Sin tanta confianza
Para Petro la tarea es un poco más compleja, pues si bien tiene una trayectoria de lucha en la defensa del cambio, su campaña se enfrascó en satanizar a Uribe y limitar todos los problemas del país a la relación que estos tienen con Uribe.
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5 de jun de 2022, 11:55 p. m.
Actualizado el 18 de may de 2023, 04:48 a. m.
Los resultados electorales del 29 de mayo dejaron muy claro el deseo de cambio que tiene nuestra sociedad. Los grandes derrotados fueron los partidos políticos tradicionales que apostaron por alguno de los candidatos perdedores. Esto demuestra nuevamente una de las fracturas más grande que tiene nuestra democracia. La desconexión de los partidos políticos con los ciudadanos.
La incertidumbre que hoy muchos podemos sentir frente al futuro, está dada precisamente por esa ausencia de representatividad de los partidos. Hoy, ad portas de la segunda vuelta, no sabemos con certeza cuáles son los ideales que Petro y el ingeniero defienden y hasta dónde quieren cambiar la estructura de sociedad que hoy tenemos.
Cada uno de los candidatos está en una carrera contrarreloj por lograr construir confianza en el electorado. Pareciera que esta tarea le está quedando más fácil a Rodolfo Hernández, pues su campaña no apela a la división, ofensa y generación de rabia. Se basa en conectar con el electorado sobre una plataforma muy básica en la que todos estamos de acuerdo, la lucha contra la corrupción.
Para Petro la tarea es un poco más compleja, pues si bien tiene una trayectoria de lucha en la defensa del cambio, su campaña se enfrascó en satanizar a Uribe y limitar todos los problemas del país a la relación que estos tienen con Uribe. Ese grado de simplificación del discurso caló rápido y le dio frutos electorales, pero hoy cuando el partido de Uribe como todos los otros se quedaron sin candidato, el discurso se desgastó.
Si bien los partidos tradicionales y alianzas parecen moderar un poco el discurso de cambio propuesto por Petro, ya vimos en la primera vuelta que la gente no les cree.
Por el contrario, Rodolfo Hernández debería capitalizar esto para reforzar que su propuesta sí es el cambio, y no la de Petro en donde están los mismos de siempre.
Creo que Petro no logrará generar confianza con sus nuevos aliados y nuevo discurso. Permanentemente nos genera la incertidumbre de no saber cuál es el Petro que nos va a gobernar. El que va a democratizar, o el que invita a su contrincante a hacer una gran alianza.
Sin embargo, hay una gran amenaza para lograr la consolidación de las aspiraciones presidenciales del ingeniero Hernández. Su elección está en nuestras manos. La votación el próximo 19 de junio debe ser masiva. El mayor riesgo que hoy tenemos quienes vemos a Petro como una amenaza es la confianza. Si bien las matemáticas no fallan y Petro pareciera tener un techo, es fundamental que la abstención no nos juegue una mala pasada.
Creer que el ‘movimiento antipetrista’ es de 11 millones de colombianos y que entonces el ingeniero la tiene fácil es muy peligroso. Si asumimos que Petro tiene 8,5 millones de votos, y que este es su techo, la forma en que lograría ser presidente sería si no salimos a votar más de 16 millones de colombianos. Igualmente, el voto en blanco jugará un factor importante pues de manera práctica es un voto que en segunda vuelta no cuenta y terminan favoreciendo a Petro. Esto lo saben en su campaña y son los más interesados en promoverlo bajo cuerda.
Mi invitación es a no confiarnos, a darle a esta elección la importancia que se merece. De verdad dejemos la salida del puente festivo para los próximos que se vienen y no nos dejemos convencer que el voto en blanco es una opción, a pesar de que soy consciente que estamos ante dos alternativas que producen incertidumbre. No hay que confiarse.

Economista de la Universidad Javeriana con MBA de Babson College. Se ha desempeñado en cargos directivos en el sector financiero, gobierno municipal y entidades sin animo de lucro.
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