta: ¿Para qué existe entonces la Secretaría de Infraestructura? ¿Cuál es el propósito de asignarle más obligaciones a las ineficientes Empresas Municipales?

Otras empresas públicas como las de Bogotá y Medellín se han asociado con empresas privadas, así han fortalecido su misión e incrementado su rentabilidad. Su futuro luce promisorio, pero aquí continuamos mirándonos el ombligo.

Por qué no se dan a conocer periódicamente los estados financieros de Emcali, al igual que las empresas privadas, si sus dueños son los ciudadanos.