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Iraq se enfrenta a su realidad

Tensión en Bagdad por la retirada del grueso de las tropas estadounidenses. Expertos consideran que ejército iraquí todavía no está en capacidad de combatir a los terroristas.

29 de agosto de 2010 Por: Diego Muñoz | Especial para El País

Tensión en Bagdad por la retirada del grueso de las tropas estadounidenses. Expertos consideran que ejército iraquí todavía no está en capacidad de combatir a los terroristas.

Diez días después de la retirada de las tropas de combate estadounidenses de Iraq, tras siete años de ocupación, el panorama en las calles de Bagdad sigue siendo el de un país en guerra. La última semana se vivió una escalada de ataques que dejaron 88 muertos y centenares de heridos.Las fuerzas americanas se fueron con sus tanques, camiones y torres blindadas con ametralladoras de gran calibre. Pero su partida no se dio con calles de honor, fue una salida silenciosa, casi en secreto, sólo anunciada cuando los últimos carros cruzaban la frontera con Kuwait. No se parecía a la celebración que vivían las calles de Bagdad el 9 abril del 2003 cuando esas mismas tropas llegaron al corazón de Bagdad y derribaron una estatua de Sadam Husein en la plaza Fardus, una escena que era transmitida por los noticieros del mundo.“No quiero ver tanques estadounidenses en la calles de Bagdad, pero temo por el futuro del país”, aseguraba Haidar Azmi.Azmi, un chií de 50 años, agrega que los estadounidenses salen de Iraq dejando su un país destruido. Unas horas después de la salida de las últimas tropas de combate, un total de doce carros bomba hicieron explosión en todo el país. La escalada terrorista no sólo causó muerte y destrucción, también generó la incertidumbre por la capacidad de los 600.000 militares iraquíes de tomar las riendas de la seguridad.Los objetivos de los insurgentes fueron oficinas del gobierno, la policía y el ejército.“Los insurgentes apoyados por Al Qaeda han logrado realzar los temores de lo que puede pasar con la salida de los militares norteamericanos. Iraq no está aún preparado para asumir el control del país, no tienen la suficiente capacitación, hombres y fuerza para responder a gente que lleva años luchando y que han hecho del terrorismo su forma de pelear”, dice el ex militar español, Antonio Bernal Roseta.“Pero tampoco- agrega- los estadounidenses se podían quedar allí para siempre sufriendo mas bajas, gastando más dinero”. Para algunos de los analistas norteamericanos, ataques como los de los últimos días es lo que le espera al país después de la retirada de casi 110 mil soldados extranjeros que mantenían bajo control algunas de las zonas más difíciles del país.Una salida sin victoria La reducción de 160.000 soldados a 50.000 militares dedicados a tareas de entrenamiento e inteligencia, dicen los analistas, no ha sido el producto de una victoria contundente, sino de una negociación amplia con el gobierno iraquí, los chiíes, los suníes y los kurdos. Estados Unidos ha tomado la decisión de irse cuando aún falta mucho por conseguir. Pero el presidente Barack Obama con esta decisión, cumplió la promesa de su campaña, “prometí que acabaría con esta guerra. Eso es lo que estoy haciendo”, dijo el viernes pasado en su discurso radiofónico semanal.“Hemos cerrado o entregado a Iraq cientos de bases militares. En muchas partes del país, los iraquíes ya han asumido la responsabilidad por la seguridad”, agregó.Esta retirada es critica por Antonio Leyva Valero, experto español en geoestrategia militar. “Se fueron de Vietnam, se fueron de Iraq y no puede decir que han ganado, sino todo lo contrario, el balance suena a una tarea sin terminar, en lo militar, en lo económico”, dice.Agrega que “los únicos que han ganado esta guerra, han sido las empresas que se sirvieron de ella para venderle servicios, pertrechos, armas y municiones al ejército. Esta guerra, diferente a todas las anteriores por su alto nivel de terrorismo, ha dejado traumatizada a toda una generación de jóvenes soldados estadounidenses”.La guerra costó unos 800.000 mil millones de dólares, muchos de ellos pagados a empresas civiles que hacían de colaboradores, contratistas, asesores y mercenarios.Un estudio del 2006 del Departamento de Defensa de los Estados Unidos muestra que se llegaron a emplear hasta 100.000 contratistas privados, aduciendo que la falta de soldados los obligó a tomar la decisión. Sólo del Departamento de Estado gastó en el 2007, mas de 4.000 millones de dólares en contratar guardias de seguridad para el personal desplegado en Iraq.“Hay que decir que se necesita valentía para tomar una decisión de estas -dice Joan Placé, del colectivo No mas guerras- Valiente sí, pero la pregunta que nos hacemos los europeos, una de las muchas, es si Iraq está preparado para asumir el control de un país desvastado y dividido. Se supone que se quedaran 50.000 soldados más, pero eso no garantiza, a mi forma de ver, más ataques y más terrorismo”.Un país dividido La guerra ha dejado un país destrozado, muy difícil de reconstruir y de curar, con heridas sociales, políticas y religiosas.“Los norteamericanos no pudieron controlar la ciudad de Bagdad cuando entraron, mucho menos otras que estaban retiradas. Hubo saqueos por todas partes, varios de los tesoros históricos y culturales de Iraq desaparecieron en medio del caos y de las ansias de encontrar los palacetes de Sadam Hussein y sus hijos”, dice el periodista independiente Andreu Bolfill Sarter. Lo más afectados fueron los museos, entre ellos el arqueológico que albergaba una valiosa colección de piezas con más de tres mil años de antigüedad. En el 2006, las tropas de ocupación volaron una mezquita chií en Samarra, siendo el detonante de una guerra civil entre los chiís y suníes que se saldó con cientos de atentados terroristas y miles de muertos.Aunque son mayoría, sólo hace poco que los chiitas tomaron importancia política en Iraq. Tras la caída del sunita Sadam Husein esta fracción religiosa que compone el 60% de la población, se dispuso a controlar el país gracias a la ayuda que le brindó el Gobierno de Estados Unidos.“Es un enfrentamiento religioso en el fondo, pero también una guerra de poder, de poder económico y político -dice Ainhoa Sardón-Berro, experta en Islamismo- que se ha desplazado a otros países como Afganistán, Irán, Paquistán”.La crisis políticaEstados Unidos ha dejado 50.000 para entrenar y dirigir las estrategias, sobre todo antiterroristas del nuevo ejército iraquí.El ejército y la policía serán los encargados de resguardar el orden y de impedir que en el futuro, cuando se hayan retirado las tropas extranjeras en su totalidad, los insurgentes vuelvan a tomar el poder. tarea difícil, como también lo es la de los jueces, otro de los colectivos que más atentados ha sufrido.Pero lo mas urgente es la unidad política ya que casi seis meses después de las elecciones, no se ha podido formar el nuevo gobierno."Es difícil pretender que un país funcione sin un Gobierno. Y mucho menos, con escasas posibilidades debido a las rencillas que han surgido tras la guerra. Yo veo el camino muy difícil, se irán las tropas, pero no se irán con ellas los inmensos problemas que produjo la guerra”, dice Antonio Leyva Valero, experto español en geoestrategia militar.

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