Alborada de la fiesta
Después del último fogonazo de las guerras de Independencia del país, nada se volvió a saber por más de 70 años de los festejos taurinos con que acostumbraban los pueblos de la cuenca hidrográfica del río Cauca celebrar.
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8 de dic de 2020, 11:35 p. m.
Actualizado el 24 de may de 2023, 12:44 a. m.
Después del último fogonazo de las guerras de Independencia del país, nada se volvió a saber por más de 70 años de los festejos taurinos con que acostumbraban los pueblos de la cuenca hidrográfica del río Cauca celebrar los acontecimientos reales de la península, tales como la jura real, nacimiento principesco, boda regia, con cerramientos de la plaza principal de cada pueblo, para dar los festejos que perduraron a lo largo de la historia a la manera criolla con pólvora, música, mojigangas, juegos de cañas y toros. Todo rociado de manera generosa con el aguardiente embellecedor y ‘chispas’ buscapleitos, cosechados de guarapos de las mejores suertes de cañas regionales.
Había pasado más de un siglo desde cuando Sebastián de Belalcázar trajo las primeras simientes bovinas al valle geográfico del río Cauca y estas reses ya montaraces se enseñoreaban de los llanos de Cañasgordas y Sachamate por los lados de Cali y en los de El Pindo y Vilela en jurisdicción de Llanogrande -hoy Palmira- de donde eran llevadas a dos rejos, las más ariscas y remontadas, hasta las plazas para los jolgorios.
Así se divertían nuestros mayores en fiestas memorables hasta cuando sucedió el conflicto independentista. Después silencio. Nada que oliera a chapetón. Pero el mundo siguió su marcha y con él la fiesta brava en España, que alcanzó niveles no sospechados: se multiplicaron las plazas de toros, se perfeccionó el toro de lidia y las ganaderías se reprodujeron cual colmenas; la técnica de la lidia alcanzó rangos de ciencia y la sociología la elevó a niveles de arte.
En tanto todo por acá permaneció estático hasta que algunos toreros españoles llegaron peinando coleta a Cartagena donde dieron varios festejos al estilo español de ese momento en plazas improvisadas. A pesar del doloroso y lógico rescoldo restante después de la liberación patria, los coletudos españoles avanzaron hasta Bogotá donde lidiaron toros ‘tigreros’ arreados a caballo en 1890, desde los llanos de Honda, pues todavía no aparecía el ferrocarril ni el parque automotor.
Por los lados del sur otros diestros españoles que provenían de Lima donde habían toreado, se atrevieron a entrar por el puerto de Buenaventura en busca de Cali, para dar también el primer festejo en la Sultana dos años después del ocurrido en Bogotá. Se trataba del diestro español Tomás Parrondo ‘Manchao’, acompañado de varios alternantes quienes lidiaron en la plaza de madera levantada en la Plaza de Armas, cercana al actual Paseo Bolívar su primera corrida al mejor estilo español el domingo 25 de septiembre de 1892. Fue una fiesta de “órdago a la grande”, como la definió el periodista taurino de la tierra, Jesús María Bonilla y Mejías ‘Machaquito’.
En 1897, en Palmira hay revuelo con el anuncio de la llegada de toreros españoles para su primera corrida al mejor estilo ibérico de la época, después de la Independencia. Por eso el alborozo de los palmiranos al conocer la noticia. Tres toreros hicieron su presencia en la plaza construida con esterilla de guadua, que después ocupó el Asilo de Indigentes. Los protagonistas de coleta y montera respondían a los nombres de Abel Flores ‘Canario’, José Yurbis ‘Rubio’ y José Macedo ‘Pepete’.
Con Medellín que dio su primera corrida en 1895, se ajustó el cartel de las 5 plazas en que durante 40 años se cumpliría históricamente la fiesta brava en Colombia.
Aquellas fiestas de toros, tenían un mismo corte. Alternaban plazas de madera y de guadua en una sucesión tal que es imposible determinar cuántas construyeron. Los alternantes en cada festejo eran los mismos ajustados para Cartagena, Bogotá, Cali, Medellín o Palmira. Solo diferían por el ganado criollo de los ‘Cerrados’ de cada región.

Médico Veterinario y Zootecnista especialista en ganado mayor. Presidente por 10 años de la Fundación Zoológico de Cali y miembro fundador. Columnista del diario "El País de Cali" por 30 años.
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