Anarquía

Necesitamos que nuestros líderes propongan soluciones rápidas para que el Estado y sus instituciones recobren el respeto de todos sus ciudadanos

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13 de sept de 2020, 11:55 p. m.

Actualizado el 24 de abr de 2023, 05:41 p. m.

Los acontecimientos de la semana pasada merecen una reflexión profunda sobre dos temas que , aunque diferentes en su naturaleza, generaron fuertes lazos y hoy en nuestras discusiones cotidianas queda difícil o casi imposible desligarlos. Los excesos policiales y la reacción vandálica de las fuerzas anárquicas.

La muerte de un civil a manos de la autoridad, en este caso la Policía, siempre será un hecho qué lamentar y más cuando el civil se encuentra en estado de indefensión o parcialmente sometido. Siempre se pretenderá mostrar un Estado con muchísima fuerza en armas, que genere efectos disuasivos, para de esta forma evitar al máximo el uso de las mismas. Es por esto que situaciones como las ocurridas el pasado miércoles en Bogotá con el señor Javier Ordóñez generan repudio y conmoción.

Muchas personas han salido a reclamar reformas de fondo a la Policía Nacional como consecuencia de estos hechos. Si bien es cierto que las instituciones deben cambiar para adaptarse a las realidades también cambiantes de nuestra sociedad, dichas reformas deben ser analizadas con criterio y por fuera del hervor de los hechos coyunturales.

Solo a modo de ejemplo analicemos la propuesta de poner a depender a la Policía del Ministerio de Interior en lugar del Ministerio de Defensa como ocurre hoy. En un país como Colombia donde el Ejército se encuentra con presencia en muchos territorios, los cruces entre Policía y Ejército son innumerables. Hoy esos encuentros son dirimidos por el jefe de ambos, el Ministro de Defensa. En caso de cambiar la dependencia de la Policía los choques deberían ser resueltos por el Presidente. Una tarea muy administrativa y de gran desgaste para la cabeza máxima del Ejecutivo. Seguro hay más propuestas e igualmente válidas, mi llamado es a analizarlas con cabeza fría y en busca de tener una institución eficiente y cercana al ciudadano.

Pasando al otro tema conexo a la muerte del señor Ordóñez, fueron las manifestaciones de ciudadanos que muy rápidamente fueron sustituidos por vándalos arropados bajo la excusa de un Estado lejano, que no entiende ni satisface sus necesidades. Estos delincuentes se escudan en la fuerza de una autoridad que abusa de su poder y su derecho a la protesta, pero en realidad solo generan destrozos. Si bien estos hechos desvirtúan la protesta, no eliminan ni borran la existencia de los problemas sobre la cuales se excusan los vándalos para sacar provecho de sus fechorías.

Los vándalos no tenían hambre, pues cuando violentaron el Carulla de San Fernando se habrían robado la comida y no el trago como efectivamente ocurrió. Esto no quiere decir que en nuestra ciudad no haya familias pasando grandes dificultades y seguramente hambre. Necesitamos que nuestros líderes propongan soluciones rápidas para que el Estado y sus instituciones recobren el respeto de todos sus ciudadanos. Solamente con instituciones que cumplen los mandatos se logra el respeto. Con un aparato judicial que imparta justicia, con una Policía que brinde seguridad, con un sistema de salud que prevenga la enfermedad y con un sistema educativo que eduque y no adoctrine.

De no producirse estos cambios de fondo rápido estamos condenados a vivir en un país de anarquía.

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PD. No puedo dejar de condenar las amenazas de las cuales ha sido víctima nuestra concejal Diana Carolina Rojas tras sus actuaciones en defensa de la propiedad privada y pública de los invasores profesionales.

Economista de la Universidad Javeriana con MBA de Babson College. Se ha desempeñado en cargos directivos en el sector financiero, gobierno municipal y entidades sin animo de lucro.

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