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Entre enero y agosto de 2021, el ICBF abrió 34.388 procesos para el restablecimiento de derechos de niños, niñas o adolescentes en el país. 23.968 corresponden a casos de violencia física, psicológica, sexual o por negligencia. | Foto: Foto: Especial para El País

ABUSO A MENORES

Alarma en Cali por violencia sexual infantil: expertos recomiendan cómo atender los casos

La violencia sexual infantil no se detiene. Esta semana se conoció que una niña en Cali era abusada por su propia familia. Expertos recomiendan cómo atender estos casos.

19 de marzo de 2023 Por: Redacción de El País

La figura tierna y consentidora de un abuelo, y el amor protector de una madre, no acompañarán los recuerdos de la niña de 9 años que vivía en zona de ladera de la Comuna 20 de Cali, y quien durante dos años fue abusada sexualmente por su padrastro y por el padre de su mamá, con la complicidad de la mujer.

El aberrante caso conmovió a la comunidad esta semana, cuando la Policía Metropolitana de Cali informó que estos tres victimarios “habían acondicionado una habitación de la residencia y los lunes y jueves a la niña le suministraban productos para dormir y, en presencia de la mamá, la accedían sexualmente”. Además, grababan las escenas y comercializaban los videos de pornografía infantil en el exterior.

Tristemente, “el abuso sexual es el delito que más se comete contra nuestros niños, niñas y adolescentes; son casos devastadores, porque muchos son perpetrados por sus propios progenitores. Una cosa es que el depredador sexual sea un extraño a que sea la persona que ha dado la vida a alguien, la misma que se la arrebate por poquitos con estos actos de violencia, que castran los derechos a los menores de gozar de una vida normal y feliz”.

Las palabras son de la teniente Adriana Corrales Zapata, jefe del Grupo de Infancia y Adolescencia de la Policía Metropolitana de Cali, que acompaña los trámites relacionado con la captura de los responsables y el rescate de los menores violentados.

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Tanto niños como niñas son vulnerables a un abuso sexual, en tanto que las secuelas son iguales para ambos. Sin embargo, “por cuestiones culturales, la gente ayuda más fácil cuando se trata de una niña; en los varones se tiende a minimizarlo, a callarlo mucho más”, explica la psicóloga clínica especialista en familia, Mabel Rojas Vélez.

Cómo ayudarles a superarlo

Según la profesional, para ayudar en la recuperación psicoemocional, y hasta física, de un niño o niña que ha atravesado estos maltratos sexuales, lo primero es entender que deja muchas y variadas secuelas.

Entre ellas, la afectación de la salud mental, tal como se evidenció con la niña en mención, quien en su cuaderno, solía escribir frases con lapicero de tinta rosada y negra. En una de febrero pasado se lee que: “Dios desea salvar a los seres humanos. Nos da la posibilidad de escoger cada día a quienes seguiremos. Si a Dios o a Satanás”. El tipo de letra en el texto central con tinta negra denota la crisis mental que atraviesa la pequeña, aseguran expertos.

Otras manifestaciones suelen ser cuadros ansioso-depresivos, baja autoestima y en muchos casos, trastornos de personalidad.

Aclara la psicóloga Rojas que “cuando el violador es un extraño, podría verse más desde la agresión, así que los infantes pueden desarrollar trastornos de sueño, pesadillas y síntomas más críticos por el abuso violento mismo. Esa es la diferencia entre el tipo de abusador, porque cuando es cercano, el abuso lo puede confundir con manifestaciones de cariño. Puede ser más fácil que un niño lo cuente cuando es un extraño a la familia”.

Sin duda, estas agresiones contra los menores generan un impacto traumático, una huella casi imborrable que marcará sus relaciones interpersonales, por lo cual es importante conocer cómo ayudarles en su recuperación.

Protegerlos y apoyarlos

Es prioritario ubicarlos en un entorno diferente, y por supuesto, lejos del violador, con un miembro de la familia que asuma su cuidado. “Debe ser alguien con quien tenga un vínculo afectivo, con quien pueda compartir su experiencia, luchas internas, incertidumbres y desafíos”, asegura la psicóloga egresada de Univalle, Jackelinne Curtis. Alguien que precisamente, por la conexión emocional, le pueda enseñar, desde el entorno familiar, que es posible un modo de relación diferente, sano y edificante. Esto es esencial para generarle la seguridad de sentirse protegidos y apoyados emocionalmente.

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No revictimizarlos

Evite llevar al menor a recordar constantemente el hecho doloroso que vivió. No se debe minimizar el abuso, al contrario, hágale entender que es un acto de violencia, pero que podrá volver a estar bien en la medida en que aprenda a cuidar de sí mismo y a reconstruir el valor propio.

Enseñarles a poner límites

Es necesario enfocar el trabajo en el cuidado de su cuerpo, para que aprendan a poner límites; el decir no es una forma de autocuidado. Se les debe enseñar a conocerse a sí mismos, a gestionar sus emociones, a exteriorizar qué les produce miedo y dolor. Dado que pueden presentar dificultades para aceptar su cuerpo o cuidar de sí mismos, hay que trabajar, especialmente, en la recuperación de su autoestima.

Liberarlos de la culpa

Puede suceder que los niños sientan temor a ser juzgados por lo ocurrido. En otros casos , si el agresor es el padre, abuelo, tío, u otro familiar, podrían creerse culpables porque están en la cárcel por este delito. Pero hay que llevarlos a entender que no tienen la culpa, que el adulto es el responsable por haber actuado de esa manera.

Buscar asistencia psicológica

Un menor abusado requiere terapia, de un trabajo interdisciplinario, destaca la psicóloga Rojas, directora del grupo de psicoterapeutas Enlace Corporativo. Esta terapia se basa en ayudarle a recuperar la percepción de su propio cuerpo, la confianza que pierde (sobre todo, cuando los violadores son personas cercanas). “Por ello hay que hacer un trabajo con los niños y con la familia que quede de apoyo para facilitar la expresión de sentimientos, la reconstrucción de su identidad, de su amor propio y en especial de la gestión de las emociones. Todo esto, para que no se normalice el maltrato en su psiquis y en esa medida, puedan reconstruir su vida”.

Inculcar el perdón

Las terapias deben enfatizar en el perdón, advierte Jackelinne Curtis. “Porque el rencor, la ira y el enojo que saturan el corazón de los niños, los lleva a crecer amargados, resentidos y con una actitud negativa hacia ellos mismos y hacia los demás. El perdón, en estos casos, es un recurso poderoso, porque significa que ellos pueden desarrollar la habilidad de no evocar el trauma en su mente, lo cual les ayudará a ser funcionales en su existencia”.

Por último, también es importante brindar acompañamiento institucional por parte de organismos como el ICBF, por ejemplo.
“El entorno del niño o niña debe ser observado para garantizar que esté recibiendo el soporte emocional, personal y mental que exige el caso, y continuar con su adecuado desarrollo psicológico y mental”, puntualiza la psicóloga Jackelinne Curtis.

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