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Trump aumenta la presión sobre Maduro: diálogos secretos, posible exilio y futuro incierto de Venezuela
Presiones del gobierno de Donald Trump podrían abrir la puerta a una negociación para que haya una transición en el vecino país.
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17 de nov de 2025, 11:14 a. m.
Actualizado el 17 de nov de 2025, 11:14 a. m.
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Luego de suceder a Hugo Chávez al frente del vecino país en 2013, y de haberse autoproclamado ganador de las elecciones presidenciales celebradas en julio de 2024, Nicolás Maduro estaría considerando la opción de dejar el cargo, debido a las presiones que ha ejercido el Gobierno de los Estados Unidos durante las últimas semanas.
Según se ha conocido, representantes de Donald Trump estarían adelantando diálogos con el régimen venezolano para buscar un escenario que permita la salida del chavista.
Algunas de las condiciones que estaría poniendo Maduro para ello serían la garantía de un exilio seguro en un país tercero y que se retiren las recompensas que pesan sobre sus hombros actualmente.
Pero, ¿realmente sería posible una transición? Según Juan Nicolás Garzón, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de La Sabana, para entender el escenario actual en el que se encuentra el Gobernante venezolano es necesario tener en cuenta los ejercicios militares que los Estados Unidos han venido realizando en aguas del Caribe desde septiembre pasado.

A pesar de esto, opina que una acción militar directa sobre suelo del vecino país es muy poco probable, debido a las repercusiones políticas, económicas y tácticas que esto tendría.
“Eso es probablemente parte de una estrategia con la que los Estados Unidos busca abrirle un espacio al régimen de Maduro para una salida concertada, dado ese nivel de presión”, opina el docente.
Esta presión, por parte de la Casa Blanca, se hizo evidente luego de que el pasado 15 de octubre se conoció que el presidente Trump habría autorizado operaciones encubiertas de la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés) en territorio venezolano.
El Mandatario estadounidense se dijo entonces que estaba considerando realizar ataques terrestres contra cárteles de Venezuela.
“Ciertamente, estamos pensando ahora en la tierra, porque ya tenemos bien controlado el mar”, declaró en relación con las acciones militares en contra de embarcaciones que supuestamente estarían transportando drogas hacia Norteamérica.
Este hecho tomó más fuerza luego de que el medio de comunicación CBS News asegurara que altos mandos estadounidenses le habrían presentado a Trump opciones de ataques terrestres en Caracas.
Dicha reunión se habría dado en la Casa Blanca y en ella habrían participado el secretario de guerra de EE. UU., Pete Hegseth, y el jefe del Estado Mayor Conjunto, Dan Caine.
Pese a la inminencia de un posible ataque militar en Venezuela, semanas atrás la vicepresidenta del vecino país, Delsy Rodríguez, habría desmentido tales diálogos con Washington, como consecuencia de dicha presión.
“¡Fake! Otro medio que se suma al basural de la guerra sicológica contra el pueblo venezolano. No tienen ética ni moral, y favorecen exclusivamente la mentira y la carroña”, dijo la funcionaria en Telegram.

Se refería al diario estadounidense Miami Herald, que había señalado que la Vicepresidenta y su hermano, Jorge Rodríguez, intentaron negociar con la Casa Blanca la salida de Maduro del Palacio de Miraflores, a cambio de que ellos se quedaran en el poder.
Según el periódico, los hermanos supuestamente argumentaban que son libres de señalamientos de narcotráfico. “La revolución bolivariana cuenta con un alto mando político militar compacto y unido en torno a la voluntad del pueblo”, añadió la funcionaria, quien luego compartió una foto junto a al Mandatario chavista con la leyenda: “Juntos y unidos con el presidente Maduro”.
Estos rumores, según Enrique Serrano, profesor de la Facultad de Estudios Internacionales, Políticos y Urbanos de la Universidad del Rosario, son la punta del iceberg de la precaria situación geopolítica en la que se encuentra el régimen chavista en la actualidad, pues, más allá de las recientes presiones ejercidas por Washington, cree que las posibilidades de Maduro son pocas y que los esfuerzos se concentran en lograr una salida que suponga los menores daños posibles para él y sus aliados.
“Ya está más o menos claro que Maduro tiene que dejar el poder. Lo que se está debatiendo es cuál va a ser el método. Y el más simple para todo el mundo, incluyendo a Trump, es que negocie una salida decorosa, sin persecución”, dice el docente.
Por su parte, el analista político Eduardo Llano apunta a lo que buscan los Estados Unidos, en términos de geopolítica global, con estas presiones al régimen de Venezuela.
“Trump está interesado en influir totalmente sobre el continente. El mundo se ha dividido en tres esferas de incidencia de poder: la de EE. UU., que implica Norteamérica y América Latina y Europa; Rusia y todo su eje de influencia en África, y China, con toda su influencia en Asia, África y algunos países de América Latina”.
Según el analista, el Presidente republicano estaría interesado en tener aliados en el continente, lo que pone en riesgo a los gobiernos de Cuba, Nicaragua e incluso Colombia, en donde las tensiones con la Casa Blanca han escalado a niveles inéditos en las últimas semanas.
“Trump es alguien al que le encantan este tipo de soluciones. ¿Qué mejor para él que salir a decir que su presión sacó a un gobierno del poder sin necesidad de utilizar la fuerza? Los Estados Unidos quieren tener esa victoria lo más pronto posible”, opina Garzón.
El gran interrogante que trae consigo este plan para la salida del poder de Nicolás Maduro es qué va a pasar con Venezuela en el futuro inmediato.
Las alternativas
Para analistas consultados, los términos para la salida del Mandatario chavista deben incluir las directrices para asegurar la continuidad de un gobierno en Caracas, hasta que se pueda conformar un poder elegido democráticamente.
Para el analista Garzón, una de las soluciones más factibles a las que se podría plegar Washington sería la del establecimiento de un mandato de transición, que sirva de estabilizador hasta que en el vecino país estén dadas las garantías electorales para llamar a nuevos comicios.
Frente a ese escenario, toma especial fuerza el nombre de Edmundo González, el candidato con el que se midió Maduro en las elecciones de 2024, y quien actualmente se encuentra asilado en España.
Él, junto con María Corina Machado, galardonada con el Premio Nobel de Paz, son algunas de las figuras que más podrían gravitar en este hipotético futuro de Venezuela sin el mando de Nicolás Maduro.

“Si ella juega bien sus cartas, creo que puede tener condiciones y posibilidades para tener el poder, directa o indirectamente”, acota el docente de la Universidad de La Sabana, pero aclara que esta opción también podría estar sujeta a las condiciones del acuerdo entre el Mandatario chavista y la Casa Blanca.
Cabe señalar que, así como Machado y González, la oposición en Venezuela cuenta con otras figuras que también podrían incidir en el destino político del país.
Uno de ellos es Leopoldo López -actualmente en el exilio en España-, y Juan Guaidó, quien llegó a fungir como ‘presidente encargado’ de Venezuela y en el 2023 tuvo que exiliarse en los Estados Unidos.
Enrique Serrano cree que hay una cuestión que todavía está pendiente por discutirse y que da cuenta de la complejidad del caso venezolano: los presos políticos que se han registrado en el país con el recrudecimiento del régimen chavista.
“Tendría que darse una dosis impresionante de información por parte Washington frente a estos casos, para que el nuevo gobierno de Venezuela tenga manera de hacer una transición aceptable, pacífica y rápida”, sostiene.
El alto número de actuales simpatizantes del chavismo en Venezuela, muchos de los cuales han aparecido en fotos portando armamento de alto calibre entregado por el Ejército, podría traer consigo una de las mayores dificultades para lo que le espera a Venezuela.
Según Eduardo Llano, entre los escenarios que se abren para el país vecino está el de una confrontación entre civiles.
“Este escenario es el de una ‘balcanización’ de Venezuela: Que se parta y un territorio quede bajo el mando de los Estados Unidos, otro bajo el mando de Rusia y otro bajo el de China, lo que significaría un conflicto civil de larga duración”, opina el analista, quien añade que el hecho de que el vecino país posea tantas riquezas en materias primas lo hace más susceptible a esta posibilidad.
Más allá de los detalles que concreten la salida de Nicolás Maduro del poder en Venezuela, lo cierto es que este hecho -de darse- reconfiguraría la geopolítica regional.
Frente a esto, Serrano considera que dicha reconfiguración ya se está presentando, y no necesariamente en Caracas sino en otro lugar que ha sido históricamente contrario a la política estadounidense: Cuba.
“La verdadera carta que tiene debajo Donald Trump, y lo mencionó en su campaña a la Presidencia, es que haya una transición en Cuba, que el Gobierno cubano caiga. Y Venezuela es una carta clave”, dice y explica que el cambio en el péndulo de la política regional hacia un orden más adepto a sus políticas se está estableciendo en las últimas elecciones celebradas en Latinoamérica recientemente.

Comunicador Social y Periodista con sensibilidad por las artes, las humanidades y la cultura. Con larga experiencia en la cobertura de la realidad social, tanto regional como nacional. Interesado en cubrir fenómenos de medioambiente, posconflicto y DD.HH.
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