Las facetas de Carlos Paz, el bailarín solista de Delirio, fuera de la pista

Su pasión es el baile, sin duda, y todo lo que tenga que ver con este, pero Carlos Paz es polifacético, su talento para promover la cultura salsera tiene muchos canales y, como él afirma, “nunca me quedó quieto”.

Por eso, tiene su propia emisora virtual llamada: carlospazsalonshowradio.com, “estoy ligado con la emisora 95.1 FM y mi programa se emite para todo Cali. Allí comento todo alrededor del baile, a través del programa radial: Pa’ Bravo Yo”.

Además, desde hace 6 años, cuenta con su propio establecimiento para los amantes del baile: Salón Show Carlos Paz, que está ubicado en la carrera 7 con 32, en el barrio El Porvenir, donde abre el escenario para presentar nuevos bailadores.

“Yo no juego parqués, ni billar, lo mío es estar creando eventos. He administrado unas 50 viejotecas y discotecas de Cali, porque gracias a mi nombre lleno los sitios, tanto en Cali como en Palmira, porque la gente sabe que si estoy ahí es porque hay buena atención y música”, relata Paz.

Aunque advierte: “En estos sitios no bailo, pero presento a otros bailarines, es una tarima para mostrar a otros talentos”.

Otro de sus poderes, como héroe del baile caleño, es que podría definirse como un visionario. Muchos no lo saben, pero fue pionero del Festival Mundial de Salsa y del Salsódromo. Y es que fue Carlos Paz quien comenzó con el Concurso Nacional de Bailarines de la Salsa en Cali, donde participaban dos categorías: infantil y juvenil.

Los solistas infantiles que participaban eran alrededor de 60 y las parejas infantiles que se inscribían llegaban a 80; en la categoría de grupos, había hasta 60, y en la juvenil, 60 solistas; en parejas, 80 y en grupo, 50.

Paz lideró dicho concurso de bailarines de salsa desde el año 2001 hasta el 2005, con el apoyo en aquel entonces de Corfecali. “Después la Secretaría de Cultura le pone Festival Mundial de la Salsa, pero era lo mismo que yo hacía con un presupuesto de $27 millones y el apoyo de Corfecali, ahora es de $900 millones, más vale la producción que los premios que se llevan los bailarines, yo no estoy de acuerdo con eso, porque en Cali se hace el mejor Festival Mundial de la Salsa, pero deberían ser mejores los reconocimientos a los bailarines”.

Paz también se ideó la Gran Parada de Bailarines de la Salsa, con 1000 participantes de escuelas, luego le colocaron Salsódromo. “Ellos copiaron lo bueno y eso está bien”, dice sin falsa modestia.

Otra faceta de Paz hasta ahora inédita, seguramente, es la de productor musical, tal y como lo cuenta él, sobre su descubrimiento de unos de los nombres más grandes de la música: “El magnate del momento de los conciertos era Ralph Mercado, quien hacía estos grandes eventos en el Madison Square Garden. Un día llego a su oficina y le digo: ‘Mucho gusto, vengo a traerle esta producción discográfica, con el caballero hicimos los arreglos musicales’. Era lunes y me dijo: ‘El viernes te llamo’. No me llamó, me lo quitó. El tipo que le llevé es, hoy por hoy, el mejor arreglista en el mundo de la salsa: Sergio George. Fue el que le levantó el sello de ese señor, Ritmo Mundo Musical, donde estaban Tito Puente, Celia Cruz, Oscar D’León, Tito Nieves, El Canario, todos los bravos del género, pero no había un buen arreglista musical”.

“Pueden estar las estrellas, pero si no hay un buen arreglista, si no tiene la visión para detectar lo que pega y da plata, no sirve. Cuando Sergio George llegó, levantó ese sello. Y Carlos Paz fue el que lo envió”, continúa su relato, como si no estuviera hablando de sí mismo.

Sergio George es quien le que le hace todos los arreglos a Marc Anthony. Y quien junto a Carlos Paz, en el Grupo Baruc, cantó allí cuatro discos, “cantó conmigo, comenzó conmigo, pero a él le da pena decirlo hoy en día”.

Paz se refiere a una producción musical que él hizo en Nueva York, en 1988, que marca, según el bailarín, el nacimiento musical de Sergio George, “él nace en el grupo Baruc de Carlos Paz. Allí estaban Carlos Paz, Sergio George, Ray Pérez y Miguel Bonilla, gran pianista. Yo fui donde Ralph Mercado con él, y me lo quita. Todo fue idea de Carlos Paz, los músicos buscados por mí, trabajaban conmigo los dos trombones de la Fania All Stars”.

En el grupo, Paz tocó el güiro, las maracas y dirigió. Pudo haberse convertido en el hombre orquesta, pero el baile lo llamó siempre. “Son historias que le pueden pasar a cualquiera, no le copié a nadie. La gente se quedó esperando la nueva producción, pero yo seguí con el baile”, dice.

Confiesa que, en su video del disco en Youtube, sus seguidores le escriben en los comentarios: “¿Qué pasó Carlos, nos dejaste esperando?”.

Las canciones del disco fueron escritas por Haydee Osorio, su esposa de ese momento, tanto la letra, como los coros y las canciones. “Yo le decía, quiero una historia de tal persona, hacé unos tres coros aquí, y esta gran compositora caleña las hacía”.

Pero lo suyo, insiste Paz, es el baile. Y no le pasa por la cabeza —mucho menos por los pies— el retiro. Si Dios lo permite, estará, dice, hasta el último día, con los pies en la pista.

“Yo donde esté, tengo que estar moviendo los pies, en cualquier lugar, en el escenario, fuera de él, conversando con alguien, mis pies se mueven”.