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En 1971, Chamaco le puso su voz en el disco ‘De donde nace el ritmo’, junto a la Orquesta de Willie Rosario, y cambiaría su vida para siempre al lograr grandes registros y éxitos. Se espera que el cantante venga a Cali para esta versión de la Feria. | Foto: Especial para El País

SALSA

“Sin Colombia, tal vez yo no no existiría en la música”: Chamaco Rivera

El hombre que le puso la voz a ‘La Vida’, ‘Del barrio Obrero a la 15’ y ‘Devuelve mi alegría’, con la Orquesta de Willie Rosario, habló sobre su carrera y vida.

28 de octubre de 2019 Por: Jhon Montenegro, reportero de El País

La primera vez que Chamaco Rivera se presentó en Cali el siglo XX estaba por terminar. Fue en el Teatro Jorge Isaacs, junto a la Orquesta de Willie Rosario, donde se enteró que un público ferviente y conocedor aclamaba y coreaba las canciones que hizo con ‘Mr. Afinque’. Nada volvió a ser igual.

Hasta esa noche, el hombre que fue y es la voz de temas insignias de esa orquesta, que marcó un estilo que siempre preponderan al bailador, como ‘Del barrio Obrero a la 15’, ‘La vida’ y ‘Devuelve mi alegría’, no sabía que en la capital vallecaucana había tanta gente que respetara su trabajo.

“La vida tiene sus cosas, tiene espinas tiene rosas”, soneó ese día con lleno total en el recinto. Después de eso, su relación con la ciudad y con Colombia se hizo fraterna, y el Chamaco de barba y cabello blanco que creció en Guayama, cerca a Ponce, en Puerto Rico, deseó haber sido parido en esta tierra.

Bien lo dijo en un soneo que hizo en esa presentación: “Yo soy Chamaco Rivera y en Cali me doy tremenda vida”, aunque no llevara mucho de haber conocido la capital vallecaucana.

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Ahora, años después, sereno y con la tranquilidad que da haber dado ese clic que todos alguna vez añoramos hacer con lo que hacemos en la vida, el Chamaco aclamado por Cali, habló con El País sobre su vida, su música, y su relación con Colombia y, por supuesto, con Willie Rosario.

Usted no ha sido un tipo tan mediático, a pesar de lo mucho que le ha aportado con su voz a la salsa

Quiero que la gente sepa quien fui, quien soy y quien seguiré siendo. Hay cosas que la gente no sabe de uno. Yo soy un tipo aparte, no estoy haciendo mucho ‘rebulú’ (sic). Mientras la gente está allá con su rebulú, yo estoy en una esquinita, esperando, como el lobo, a ver qué uno puede (...)

¿Qué significa Cali para usted?

Son unos recuerdos muy lindos. Ya yo estaba casi que retirado de la música, hace 20 años atrás.

¿Cuándo nació ese vínculo con la capital vallecaucana?

Vine por primera vez hace 20 años, al Teatro Jorge Isaacs, y fue como si yo hubiera conocido ese otro mundo. Oía hablar de Colombia, claro, pero cuando la conocí en carne y hueso, dije: ¡esto es otro mundo!

Esto es una maravilla. Creo que conocí a Colombia un poco tarde, si yo la hubiera conocido más temprano, estaría aquí viviendo. Venir a Colombia me relaja, se me quitan todos los dolores que uno tiene por allá.

Tan es así que vine el año pasado a la Feria y me fue muy bien, y ya este año voy a traer a mi familia, para que conozcan a mi otra familia, que son ustedes. Ellos quieren conocer, porque yo a veces les hablo tantas cosas lindas que ellos mismos no me lo creen.

Cuando estoy en casa mantengo pegado a los canales de televisión colombianos. ¿Por qué no a los de Puerto Rico y sí a los de Colombia? Porque es el país que me ha dado a mí una segunda vida. Es un país que me quiere mucho; yo lo adoro. Ustedes son otra cosa. Venir acá es una experiencia muy agradable.

¿Se siente colombiano?

Yo se lo digo a todo el mundo: yo soy puertorriqueño, yo adoro a Puerto Rico, pero si yo no hubiera nacido allá, me hubiese encantado haber nacido aquí.

Si no fuera por Colombia, a lo mejor Chamaco Rivera no existiera en la música porque ustedes aman la salsa. Ustedes no son fanáticos de la salsa, sino historiadores. Donde quiera que yo vaya tengo que poner al pueblo de Colombia primero. Después que yo llego a mi casa, lo primero que hago es pensar cuándo será la próxima presentación acá. Puerto Rico no ha hecho conmigo lo que han hecho ustedes. Dios me ha dado la dicha de poder seguir cantando y conociendo gente como ustedes.

Fue muy aclamado por el público en la presentación que hizo en la Calle de la Feria el año pasado…

Ustedes tienen una mente de elefante, porque nunca olvidan. Entonces, yo ver un muchachito de 14 o 15 años diciéndome: maestro, ‘La Vida’; maestro, ‘Nicolás'; maestro, ‘Devuelve mi alegria’; maestro, ‘Del barrio Obrero a la 15’, me pregunto, ¡¿qué es esto?!

“Por causa de un piragüero que ofrecía su piragua, yo gastaba mi dinero que tenía
pa' la guagua”.

¿Cómo está su relación con Willie Rosario después de tantos éxitos juntos?

Ese viejo es mi rey. Mi Dios en la música. Si él no me hubiera dado esa oportunidad hace 50 años, yo no estaría aquí hablando contigo. Tan es así que hacemos conciertos juntos y la gente disfruta, y los dos gozamos.

Tengo el placer de haber cantado el hit más grande que tiene esa orquesta: ‘Del barrio Obrero a la 15’. Yo me mantengo cantando todos los temas que hice con él. Creo que los conozco mejor que el propio Willie. Cuando hago los shows con él, me pide a mí que dirija la orquesta, a pesar de que él no suelta la batuta para nada. Y eso me hace sentir muy feliz. Mantenemos en contacto. Cuando voy a Puerto Rico, nos vemos, o cuando va a La Florida, lo invito a mi casa.

Él habla muy bien de Chamaco porque yo nunca le he dado motivos para que se sienta resentido conmigo. Yo siempre me dejé llevar por las directrices de él, sino, no estuviera aquí. Uno tiene que aprender del que sabe más que uno.

¿Cuál es la historia de esa canción?

Ese tema fue un relleno, porque faltaba una canción para completar ese disco. Entonces apareció Triny Clemente, un gran compositor. Todo lo que se cantó ahí coincidía con cosas en Cali. La gente lloraba cuando hicimos ese tema en el Jorge Isaacs. A cualquier parte del mundo que yo voy a cantar me ponen ese espejo de los temas de Willie. Cali adoptó el tema mejor que Puerto Rico, aquí la gente se sabe todo: los coros, los soneos. A veces yo meto un soneo que no va, y me dicen: maestro, eso no estaba en el disco.

¿Sigue defendiendo el estilo ‘afincado’ que aprendió con Willie?

Mi orquesta es así: dos trompetas, trombón y barito. Eso fue lo que aprendí, eso fue lo que me funcionó. Eso es lo que le gusta al público.
No hay una cosa más mala que tú estés bailando salsa con tu esposa, tu novia o tu amiga, y que de momento el timbalero empiece a dar golpes, ¡no, no!, tú vas a tocar lo que está aquí, no vas a tocar otra cosa. Yo tengo una orquesta muy bailable.

Ver a la gente colombiana haciendo el coro de todas estas canciones es el premio más grande.

He aprendido a vivir con eso. Hasta que Dios me dé licencia seguiré cantando.

¿Usted ve la vida como, justamente, parafrasea esa canción que hizo con Willie: ‘Yo soy Chamaco Rivera y no me quejo de la vida’?

Es como una carretera: tú vas por un camino y no sabes si más adelante va a haber un derrumbe o una piedra, entonces tienes que sobrepasar todas esas cosas, aunque no sea fácil.

Yo no me quejo, no me puedo quejar. Claro que me identifico con esa canción y hay mucha gente que también lo hace. Es un tema que se escribió hace tantos años (...) y que con las cosas que están pasando ahora… Yo no sé, pero no entiendo la vida. ¿Pero qué vas a hacer? Eso está ahí, con eso hay que vivir, hay cosas que hay que superar y seguir viviendo.

Por eso cuando yo me levanto lo primero que hago es agradecerle a Dios por ese nuevo día, pero ya uno se tiene que encargar del resto. Los problemas no hay que dejárselos a Dios.

“En el amor cuando uno ama nunca será correspondido. Y si uno es bueno o es un perdido, siempre hablarán”.

¿Usted se llama Cristóbal Senquis Rivera, de dónde sale su nombre artístico?

Estando con la Sonora Casino de Nueva York, antes de entrar a la Orquesta de Willie Rosario, había un señor de mediana estatura, trompetista, muy bueno, le decían ‘Chiripa’ y cuando yo llegué a la orquesta él me cogió tanto cariño que (...) él me decía que Cristóbal no era un nombre artístico. Entonces, en los ensayos él me decía: oye, ven acá, chamaquito, tu crees que puedes cantar este tema… Y ahí es cuando Mike Hernández dice: ahí está, Chamaco Rivera, y la mancha se quedó pa’ siempre.

¿Cómo fue la experiencia de haber trabajado junto a Cortijo y su Combo en el tema ‘Marunga’?

El difunto Jorge Millet, gran amigo mío, me dice un día: ¡Caramba, Chamaco, hay un problema ahí con el cantante de Rafa: ¿te gustaría ponerle la voz a ese tema? Tite Curet Alonso lo había escrito. Son experiencias lindas, haber estado aunque sea en un solo tema con Cortijo para mí fue algo muy bonito. Me sentí muy feliz. Al igual que cuando trabajé con Luis Colón, en Nueva York.

Usted le cantó a Cali en una canción que se llama ‘Mi otra tierrita’...

El video de ese tema está en YouTube, lo hicimos con muchos bailarines. Es un tema muy rico, muy sabroso.

¿Vive de la música?

Yo nunca he vivido de la música, yo cojo mi pensión porque yo trabajé 20 años como ingeniero de mantenimiento. Yo sé de todo. Incluso, a veces me llaman clientes que tengo y yo voy y trabajo, pero cuando toca montarse en un avión pa’ ir pa Colombia, agarro de una.

Canciones

  • Puso a cantar salsa a José Feliciano. A dúo hicieron el recordado tema ‘Consuelo’.
  • En un disco homónimo que lanzó en 1972, incluyó canciones como: ‘El tubo’, ‘Fuego’ y ‘Agapito’.
  • En 1978 sacó el disco ‘El Juicio’. Allí metió temas como: ‘Canto del pueblo’, ‘Del mismo barrio’ y ‘Eres’.
  • ‘Cuando yo te besé’ y ‘Yo se de mí’, otros dos buenos temas que hizo Chamaco.

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