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Reflexiones cristianas

Estamos terminando la época de Cuaresma que es primordialmente preparación para la...

16 de abril de 2011 Por: Alfonso Ocampo Londoño

Estamos terminando la época de Cuaresma que es primordialmente preparación para la Semana Santa. Esta es una época de meditación sobre el significado de la vida, agonía y muerte de Cristo Jesús quien revive la redención humana y que al final con su resurrección el mundo cristiano estalla en sublime alegría de triunfo al probarse la divinidad del Hombre Dios.La vida de Jesucristo es ejemplo para todos los hombres, no sólo para los cristianos. Para estos tiene el significado trascendente de un Dios que humildemente se convirtió en hombre para no sólo redimirnos, sino también para servir de modelo de una vida en la que se integran el amor y el trabajo con el espíritu. Desde ese momento el hombre debe comprender que todos los actos de la vida pueden conducir a la santidad y el cuerpo humano dejó de ser mero obstáculo para convertirse en un santuario donde habita Dios.El domingo último de la cuaresma nos planteó la resurrección de Lázaro y las palabras de Jesús a sus hermanas, a quienes les dijo que resucitaría. Ellas respondieron que sería al final del mundo y él contestó: “El que cree en mí aunque hubiere muerto vivirá”.Los cristianos, si lo somos realmente, debemos comprender que todo acto hecho por amor a los demás santifica a sí mismo y a todo el género humano y que por las obras materiales se puede también alcanzar la perfección como nos lo enseñó Jesús.La unidad de la vida cristiana es la correspondencia entre lo que se piensa espiritualmente y la manera de actuar personalmente en la familia y en la sociedad. Esto es lo que debemos procurar en el futuro. Una existencia en la que el amor a Dios y a los demás, sea lo que la impulse y la guíe, pues esta es la enseñanza mayor de Jesucristo en su propia vida y la de su doctrina. Pero vivir cristianamente no significa una sumisión contemplativa, sino también para que todos tengamos una vida digna; disminuir las desigualdades; no acaparar por el placer de hacerlo, el dinero y las cosas necesarias a otros; no someter a los demás, pero tampoco aceptar las doctrinas materialistas que se están adueñando de las clases bajas y están tratando de adoctrinar a la juventud y los maestros, como a veces se ve en algunas escuelas y centros superiores y universitarios.Cristianismo es acuerdo entre lo espiritual y lo material, pero con la dirección de lo primero. Es la lucha por cumplir el deber en la mejor forma posible y ayudar a los demás a cumplir su misión en la vida y mejorar la sociedad. Si no es así, no es verdadero cristianismo y la encarnación de Jesucristo, su vida, pasión, muerte y resurrección, no tendría valor para la humanidad. En esta semana debemos hacer el propósito de que nuestra vida material y espiritual sea una sola. Pidámosle ésto a Dios muy especialmente en estos días santos.