Anclados en el pasado

Los cambios son necesarios, pero respetando la democracia y la libertad.

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10 de may de 2022, 11:50 p. m.

Actualizado el 18 de may de 2023, 04:58 a. m.

Me refiero a los atavismos políticos que han prevalecido en Latinoamérica y de los cuales Colombia no se escapa. Parece que nos encontráramos como corcho en remolino. Hace 50 años nuestro desarrollo era equivalente al de Corea del Sur y al de Singapur, hoy sus ingresos per cápita son US$ 31.500 y US$ 59.800 respectivamente y el nuestro solo alcanza US$ 5.333.

Después de la Segunda Guerra Mundial, Argentina era considerada de los países más ricos del mundo, hoy su ingreso per cápita es solamente US$ 8.442. En su agenda política continúa gravitando el peronismo, una ideología caduca. Ni qué hablar de Venezuela, el país más próspero de nuestro continente. Hoy expulsa sus habitantes. La odiada moneda de los EE.UU. circula sustituyendo el bolívar ‘fuerte’, invento de Chávez, quien además impuso el socialismo del Siglo XXI, el cual dio origen a las altas tasas de pobreza que hoy padecen. Ambas ideologías se inspiraron en políticas fracasadas. Imposible dejar de mencionar a Cuba, gobernado por los hermanos Castro y sus allegados durante 60 años. El bienestar de sus habitantes es paupérrimo. En una época fue el país más rico de Latinoamérica.

En Colombia nos encontramos en medio de unas reñidas elecciones y gran parte de las discusiones aluden al pasado. El candidato Fajardo acusa a Federico de recibir supuesto respaldo del expresidente Uribe. Lo más insólito ocurrió recientemente. El expresidente Ernesto Samper, beneficiario de las generosas contribuciones del cartel de Cali, acusó al candidato Gutiérrez de haber tenido contacto con el cartel de Medellín. ¡Qué cinismo!

El Pacto Histórico que pregona insistentemente el cambio, no obstante incluyó en la lista de su senado a Piedad Córdoba, Roy Barreras, Gustavo Bolívar y Alexander López, veteranos parlamentarios, con pasados dudosos.

Gustavo Bolívar y Alexander López respaldaron las manifestaciones de hace un año en Cali, lo cual es lícito, pero se hicieron los de la vista gorda con el vandalismo y la destrucción que se llevó a cabo en la ciudad.

Recuerdo una reunión cuando el liberal Roy me abordó. Pretendió convencerme de la conveniencia de reelegir a Álvaro Uribe, quien había realizado un excelente primer período presidencial. Soy poco amigo de las reelecciones inmediatas. ‘Nunca segundas partes son buenas’; con mayor razón la perpetuidad, sinónimo de dictadura.

Luego se convirtió en su enemigo; participó en el proceso de paz y prohijó la reelección de Santos. Militó en el partido de la U. Ahora funge como adalid del Pacto Histórico. Su transfuguismo genera profunda desconfianza.

Deberíamos concentrarnos en el porvenir, para juntos construir un país atractivo e incluyente, sin odios ni posverdades, eso sí, con genuina transparencia.

El candidato que más ha insistido que miremos hacia el futuro, sin injurias o insultos, ha sido Federico Gutiérrez, quien también ha manifestado reiterativamente que nos debemos unir en lugar de difamarnos unos a otros. Su blanco ha sido Petro, ante el inminente riesgo de que el cambio que pretende sea hacia el modelo chavista, pues sus retóricas opiniones así lo indican.

Lo fundamental es construir el progreso, tomando las medidas más convenientes y efectivas para acelerar la movilidad social y la equidad. Los cambios son necesarios, pero respetando la democracia y la libertad.

Economista de profesión. Empresario con experiencia en el sector público y privado. Columnista de El País desde hace varios años.

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