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La huella cinematográfica del director Alejandro González Iñarritu

Sus películas 'Amores perros’ (2000), ‘21 gramos’ (2003), ‘Babel (2006)’ y ‘Biutiful’ (2010), han dejado una marca en la cinematografía latinoamericana.

11 de enero de 2015 Por: Redacción de El País

Sus películas 'Amores perros’ (2000), ‘21 gramos’ (2003), ‘Babel (2006)’ y ‘Biutiful’ (2010), han dejado una marca en la cinematografía latinoamericana.

Poderosa e influyente, así se podría calificar la obra cinematográfica del director mexicano Alejandro González Iñárritu.Basta con decir que sus primeros cuatro largometrajes han sido considerados puntos de inflexión en el cine latinoamericano: ‘Amores perros’ (2000), ‘21 gramos’ (2003), ‘Babel (2006)’ y ‘Biutiful’ (2010). Las tres primeras conformaron la llamada ‘Trilogía de la muerte’, realizadas junto al guionista Guillermo Arriaga y con las cuales ambos proyectaron sus carreras al mundo.Los cuatro filmes han obtenido cerca de 130 nominaciones, que incluyen 11 a los Premios de la Academia; un Bafta a Mejor Película de Habla no Inglesa por ‘Amores perros’; Mejor Director en el Festival de Cannes y Mejor Película en los Globos de Oro por ‘Babel’, y once premios en México. La crítica de cine y docente del programa de cine y comunicación digital de la Universidad Autónoma, Claudia Rojas, señala que desde la aparición de ‘Amores perros’ se percibió en las propuestas de González Iñárritu un “cine distinto, muy urbano, con personajes muy cercanos tomados de la calle, seres e historias viscerales. Una característica de su cine es el papel que juega en sus películas el destino en los seres humanos. Lo vemos en ‘Amores perros’ con esas tres historias que se cruzan en un semáforo. Incluso, en ‘Biutiful’ con ese ser que está condenado a muerte”. La crítica agrega que González logra además encontrar esos seres invisibles y anónimos que luego convierte en personajes sólidos. “Son personajes que están enfrentados consigo mismos y con la realidad. Es ese tipo de director que se hace la pregunta de por qué un personaje merece una película y sobre esa mirada ha ido construyendo una carrera muy interesante”.González pertenece al grupo denominado ‘Los tres amigos’, junto con los directores Guillermo del Toro y Alfonso Cuarón, sus contemporáneos y compatriotas. De hecho, en el 2007 los tres cineastas crearon la productora Cha Cha Cha Films, con la cual hicieron la película ‘Rudo y Cursi’. Si bien la compañía quebró, el vínculo entre ellos persiste.En el 2002 González fue invitado a participar junto a directores de la talla de Wim Wenders y Ken Loach en el filme ‘11'09''01’, en el que los cineastas exploraban los hechos de los atentados terroristas al World Trade Center de Nueva York. En Cali, una ciudad cinéfila, la obra de González Iñárritu es respetada y admirada, tal como lo señala el director Alexander Giraldo. “Es un director que me sorprendió desde ‘Amores perros’. Una película que a nivel del cine latinoamericano representa una bisagra. Muchos de los que estábamos en ese entonces terminando la universidad o iniciando en la carrera nos dimos cuenta que estábamos ante algo superior a cualquier otra cosa vistaGiraldo destaca la trilogía inicial de González (‘Amores Perros’, ‘21 gramos’ y ‘Babel’). “Esas tres películas condensan algo que a mí me interesa y es poder contar historias de forma simultánea”.Una sensación parecida tuvo el también al director y productor caleño William Vega, cuando en el 2000 vio ‘Amores perros’. “Nos cautivó, porque supo retratar tres estratos de la sociedad mexicana. También nos mostró la posibilidad de trabajar con actores naturales o poco conocidos, para dar esa sensación de verdad, como fue el caso de Gael García Bernal y la manera como utilizó la música se convirtió en un referente estético”, afirmó. El director de ‘La Sirga’ dijo que González tiene la virtud de moverse con comodidad en dos escenarios que claves. “Logra cautivar en los festivales y también consigue éxito comercial”.Vega, quien tuvo la oportunidad de conocer al director mexicano en una ‘master class’, en el 2006 dijo que sus películas tienen una estrecha relación con sus vivencias. “Él nos explicaba que desde lo creativo lo que hacía estaba relacionado con sus propias experiencias con las cosas que como consumidor le seducían y que uno debía ser fiel a ese gusto, ser coherente, hablar de cosas que ha vivido o sentido”.Por su parte Giraldo señala que la obra de González Iñárritu adquiere mucha fuerza en el proceso de edición. “Es un enamorado del concepto del montaje y la yuxtaposición, y es a través de ese trabajo que genera en sus películas esa sensación de un presente continuo”.Por eso considera que pese al gran peso que tuvo Guillermo Arriaga, el guionista de la trilogía, en el resultado de las películas, el trabajo de González es dominante. “Yo tengo los guiones de ‘Amores Perros’ y ‘21 gramos’ y cuando los lees y los comparas con la película uno encuentra muchas diferencias. Él ha dicho que la sala de montaje es como un laboratorio. Incluso hace una metáfora con el proceso de hacer una escultura. Dice que conseguir la pieza perfecta de mármol de cuatro metros es el rodaje, y que el montaje equivale a ir a esculpir la piedra con el cincel y el martillo hasta que sale la figura y uno nota eso cuando lee el guión y luego ve la película”. En opinión de Vega el cineasta mexicano sabe dónde poner la cámara y dirigir todo un equipo. “Él nos recalcaba mucho la importancia de la seguridad del director en el set. Nos decía que si un piloto en pleno vuelo sale de su cabina a preguntar si lo está haciendo bien, todo el mundo se va a poner nervioso. Él mostraba que así tuviera dudas era un director que asumía el riesgo hasta sus últimas consecuencias”.Giraldo reconoce la influencia del cineasta mexicano en su trabajo. “En mi primer película ‘180 segundos’, en los créditos coloco mis agradecimientos a Alejandro González y a Guillermo Arriaga y lo voy a hacer con la segunda, la cual estoy terminando, en el sentido de que su trabajo nos ayudó abrir los ojos. En Argentina, donde edité el sonido, al conversar con otros cineastas sobre nuestras cintas favoritas, ‘Amores perros’ estaba en la lista de todos”.Y agrega que esa influencia la ha notado en el cine caleño. “No puedo hablar por Carlos Moreno, pero uno ve su película ‘Perro come perro’ y siente que hay cierta influencia de ‘Amores perros’ sobre todo en el tipo de película, en cómo usó la banda sonora, en el folclor de lo popular”.Giraldo reitera que González es uno de sus héroes. “Es el tipo que está logrando hacer todo lo que se imaginó de una forma muy particular”, concluye.La fama de 'El Negro'Conocido por sus amigos como ‘El negro’, Alejandro González Iñárritu siempre creyó que su sentido auditivo era mejor que el visual. Él se describe como un músico frustrado. El mexicano trabajó en Europa y África en dos periodos diferentes de su vida, cuando cruzó el Atlántico en un barco carguero en el que trabajó, primero a los 17 y después a los 19 años. Él cuenta que dichas experiencias han influido mucho en su trabajo, pues sus películas han sido ubicadas en los lugares donde él viajó.Después de sus viajes, regresó a México, estudió en la Universidad Iberoamericana y simultáneamente, en 1985, empezó su carrera en la estación mexicana de radio WFM en un programa de radio sobre rock. Y a sus 25 años se convirtió en el director de la estación WFM. Durante cinco años entrevistó a estrellas mundiales de rock y transmitió conciertos de rock en vivo vía satélite.El crítico de cine Juan Carlos Romero dice que “González Iñárruti es como nuestro Julio Sánchez Cristo, no tan mediático, pero sí surge del mundo de la radio y de la música, como programador de radio de Televisa y salta al séptimo arte con la ópera prima más exitosa, contundente e impactante en el cine latinoamericano, ‘Amores Perros’”. Tal ha sido su pasión por la música que González Iñárritu de 1987 a 1989 compuso el ‘score’ musical para seis películas mexicanas, entre ellas ‘Garra del tigre’. Y en 1995 realizó un cortometraje para Televisa, con el cantante Miguel Bosé como actor. Estudió cinematografía en Meine con el director Ludwik Margules, y en Los Ángeles bajo la supervisión de Judith Weston. Y creó la productora Zeta Films, con la que escribió, editó y produjo spots publicitarios y pilotos para la televisión. De músico frustrado pasó a ser uno de los pocos realizadores mexicanos que ha trabajado con Brad Pitt, Sean Penn, Benicio del Toro, Javier Bardem, Gael García, Cate Blanchett y Naomi Watts. Romero asegura que este director es “la punta de lanza del resurgimiento del cine mexicano. Y va en un ascenso meteórico. A su filmografía todo le ha sonreído, el público, la industria, la crítica, y eso es un hecho solo comparable con el fenómeno de Alfonso Cuarón”, agrega.Actualmente, a sus 51 años, firma como Alejandro G. Iñárritu, y luego de su proyecto individual ‘Biutiful’, se lanzó a ‘Birdman’ con el cobijo de Fox. Esta última, que podría ser su carta en el Óscar. “Prefiero los personajes que tienen debilidades, flaquezas, contradicciones y que desean cosas y luchan por ellas y sus limitaciones se muestran claras. No me gustan los personajes enteros, heroicos, ni perfectos, predicadores, sino el ser humano con todas sus flaquezas”, dice el realizador. Al director de ‘Babel’ se le ha criticado por egocéntrico y elusivo con la prensa. Sin embargo, recientemente dijo, respecto a su postulación al Óscar como Mejor Director: “Trato de tener el ego bastante en vigilancia, para que no eleve sus alas. A veces distorsiona la realidad y te puede engañar muy fácilmente. El éxito y el fracaso son dos impostores y hay que hacer gárgaras y escupirlos cuando uno los siente, porque ni uno ni otro son reales, son percepciones, distorsiones, es lo que la gente percibe, una etiqueta, no es la obra”. Y sobre la posibilidad de llevarse varios Globos o ganar el Óscar, asegura que puede vivir sin eso: “Estoy en paz, no necesito eso. El problema es cuando caes en esa necesidad para poder validarte”.A comienzos del año pasado, este mexicano recibió un tributo por parte del Festival Internacional de Cine de Cartagena de Indias y ofreció la que los organizadores llamaron Master Class. Término que a él le aterró, “no soy ningún maestro y no me siento habilitado para dictar clases”. En esa ocasión afirmó a la prensa: “Exijo lo que doy, me exijo mucho y a los demás les exijo más”.Actualmente vive en Los Ángeles con su esposa María Eladia Hagerman y sus dos hijos, María Eladia y Eliseo. Ella ha dicho del cineasta: “Se entrega tanto a su trabajo que cada una de sus películas es como un hijo que se suma a la familia”. Su segundo hijo, Luciano, nació con afección pulmonar y murió. “Fue una experiencia dolorosa para mí y mi esposa. Luego llegó el tercero, Eliseo, que nació con la misma enfermedad, estuvo un mes entre la vida y la muerte, fue traumático. Pero sobrevivió”. Otro de sus dolorosas separaciones fue la protagonizada con Guillermo Arriaga. Fueron la dupla perfecta en películas con Amores Perros (2000), 21 Gramos (2001) y Babel (2006). Sus diferencias iniciaron porque Arriaga manifestó a la prensa que los escritores debían tener crédito en las películas como autores junto al director, lo que González Iñárritu descartó de plano.Como si fuera poco, Arriaga fue excluido de la premiere de ‘Babel’ en Cannes, aparentemente porque González Iñárritu pensó que se daba mucho crédito. El director caleño William Vega conoció a González Iñárritu y a Guillermo Arriaga, en su Master Class en Cartagena, en 2006. Y recuerda que Arriaga señalaba que todas las historias que coescribió con González fueron surgidas de sus vivencias. “Decía que fue a él al que se le habían muerto unos perros y de esa experiencia escribió ‘Amores Perros’. Señalaba que era el autor de esa fórmula de las películas que hicieron de que entre más cercanos fueran los personajes, los conflictos se hacían más poderosos, por ejemplo entre hermanos, y que la fragmentación de las historias era algo que venía ya desde el guión, que no era un proceso que González hiciera en la edición, reafirmando que era él el que le había dado ese sello a las películas”.Sin embargo, Vega cuenta que en la clase con González, este hacía mucho énfasis en el guion y señalaba que él se involucró fuertemente en los procesos de su creación en sus películas.“Es una lástima que se haya roto ese vínculo tan genial, porque nos regalaron obras maravillosas, pero yo creo que Alejandro se pudo sacudir de ese estigma, que era que él no podía hacer nada sin el escritor y resulta que sus dos obras posteriores a la ruptura con Arriaga han sido estupendas. ‘Biutiful’ es una película sólida y no he visto ‘Birdman’ pero lo que dice la crítica es que es su mejor película”, concluye Romero.

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