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La 'fiebre amarilla' de Luis Eduardo Arango

Luis Eduardo Arango estará al volante de la nueva serie cómica 'Los canarios', sobre el gremio de los taxistas. Estreno en televisión para el próximo 12 de diciembre.

8 de diciembre de 2011 Por: Isabel Pelaez I Reportera El País

Luis Eduardo Arango estará al volante de la nueva serie cómica 'Los canarios', sobre el gremio de los taxistas. Estreno en televisión para el próximo 12 de diciembre.

Su nuevo personaje es Manuel Hernández, un abogado que no nació para taxista pero a quien, como a muchos en este país, le tocó aprender a la fuerza. Luis Eduardo Arango, quien lleva tres décadas en la actuación, interpreta esta vez a un cincuentón que también, como muchos de los colombianos, es dominado por una esposa celosa, pero es muy apegado a su hogar y muy solidario con sus colegas.¿Cuál ha sido su peor anécdota con un taxista?Con los taxistas tengo mucha empatía y a todos les da por conversar, preguntan muchas cosas y cuentan sus anécdotas. Pero una cosa que me molesta mucho es cuando empiezan a hablarme mal de mis colegas, a manera de chisme. Me imagino que a otras personas le contarán lo que creen saber de mí. Pero, claro, me han salido carreras gratis.En sus inicios vendió papel de colgadura y fue locutor, ¿tuvo en algún momento que manejar taxi?Después de una producción malogradísima, quedé sin trabajo cerca de diez meses, fue horrible, llegué a pensar en abandonar la actuación, vender lo poco que tenía, comprarme un par de taxis e irme a trabajar con mi hermano en Medellín. Es refrescante ser bueno, después de haber hecho dos papeles de narco...Sí, claro, después de esos papeles de perverso es refrescante. ‘El Kes’, en ‘Los protegidos’ era tan malvado, casi que diabólico, que la gente me paraba en la calle para decirme: “Usted tan malo”, “tan salvaje”. En ‘El cartel’ era un cobrador de los narcos, pero no tenía ese nivel de perversión, porque a pesar de eso era muy apegado a su familia.Sus personajes de malo siempre tienen su corazoncito...Exacto, me interesa darles ese toque de humanidad, porque no creo que haya nadie absolutamente malo, todos tienen algún buen sentimiento, así sea escondido. ¿Sigue siendo perezoso? ¿No le sirvió el llamado de atención de Fanny Mikey el día que se quedó dormido y llegó tarde al Teatro Nacional?Y sigo siendo perezoso, cambiaría todo un día para quedarme durmiendo en lugar de ir a trabajar. Pero a la hora de hacerlo, soy muy disciplinado. Antes sí hubo episodios en los que me ganaron el trasnocho y la rumba, pero fueron contados. El día que le llegué tarde a Fanny Mikey fue el más vergonzoso de mi historia teatral, ni me regañó, me lanzó una frase que me pegó una aterrizada brutal: “¿La pasaste mal, no es cierto?”. En algunos canales están emitiendo varias novelas en las que usted trabajó: ‘Me llaman Lolita’, ‘Don Chinche’, ‘La 40, la calle del amor’... ¿Se autocritica al ver esas actuaciones? ¿Están dando ‘Me llaman Lolita’ en alguna parte? ¿Pero dónde? Me encantaría volver a ver ‘Lolita’, ese personaje de Joni Caicedo gustó muchísimo, tuvo reconocimiento no solamente en Colombia, muchos colombianos me enviaban cantidades de cartas desde el extranjero. En Telepacífico pasaron ‘Los cuervos’ y verlos para mí fue un golpe grandísimo, era un papel dramático y un estilo muy distinto de actuar, no puedo decir ni peor ni mejor, pero sí otra manera de hacer televisión de la época, uno no se reconoce hablando y gestualizando así y se pregunta: ¿Ese era yo?Pero fue William Guillermo, el de ‘Don Chinche’ y ‘Romeo y Buseta’, el que le dio la fama. ¿Por qué?Sí, por auténtico, estaba lleno del espíritu dicharachero paisa y de positivismo. Me representó mucho trabajo, shows y comerciales. Ha trabajado en novelas musicales: ‘Quieta Margarita’, ‘Música maestro’, ‘La hija del mariachi’, y en un ‘stand up comedy’ de los años 60. ¿Es músico frustrado?La música es un atrevimiento que me gusta cometer, porque tengo alguna facilidad para la interpretación vocal, y la disfruto, pero no toco un instrumento, no sé leer una nota musical, tengo una habilidad natural desperdiciada, nunca estudié. Me gusta montar tangos y música de los años 60 para mis shows con mi amigo Mario Ruiz. Y es un ingeniero desertor...Ese fue otro atrevimiento, entrar a ingeniería en la Universidad Nacional.Pero a la actuación llegó por casualidad, por una trampa de sus amigos...Me dijeron que íbamos a jugar billar, y me metieron en una clase de teatro, no porque fuera el tipo serio que estuviera en primera fila poniendo cuidado a la clase, sino atrás mamando gallo.¿Qué tan estricto es con sus tres hijos?Intento serlo, lo aparento, pero ellos me ganan con un mero pucherito.¿Después de haber vivido dos divorcios, se volvería a casar?No existe la más mínima posibilidad, hasta ahí llegué, eso ya está cumplido.¿Sigue teniendo buenas relaciones con su ex esposa (Anabolena Meza)? Sí, claro, de eso se trata, ahora prima el ‘nosotros dos y los niños’.¿Compartiría set con ella?Sí, sin problema, ya es caso juzgado y superado. Tenemos un pacto de respeto el uno por el otro. Ninguno va a hacer nada que ofenda los sentimientos de los niños.

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