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Este es el panorama en el Catatumbo, 'teatro' del conflicto armado

Las autoridades explican que en esta zona del país, fronteriza con Venezuela, hacen presencia el ELN, las Farc, disidentes del EPL y 'Los Urabeños'.

26 de mayo de 2016 Por: Redacción de El País.

Las autoridades explican que en esta zona del país, fronteriza con Venezuela, hacen presencia el ELN, las Farc, disidentes del EPL y 'Los Urabeños'.

El Tarra es un pueblo que hace hervir la sangre. En sus calles amplias, de poca sombra, la temperatura llega a 36 grados. La llegada a   este pueblo, uno de los 11 municipios que conforman la zona del Catatumbo, en Norte de Santander, es complicada. 

En la vía principal, que de Tibú (la ciudad más grande de esta zona y la tercera con más cultivos ilícitos del país) conduce a El Tarra, hay tres  especies de retenes, en los que con una cuerda atravesada paran los carros para recoger dinero para el mantenimiento de las vías.

El primer retén está  en Campo Seis, otro en Versalles y uno más antes de llegar al corregimiento Filo El Gringo. En el primero, el pago es voluntario aunque lo menos que esperan es recibir $2000. En el siguiente,  sube la tarifa a $5000, aunque con el recibo de pago el transportador puede transitar durante todo un día por la carretera. 

Algunos dicen que son retenes de la guerrilla, mientras otros afirman que es un peaje comunitario.

En la vía el paisaje selvático es imponente, pero en tramos reina el cultivo de la coca, en ocasiones camuflada entre matas de yuca. Es que el Catatumbo, según el último monitoreo de la ONU, es una de las regiones con más coca sembrada: 7658 hectáreas. 

En el camino se advierten casas con grafitis que dicen EPL, o Frente Libardo Toro 48 años, junto a otros pintados sobre una plantilla que hablan desde el Che Guevara, hasta el ELN, Camilo Torres y la revolución.

En Filo El Gringo, corregimiento a hora y media de Tibú, y a una de El Tarra, donde supuestamente se perdió la periodista Salud Hernández, hay solo unas pocas casas. Casi todas están terminadas, en material;  algunas se venden. Al ingresar, hay un pasacalles del EPL y, más allá otro, de las Farc con una imagen de Manuel Marulanda.

En El Tarra el panorama es similar, aunque sin exhibiciones explícitas de las guerrillas. Los grafitis se reducen. El pueblo es ruidoso. Hay música desde la entrada hasta la salida, en los carros, los billares y las tiendas. Pocos conocen a Salud Hernández, o dicen no saber de ella con muecas de indiferencia.

Economía ilegal

Las autoridades explican que en esta zona del país, fronteriza con Venezuela, hacen presencia el ELN, las Farc y disidentes del EPL -llamados Los Peludos-, además de bandas criminales como ‘Los Urabeños’ que intentan hacer presencia y de grupos de los llamados neoparamilitares como Las Águilas Negras.

“Los grupos armados irregulares han hecho presencia en la región del Catatumbo desde los 70. Se dio una primera colonización de migrantes en la nueva economía alrededor del petróleo, que simpatizaban con el ELN, lo que facilitó la implantación de este grupo como guerrilla predominante. Una segunda colonización se da alrededor de los cultivos de coca,  en los  80, pero adquirió dinámica en la segunda mitad de los 90, con el aumento de la presencia de las Farc. “En el año 2000, las autodefensas ejercieron presión desde Tibú,  a través del bloque Catatumbo”, indica un informe de la Acnur. Y en la última década la presencia mayor ha sido del ELN.

A estos grupos se suma la presencia de alias Megateo (dado de baja en octubre del año pasado) jefe de la disidencia del EPL, señalado de agrupar tanto a las Farc como al ELN en el negocio del narcotráfico.

Según Ariel Ávila, subdirector de la fundación Paz y Reconciliación, esta zona  concentra toda la cadena de la economía ilegal.

Aparte del narcotráfico, la frontera con Venezuela tiene 247 pasos fronterizos, se mueven 100 mil barriles diarios de petróleo, según cifras de Pdvsa y Fendipetroleo. También está la extorsión y los ataques al polioducto Caño Limón Coveñas.

Piden no estigmatizarUn comunicado de  la Asociación Nacional de  Zonas de Reserva Campesina (Anzorc) pide que el Catatumbo no sea estigmatizado. “Ni somos un hoyo negro, ni una república independiente. Somos una región  de 200.000 campesinos”.Dicen que les ha tocado luchar contra  “el narcotráfico, la crudeza de la guerra, la minería y las agroindustrias despojadoras”. Les responden a quienes piden que el Catatumbo sea recuperado. “Como vamos a ser una república independiente si lo que pedimos es mayor presencia del Estado, con vías, escuelas, hospitales, electricidad, agua...”.

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