Judicial
El drama de los niños en Argelia, Cauca: No saben cuándo volverán al colegio por ataques de las disidencias de las Farc
Varios colegios han suspendido clases en zona rural del municipio, mientras que las disidencias de las Farc hacen uso de las instalaciones.
La comunidad de Argelia, occidente del departamento del Cauca, vive en medio de la zozobra y el terror. La presencia de grupos ilegales, como las disidencias de las Farc, han dinamizado el conflicto y con la llegada del Ejército para retomar el control de la zona, la población ha quedado en medio del fuego cruzado.
Por esa razón, 290 personas han salido desplazadas de su territorio y cientos más permanecen confinados en sus hogares, siendo los niños los más afectados por la violencia.
Para un exuniformado y experto en seguridad consultado por El País, los niños y niñas de esta zona del departamento del Cauca están en un alto grado de vulnerabilidad ante los grupos armados ilegales, quienes están infringiendo el Derecho Internacional Humanitario, DIH.
“Que estos grupos estén en las instalaciones de un colegio viola estas normas, aunque no estén cometiendo un acto violento, el simple hecho de estar allí atenta contra las libertades de los menores”, afirmó.
Néstor Rosanía, investigador y corresponsal de conflictos armados, explicó que el DIH tiene como objetivo restringir los efectos de las guerras y conflictos, ya sean internos o externos, y una de las áreas protegidas son las instituciones educativas, que no pueden usarse con fines bélicos por ningún actor armado.
Pero además, estas acciones irrespetan otro tipo de garantías: “Se violan los derechos constitucionales como el de la educación o la locomoción y los derechos humanos fundamentales”
Esta no es la primera vez que las disidencias atentan contra las escuelas. En medio de las confrontaciones con otros grupos ilegales o con el Ejército, históricamente se han realizado ataques armados cerca a estas infraestructuras resguardadas en todo el país.
Uno de los casos más recientes ocurrió en Potrerito, corregimiento de Jamundí, donde un carro bomba estalló a pocos metros del Colegio Alfonso López Pumarejo, el cual quedó gravemente afectado.
Para el investigador, estas actividades demuestran la degradación del conflicto armado en el Cauca, Nariño y norte del Valle, “donde las disidencias tienen cada vez más fuerza y el Estado no ha podido crear una estrategia en materia de seguridad para poderlos controlar”.
Asimismo, el exuniformado comentó que en la práctica la población está secuestrada puesto que los niños no pueden salir a jugar en las calles, estudiar ni compartir en comunidad por temor a los constantes enfrentamientos en el territorio.
Los niños, afectados por la guerra
Para que las personas desplazadas puedan retornar a sus hogares y los menores retomen clases, se necesitan garantías de protección, que no existen en la actualidad, para ello, el Estado debe retomar el control territorial.
Por ello, el anuncio de diálogos entre el Gobierno Nacional y el autodenominado Estado Mayor Central de las disidencias de las Farc da un parte de tranquilidad a la población.
“Hacemos esfuerzos porque los diálogos del 8 de octubre lleguen a feliz termino y se logre esa tregua, se logre esa paz, se logre ese bienestar que tanto necesita el pueblo caucano para acabar con este temor, con esta zozobra, con este confinamiento, con todo este desplazamiento que estamos viviendo”, afirmó Daniel Molano, defensor del Pueblo en el Cauca.
Sin embargo, los expertos tienen sus reservas. “Las conversaciones podrían ayudar pero no son una prenda de garantía, en el sentido que el Estado Mayor Central dijo que el cese al fuego es bilateral, si llega a cumplirse, sería con el Ejército Nacional pero no con sus enemigos, por eso puede que la dinámica del conflicto en esas regiones siga casi igual porque finalmente se están disputando el corredor de movilidad desde los semilleros de coca hasta el laboratorio y la salida de la droga”, manifestó Rosanía.
Según el experto en seguridad, la Segunda Marquetalia, el clan del Golfo, el Estado Mayor Central, los Comandos de Frontera y el Comando Coordinador de Occidente seguirán en las dinámicas de guerra que dejan a la población en medio del fuego cruzado.
Los expertos concluyeron que mientras exista la economía ilegal de la cocaína en el zona, la violencia va a continuar. “Se ha intentado colocar más Ejército, sin embargo los resultados han sido los mismos, estos grupos ya conocen la geografía y pueden esconderse. Si no se trabaja con los cultivos ilícitos la situación no va a cambiar”, sostuvo el exuniformado.