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Debate sobre armas, punto crítico en las elecciones de Estados Unidos

A pesar de que este año se han presentado 167 tiroteos en EE. UU., controles a venta de armas no se endurecen.

4 de julio de 2016 Por: Gerardo Quintero Tello | Jefe de Cierre de El País

A pesar de que este año se han presentado 167 tiroteos en EE. UU., controles a venta de armas no se endurecen.

La escena se volvió viral en las redes sociales. Una foto de una pequeña de 3 años, encerrada en un baño, parada sobre el retrete, mientras apoyaba una de sus manos contra la pared, parecía una simple travesura de la niña. Así lo entendió inicialmente Stacey Wherman, la mamá de la pequeña, pero lo que sucedió posteriormente, ella lo describió con dolor.

“Tomé esta foto porque creí que era divertida. Iba a mandársela a mi esposo para mostrarle las travesuras que nuestra hija de 3 años hace. Sin embargo, cuando ella me dijo lo que estaba haciendo me quedé helada: estaba practicando el simulacro de ataque que le habían enseñado en el colegio. Se suponía que había un hombre armado y ella estaba encerrada en el baño. En ese momento supe que la inocencia que mi hija de 3 años tenía, se había ido”.

Razones no le faltan a esta madre que vive en Michigan, medio oeste de Estados Unidos, para estar alarmada: tan solo el año pasado se registraron 45 tiroteos en escuelas de este país. El último episodio dramático sucedió tan solo el pasado jueves, cuando Christy Sheats, una mujer defensora del derecho de los ciudadanos a portar armas, acabó con la vida de sus dos hijas de 17 y 22 años, en Fort Bend, Houston, Texas. Al parecer, una venganza contra su esposo, que le había solicitado el divorcio, derivó en una nueva tragedia.

Antes, el domingo 12 de junio, el mundo se estremeció luego de conocer la brutal masacre cometida por un neoyorkino de origen afgano, Omar Matten, quien entró al bar gay Pulse, en Orlando, acabó con la vida de 49 personas y dejó 53 heridas. Luego se vino a saber que una semana antes de cometer el peor tiroteo en la historia de Estados Unidos, Mateen había comprado las armas de manera legal, en una tienda a pocos kilómetros de su residencia en Fort Pierce. Mateen, con total tranquilidad, adquirió un rifle semiautomático Sig Sauer MCX, diseñado originalmente para las Fuerzas Especiales de EE.UU. y dotado con cargadores de 30 balas, y una pistola Glock 17 de 9 milímetros, la más popular entre las fuerzas del orden de todo el mundo, también semiautomática y con cargadores de 17 balas. Mateen no tuvo ningún problema para comprar las armas, a pesar de haber sido investigado en dos ocasiones por el FBI y haber estado durante diez meses en las listas de sospechosos de terrorismo.

Un debate interminable

Estos hechos nuevamente han puesto el debate sobre el acceso a las armas en la mira de miles de estadounidenses que piden, al menos, un poco de control sobre uno de los problemas que más polariza a la sociedad de este país.

¿Por qué es tan difícil lograr que se apruebe una estrategia para controlar o hacer, al menos, más difícil el acceso a las armas en Estados Unidos?

Las armas están amarradas al ADN de muchos americanos. Se estima que hay 90 de estos artefactos por cada cien ciudadanos. De hecho, los civiles estadounidenses pueden ser los más armados del mundo y cuentan con alrededor de entre 270 y 310 millones de armas de fuego, suficiente para armar a cada habitante del país. Los estadounidenses compran más de la mitad de las ocho millones de armas que se fabrican en el mundo.

En Estados Unidos la segunda enmienda a la Constitución es intocable: “Siendo necesaria una Milicia bien ordenada para la seguridad de un Estado libre, el derecho del pueblo a poseer y portar Armas, no será infringido”.

Juan Albarracín, politólogo y candidato a doctor de la Universidad de Notre Dame, en Indiana, explica que abordar el control de armas es muy difícil por dos razones interrelacionadas. La primera es que existe una perspectiva que dice que la Segunda Enmienda les da a los ciudadanos el derecho casi que irrestricto al porte de armas. “Existen, claro, otras visiones sobre esta cláusula, pero cualquier intento de legislación regulando la posesión de armas pasará inevitablemente por tribunales que determinarán su constitucionalidad”.

El otro aspecto que destaca Albarracín tiene que ver con algunos grupos bien organizados y sus cabilderos “que han vendido el derecho al porte de armas y la ‘defensa de la Segunda Enmienda’ como una lucha por la libertad individual; este relato resuena en algunos sectores de la población. Esto resulta en un debate acalorado y apasionado que dificulta una discusión racional y orientada por datos”.

En lo que va de este año (corte al 30 de junio) se han producido 167 tiroteos, de acuerdo con el sitio web Shootingtracker.com, que recopila todos los incidentes con armas de fuego ocurridos en Estados Unidos en los que se presentaron al menos cuatro víctimas, ya sea fallecidas o heridas. Hasta ahora van más de 160 muertos.

Congresistas se 'blindan' contra reformas

Ni siquiera la matanza en el bar Pulse en Orlando quebró a los congresistas. Ocho días después del asesinato de las 49 personas, el Senado rechazó una propuesta del Partido Demócrata para generalizar las verificaciones de antecedentes criminales y psiquiátricos a las personas que quieren comprar armas. La bancada republicana en la Cámara alta votó, de nuevo, contra una iniciativa que los demócratas han intentado adoptar desde hace años. Los números fueron contundentes: la propuesta fue rechazada por 44 votos a favor y 56 en contra. Previamente el Senado había rechazado otra propuesta republicana para modificar el sistema de verificación de antecedentes por 53 votos a favor y 47 en contra, pues requería que se adoptara por un mínimo de 60 votos. Otros dos textos encaminados a prohibir adquirir armas a las personas incluidas en listas de sospechosos de vínculos con grupos terroristas también fueron rechazados por falta de acuerdo entre las bancadas de los dos partidos. En suma las armas, una vez más, dieron en el blanco y las propuestas de control fueron ‘bombardeadas’.

Hasta la Casa Blanca mostró su desazón y, a través de Josh Earnest, portavoz del presidente Barack Obama, calificó de “cobardes” a los senadores que impidieron endurecer las leyes contra las armas.

Esta vez el objetivo de Earnest fue muy claro, el portavoz apuntó a la poderosa Asociación Nacional del Rifle, NRA. “Los cobardes son personas que hablan con un lenguaje muy duro, con la esperanza de que nadie les pida actuar realmente y hacer algo. Y eso es exactamente lo que los republicanos han hecho. Ellos no quieren hacer nada porque le tienen miedo a la NRA”.

Esta Asociación fue creada en 1971 con el fin de proteger el derecho de adquirir, poseer, coleccionar, exhibir, transportar y disfrutar las armas de fuego en Estados Unidos. Su poder es reconocido en todos los escenarios de la política de este país y cuenta con más de cinco millones de miembros que hacen aportes a la asociación. Precisamente esos recursos son los que han permitido hacer inmensas ‘donaciones’ a políticos de ambos partidos con el claro propósito de incidir en sus decisiones cuando llegan propuestas como la negada el pasado 20 de junio.

Una investigación publicada por el diario Daily News da cuenta que en el 2012 la ANR invirtió 15 millones de dólares para intentar bloquear la reelección de Obama porque les resultaban muy incómodas sus posiciones para intentar controlar el acceso a las armas.

“Lo que se percibe claramente es que hay un lobby muy fuerte de las grandes compañías fabricantes de armamento para torpedear cualquier iniciativa, al igual que de una parte de la sociedad civil representada en la ANR y por, otro lado, también por centros de pensamiento de corte conservador, como Heritage Foundation”, explica Javier Leonardo Garay, profesor-investigador de Relaciones Internacionales de la Universidad Externado.

¿Qué alternativas quedan?

Las posibilidades de maniobra para Obama quedaron muy reducidas. Su última carta se la jugó hace dos semanas y perdió. De allí que los demócratas hoy se hagan pocas ilusiones sobre las reales posibilidades de aprobar una reforma antes de las elecciones presidenciales y legislativas de principios de noviembre. Su verdadero objetivo, en este momento, es hacer que el debate sobre las armas se vuelva un tema de campaña.

Mauricio Jaramillo, politólogo e internacionalista de la Universidad del Rosario, considera que el tema de las armas siempre ha sido muy importante en los debates políticos de Estados Unidos y ahora con mayor razón. “En las dos campañas pasadas la Asociación Nacional del Rifle apoyó a los candidatos republicanos y ese apoyo fue importante, no necesariamente porque sume o quite votos sino porque eso implica que están asumiendo una postura frente al tema de las armas e implica también que los demócratas tomen distancia. Ahora, aparte de lo histórico, está la coyuntura y es indudable que va a ser un tema esencial en el desenlace de las elecciones presidenciales de noviembre”.

Las posiciones de los candidatos están claras. Hillary Clinton es de la línea Obama y aboga por un decidido control. Su apuesta es simple y plantea que el Congreso debería aprobar una ley que impida el acceso a las armas de los delincuentes y los enfermos mentales, “respetando a los propietarios de armas responsables”.

En cambio su rival republicano, Donald Trump, se considera uno de los mayores defensores de la Segunda Enmienda, que garantiza el derecho a portar armas, y ‘asusta’ a sus partidarios con que Clinton quiere suprimir ese derecho constitucional.

Sin embargo, cuatro días después de la matanza de Orlando, Trump sorprendió con una maniobra que muchos entendieron como un reacomodo para buscar votos en sectores de centro. “Me reuniré con la NRA, que ya me ha dado su apoyo, para tratar la prohibición de comprar armas para personas que estén en la lista de vigilancia por terrorismo o la lista para no viajar en avión”, anunció el candidato republicano en su cuenta de Twitter.

El analista político Juan Albarracín considera que regular la compra de armas con gran poder bélico o, inclusive, tomar medidas menores como dificultar la compra de armas a ciertas personas son muy difíciles de aprobar. “Ni siquiera los trágicos asesinatos en masa de los últimos años han generado cambios. Sin embargo, recientemente los grupos que buscan regular el porte de armas encontraron un ángulo muy poderoso que puede generar pequeños cambios: la lucha contra el terrorismo. Medidas como el visado para prohibir la compra de armas a personas incluidas en listas de sospechosos (por ejemplo, las famosas ‘no fly lists’) tienen una posibilidad de éxito”, explica Albarracín. 

De hecho, la NRA considera que no se debería permitir que personas implicadas en terrorismo compren o posean armas de fuego. Uno de sus directores, Chris Cox, dijo en un comunicado que “cualquier persona que esté en una lista de vigilancia por terrorismo y que intente comprar un arma de fuego debería ser investigada cuidadosamente por el FBI, y la venta debería suspenderse mientras la investigación está en curso. Al mismo tiempo, deberían establecerse protecciones de debido proceso que permitan que los estadounidenses que cumplen con la ley y son injustamente puestos en una lista de vigilancia sean removidos”.

Sin embargo, lo cierto es que estos controles ya se ejercen en varios estados y de hecho Mateen, el perpetrador de la masacre en el bar Pulse de Orlando, había estado en vigilancia por su cercanía con grupos islámicos radicales, pero esto no le impidió poder comprar armas de largo alcance, ya que había sido removido del listado de sospechosos dos años antes.

Tal vez por eso el congresista hispano Xavier Becerra, presidente del Caucus Demócrata, aboga por un control más decidido, sin áreas grises: “Si no puedes volar porque estás en una lista de vigilancia del Gobierno y no está permitida tu presencia en un avión, no debería estar permitido entonces que entres en un negocio de armas y salgas con un arma de asalto”. 

La realidad es que nada deja entrever que se podría dar una modificación radical en el acceso de armas en Estados Unidos, ni siquiera en la eventualidad de que Hillary Clinton gane la presidencia.

“Ha habido un control de hecho, Obama ha firmado una serie de decretos para aumentar ese tipo de controles, pero por ejemplo Trump ya anunció que de ser elegido Presidente él va a derogar esos decretos. Entonces digamos que sí hay una serie de regulaciones que han venido avanzando, pero no hay certeza de que en el futuro vaya a ver un control mucho más efectivo o más claro que hoy en día”, concluye el politólogo de la Universidad del Rosario, Mauricio Jaramillo.

De ahí que las palabras de Stacey Wherman, la madre de la pequeña de 3 años que se esconde en el baño preparándose para un ataque armado, taladren los oídos como un tiro seco en un campo abierto: “Nadie piensa que el control de las armas vaya a reducir el delito en un 100 por ciento, pero tal vez, sólo tal vez, ayude en un 1%, 2 % o 50%. ¿Cómo saberlo si no lo intentamos? ¿De qué manera estamos usando la tecnología para otorgar seguridad en los lugares públicos? ¿Hay alguna manera en la que yo pueda ayudar? No pretendo obtener todas estas respuestas inmediatamente, pero si no queremos ver a nuestros hijos escondiéndose en los baños de la casa debemos hacer algo”.

(Con apoyo de agencias)

Algunas matanzas que han estremecido a EE.UU.1 de agosto de 1966. Charles Whitman, tirador de élite, mata a 16 personas desde la azotea de la Universidad de Austin (Texas). El día anterior había matado a su mujer y a su madre.18 julio 1984. Oliver Humberty, veterano de Vietnam, asesina a tiros a 22 personas en un restaurante en San Diego (California), antes de ser abatido por la policía.20 agosto 1986. Patrick Henry Sherrill, un cartero estadounidense amenazado de despido, mata a tiros a 14 personas en una oficina postal de Edmond (Oklahoma).29 diciembre 1987. Gene Simmons, sargento retirado, enloquecido por sus problemas económicos, mata a 16 personas (5 miembros de su familia) en Russellville (Arkansas).16 octubre 1991. El camionero George Hennard mata a 22 personas en una cafetería de Killeen (Texas) antes de suicidarse.20 abril 1999. Dos estudiantes matan a 13 personas y hieren a 23 en la escuela de Columbine, en Littleton (Colorado), antes de suicidarse.16 de abril de 2007. Seung-Hui Cho, de 23 años, mata a 32 personas y se suicida en el campus universitario en Blacksburg, Virginia.5 de noviembre de 2009. El psiquiatra militar Nidal Hasan, mata a tiros a 13 personas en el Centro de Procesamiento de Preparación de Soldados en Fort Hood, Texas.14 de diciembre de 2012. Adam Lamza, mata a 26 personas, entre ellas 20 niños, en una escuela primaria de Newtown en Connecticut antes de suicidarse. El día anterior había matado a su madre en su casa.16 de septiembre de 2013. Aaron Alexis mata a 13 personas antes de acabar con su vida en el Mando de Operaciones de la Armada en Washington.2 diciembre 2015. 14 personas mueren en un tiroteo registrado en un centro de ayuda para discapacitados en San Bernardino (California), protagonizado por el matrimonio formado por Syed Farook y Tashfeen Malik.20 febrero 2016. Seis personas, entre ellas un niño de ocho años, mueren en la ciudad de Kalamazoo (Michigan) en una serie de tiroteos protagonizados por Jason Dalton, posteriormente detenido.22 abril 2016. Ocho miembros de una familia, posiblemente ejecutados, en el condado de Pike (Ohio).12 de junio 2016. Omar Mateen, un estadounidense, de origen afgano, entró a un club gay en Orlando y mató a 49 personas y dejó heridas a 53.

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