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Conozca quién es Xi Jinping, el hombre que estará al frente de China

Xi Jinping, quien gobernará a China en los próximos 10 años, es hijo de uno de los héroes de la revolución, pero tuvo años de sufrimientos, que forjaron su carácter fuerte. Es hombres de reformas.

18 de noviembre de 2012 Por: Patricia Lee | Especial para El País

Xi Jinping, quien gobernará a China en los próximos 10 años, es hijo de uno de los héroes de la revolución, pero tuvo años de sufrimientos, que forjaron su carácter fuerte. Es hombres de reformas.

El blog oficial del Diario del Pueblo, vocero del Partido Comunista de China, escribió acerca del 18 Congreso que acaba de concluir en Beijing: “El partido dirigente debe recordar que primero viene la sensación de crisis y que las reformas deben correr para estar adelante de la crisis. El tiempo se agota”.Será por eso que Xi Jinping ha recibido por primera vez, desde Mao Tse Tung, todos los poderes del Estado: secretario general del partido y jefe de las Fuerzas Armadas. Es que los delegados habrán sentido lo opuesto a lo que escribió el diario: que están corriendo detrás de la crisis y que deben dotar al nuevo hombre fuerte de todos los poderes para alcanzarla.Pero a pesar de esa concentración de poder, Xi tendrá que gobernar otra China, muy distinta a la de Mao. Ya no se trata de la sociedad campesina de entonces, sino de la segunda economía mundial, con una impresionante población urbana de 700 millones de personas y 500 millones de usuarios de internet, diez veces más que hace una década.Xi, el principitoXi Jinping, de 59 años, es alto, amable, de sonrisa rápida, tiene una esposa glamurosa —la cantante del Ejército Popular Peng Liyuan—, le gustan las películas de guerra de Estados Unidos, ha viajado mucho al exterior, y tiene una hija que estudia en la Universidad de Harvard.Xi es uno de los ‘principitos’, como se conoce a los hijos de los legendarios jefes del Partido Comunista. Su padre, Xi Zhongxun, fue uno de los héroes de la revolución de 1949 y compañero de Mao, pero cuando Xi Jinping tenía solo 9 años, su padre cayó en desgracia durante la revolución cultural de los años sesenta.El joven Xi fue enviado a la empobrecida provincia de Shaanxi, para “aprender de las masas”. Vivió siete años combatiendo las moscas y realizando duros trabajos físicos en soledad, lo cual formó su personalidad. Este doble carácter de hijo de uno de los héroes de la revolución y de haber aguantado años de sufrimientos, le dio una fuerza particular.Volvió a Beiging donde estudió en la Universidad Tsinghua, destinada a las élites del Partido Comunista. La experta sinóloga argentina María del Valle Guerra, dijo a El País que lo revolucionario de Xi es que, a diferencia de los anteriores líderes, ingresó a la Escuela de Humanidades y tiene una formación internacional muy fuerte, porque viajó por todo el mundo. “Xi tiene una formación en Humanidades, tiene un manejo de idiomas extranjeros, conoce la psicología occidental, y esto es un cambio porque es la primera vez que un presidente tiene tanto contacto con el mundo occidental”, agrega la sinóloga argentina.En 1982 pidió ser reasignado a un área pobre rural, dejando su cómodo lugar en Beijing. Fue enviado a la provincia de Hebei, donde durante varios años llegó a conocer en profundidad los problemas de la China rural, pero en 1985, gracias a su padre, fue transferido a la rica zona costera en la cual se inició el milagro económico de las últimas décadas. Allí su carrera iba a pegar el salto hasta la cima.En 2007 recibió el cargo de jefe del partido en la estratégica ciudad de Shanghai después de un escándalo que culminó con la destitución de su predecesor. “Xi hizo una enorme carrera en el Buró Político de Shangai, la parte portuaria más rica de China, donde tuvo contacto muy fuerte con el mundo occidental”, dice María del Valle Guerra.A los seis meses, ingresó al Comité Permanente del Buró Político, el organismo más influyente del país. “A tal punto fue exitoso, que le encargaron la organización de los Juegos Olímpicos de Pekin en 2008”, agrega María Guerra, y en octubre de 2010 fue nombrado vicejefe de la comisión central militar. Ya era claro que Xi llegaría a la Presidencia.Poder controladoXi tiene credenciales de ser más liberal, es decir, más abierto a las reformas que su antecesor Ju Hintao, quien ha sido criticado por la lentitud de la economía en los últimos años. Su padre, uno de los creadores de la primera zona económica especial en Shenzen en los años ochenta, apoyó al líder liberal Hu Yaobang, que fue destituido en 1987 y condenó el aplastamiento militar de la insurrección de la plaza Tiananmein en 1989.De cualquier manera, Xi no gozará de poder ilimitado, en primer lugar, porque sus dos antecesores, Ju Hintao y Jiang Zemin, siguen vivos y activos. Este último en particular movió los hilos del Congreso para asegurar el control del nuevo Buró Político. Solo Xi y Li Keqiang, el nuevo primer ministro, quedaron del Buró saliente, que se redujo de nueve a siete y de los cinco nuevos, cuatro son protegidos de Jiang incluyendo al propio Xi.De él se esperan algunos cambios, aunque nadie cree que sean rápidos. Su llegada al poder se produce poco tiempo después de la defenestración de Bo Xilal, el líder populista de la provincia de Chongqing, expulsado del Partido después de que su mujer fuera condenada por el asesinato de un empresario británico.‘El príncipe rojo’, como se conocía a Bo, personificaba una línea de mayor protección social e intervención del Estado, y era uno de los políticos más populares del país.La elección de Xi envía un mensaje claro: una crítica a Ju Hintao por la lentitud de las reformas y un alejamiento de cualquier esquema populista al estilo de Chongqing.Los dirigentes del Partido Comunista más grande del mundo, y del único que logró mantenerse en el poder tras el terremoto de los años noventa, han decidido colocar el poder en las manos seguras de un ‘principito’.“La reforma se va a acelerar, pero no mucho más. El ha hecho su carrera con los nuevos ricos de Shanghai, y quizás pueda convencerlos de pagar más impuestos para favorecer las zonas más pobres”, agrega María Guerra.De Xi escribió Hank Paulson, exsecretario del Tesoro de Estados Unidos, que es “el tipo de hombre que sabe cómo hacer las cosas para llegar al objetivo”. Este hombre de bajo perfil, que solía comer en las cantinas con los demás empleados del Gobierno, advirtió a su esposa cuando se conocieron, que nunca iba a tener mucho tiempo para su familia. Ahora tendrá menos tiempo que nunca, abocado como estará al objetivo de dirigir los asuntos de la segunda economía mundial.

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