No se ha acusado a los espías británicos de torturar a los detenidos, pero estos alegan que los funcionarios de ese país infringieron las leyes internacionales, ya que sabían de los abusos y no hicieron nada para detenerlos.
"Los arrestos no se llevan cabo sobre bases sectarias, pertenencias políticas o de otro tipo como algunos sectores insinúan, sino por las pruebas que condenan a la persona, sin discriminación", aseguró Nuri Al Maliki en un comunicado.