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Ciudadanos visitan el Monumento de Guerra Soviético en el parque Treptower de Berlín, Alemania, durante la conmemoración de la rendición del régimen alemán ante los aliados. | Foto: Agencia AFP

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Hace 75 años terminó la Segunda Guerra Mundial

El 2 de septiembre de 1945, Japón firmó la capitulación que le dio fin, oficialmente, a la confrontación que incluyó los horrores de las bombas atómicas y el Holocausto nazi.

3 de septiembre de 2020 Por: Redacción de El País

"Como único país que ha sufrido ataques nucleares, es nuestro deber hacer avanzar los esfuerzos de la comunidad internacional para lograr un mundo libre de armas nucleares”.

Así se expresó el primer ministro de Japón, Shinzo Abe, durante los actos conmemorativos del fin de la Segunda Guerra Mundial, que tuvo lugar en 1945, cuando el país nipón se rindió ante el avance de las tropas aliadas por el continente asiático.

Pero aunque el anuncio de la capitulación incondicional fue hecha por el entonces emperador Hirohito, a través de un comunicado en la radio, el 15 de agosto de ese año, la firma del documento oficial solo se realizó el 2 de septiembre siguiente, por lo que para la Historia esta fecha marca realmente el fin de la Segunda Guerra Mundial.

Ahora bien, para los japoneses, 75 años después de esos acontecimientos, lo más importante sigue siendo el llamamiento a la no utilización de ninguna forma de violencia. Sobre todo esa que les significó la pérdida de 200.000 personas que todavía lloran.

Por eso para ellos y pese a la pandemia del Covid-19, las conmemoraciones llevan varias semanas.

Empezaron en agosto, exactamente el día 6, cuando se cumplieron también siete décadas y media desde que la ‘Little Boy’, como irónicamente fue bautizada la primera bomba atómica, cayó sobre Hiroshima provocando la muerte de 140.000 personas.

Y siguieron tres días después, porque el 9 de agosto de 1945, cuando no acababan de agonizar todas las víctimas de la que ha sido catalogada una de las tragedias más grandes de la humanidad, una segunda bomba atómica sacudió a Nagasaki, donde la muerte sumó al menos otras 74.000 almas.

“Vi mucha gente con quemaduras y heridas terribles evacuando a gente que ya estaba muerta hacia una escuela transformada en refugio”, recordó para la agencia de prensa AFP Terumi Tanaka, entonces adolescente y hoy sobreviviente de 88 años.

De igual forma, Shigemi Fukahori, de 89 años, dijo durante una ceremonia transmitida por la cadena de televisión pública japonesa NHK haber visto “montañas de cuerpos ennegrecidos” que no sabía “si estaban vivos o muertos” y escuchar que “la gente gritaba: ¡agua, agua!, pero no podía ayudarles”.

Lo cierto es que esas dos bombas, de una potencia destructora inédita en aquel entonces, terminaron por doblegar a Japón, poniéndole fin al enfrentamiento que comprometió a casi todos los continentes y que se inició en Europa el 1 de septiembre de 1939, cuando Alemania invadió a Polonia.

Lea también: Japón conmemoró aniversario 75 de ataques con bombas atómicas a Hiroshima y Nagasaki

Sin embargo, el 18 de septiembre de 1931 Japón había invadido a Manchuria, hecho que aparece como primer hito en las cronologías orbitales de la Segunda Guerra Mundial.

Tal vez por eso The San Diego Union-Tribune reclamó en agosto pasado que “no hubo ningún mensaje de contrición por parte del primer ministro Shinzo Abe, quien agradeció a militares que dieron sus vidas en la guerra, pero no mencionó a los vecinos que sufrieron de la agresión japonesa”.

Menciona el portal que, a su vez, el emperador Naruhito, en un breve discurso, dijo en Tokyo que “reflexionando sobre nuestro pasado y teniendo en cuenta el sentimiento de profundo arrepentimiento, es mi sincera esperanza de que nunca más se repitan los horrores de la guerra”.

Entre tanto, al hibakusha (como se les conoce en el país nipón a los sobrevivientes) Tanaka le inquieta el exceso de confianza de la población mundial con respecto a que la bomba atómica no será utilizada de nuevo e insiste en que “el mundo debe renunciar a las armas nucleares porque no queremos que las jóvenes generaciones vivan la misma cosa”.

En ese mismo sentido, el secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, aprovechó el aniversario 75 del fin de la Segunda Guerra Mundial para pedirle a Japón que firme el tratado de la ONU sobre la prohibición de las armas atómicas, adoptado en 2017.

“La perspectiva de un uso intencional, accidental o por un mal cálculo del arma nuclear sigue presente”, dijo a través de un mensaje.

Según la AFP, las potencias nucleares (EE. UU., Rusia, Reino Unido, China, Francia, India, Pakistán, Israel y Corea del Norte) boicotearon este acuerdo, de la misma forma que lo hicieron la mayoría de miembros de la OTAN, entre ellos la nación nipona.

El año pasado, el Papa Francisco se reunió con varios ‘hibakusha’ en las dos ciudades bombardeadas y rindió homenaje al “horror inexplicable” que padecieron las víctimas, mientras que en el 2016 Barack Obama se convirtió en el primer presidente estadounidense en el cargo en visitar Hiroshima. No se disculpó por el ataque, pero abrazó a los supervivientes y lanzó un llamado por un mundo sin armas nucleares.

En Europa y EE.UU.

Ayer, el presidente Donald Trump designó a Wilmington, en Carolina del Norte, como la primera ciudad de EE. UU. Patrimonio de la Segunda Guerra Mundial, a propósito de la conmemoración del 75º aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial.

En Europa, los actos tuvieron lugar en mayo pasado, a propósito de que el 7 y el 9 de mayo de 1945, Alemania se rindió ante los Aliados y las tropas soviéticas, respectivamente. Solo que para entonces la pandemia tenía a muchos países en confinamiento.

“No tenemos que aceptar que el orden y la paz” establecidos a partir de 1945 “se evaporen ante nuestros ojos”, dijo entonces el presidente alemán Frank-Walter Steinmeier en Berlín y agregó: “Queremos más y no menos cooperación en el mundo, inclusive en la lucha contra la pandemia”.

“No bajen nunca los brazos, nunca pierdan la esperanza, ese era el mensaje del día de la Victoria en Europa”, afirmó, por su parte, la reina Isabel, en tanto que el presidente francés, Emmanuel Macron, presidió una breve ceremonia al pie del Arco del Triunfo, casi vacío, y depositó una ofrenda floral ante la estatua del general Charles De Gaulle.

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