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Julio Iglesias cuenta detalles de ‘México’, el último álbum de su carrera artística

Con 72 años a cuestas, Julio Iglesias grabó, según dice, el que será su último álbum, ‘México’. Confesiones de un ídolo que se resiste a morir.

25 de octubre de 2015 Por: Lucy Lorena Libreros | Periodista de El País

Con 72 años a cuestas, Julio Iglesias grabó, según dice, el que será su último álbum, ‘México’. Confesiones de un ídolo que se resiste a morir.

Julio Iglesias ya había entrado a la lista de los  Récord Guinness, en 1983. Para ese entonces, orgulloso, recibía el título de ser el artista que más discos ha vendido en más idiomas en todo el mundo. Mañana lunes los titulares de prensa hablarán de una hazaña parecida: será elegido, mientras recorre la China con su voz,  como el artista latino que más álbumes ha comercializado en la historia.  Lea también: Julio Iglesias, un mujeriego empedernido, ¿fama o realidad?

Con 72 años recién cumplidos —los celebró el pasado 23 de septiembre— y medio siglo dedicado a la música, el madrileño que puso a cantar a esa  generación de 1968 aquello de ‘siempre hay por quien vivir y a quien amar’, dice que si algún día le pidieran escribir su autobiografía no omitiría ninguna parte de su vida: “Nunca he tenido unas adicciones distintas a las de cantar y vivir”.

 Y cantando sigue. Incluso después de una cirugía de columna que debieron practicarle de urgencia en agosto de este año, en Nueva York. 

El fin del 2015 lo encontrará en Australia, a donde también llegará de gira. Y allá entonará, claro, los clásicos de siempre, esas baladitas dulzonas que tanto enamoraron a las señoras... ‘De niña a mujer’, ‘Soy un truhán, soy un señor’, ‘Hey’, ‘Me olvidé de vivir’, ‘Por el amor de una mujer’, ‘Abrázame’...       

Sabe que está obligado a cantarlas así su ilusión por estos días sea el lanzamiento de su  álbum ‘México’ —el número 69 de su carrera y el último, confiesa— en el que compiló varios de esos corridos y rancheras que le hicieron amable la infancia, casi todos en la voz del gran José Alfredo Jiménez. 

Fue quizá la manera que encontró para gritarles a los escépticos, a los que dudan aún  de sus calidades vocales, que sigue vivo para la música. “Después de la operación hubo mucha especulación en España; que había llegado el momento del retiro, pero  decidí que voy a cantar hasta los 90 años”.

Estas, las confesiones de un ídolo que se resiste a morir.

Varias veces usted ha dicho que nunca imaginó vivir de la música. Después de cincuenta años de carrera, ¿qué piensa de que el destino lo haya puesto en ese camino?

Cuando comencé a cantar no tenía idea de música, ni la sigo teniendo aún. Pero en un momento de mi vida, en el que yo solo tenía la vocación de recuperarme después de ese terrible accidente de coche, me llegó, sin querer, la vocación tardía de la música. Hoy me sigue pareciendo algo mágico, algo de lo que vivo muy agradecido.

¿Llegó realmente a superar la frustración de no poder seguir como arquero del Real Madrid?

Me costó, pero sí. La recuperación del accidente tomó muchos años porque  a los cuatro meses de la operación que me hicieron, producto del accidente me apareció un tumor que prácticamente me dejó paralítico. Entonces el recuerdo más fuerte que yo tengo de esos años  es el  de un hombre joven, sondado, que tuvo casi que aprender de nuevo a caminar. Eso me dejó con grandes hándicaps que me han acompañado toda la vida. Viví muchos años en los que dar un paso era como construir un mundo.

¿Siente que en su vida ha nacido muchas veces? 

Mira, yo nazco todas las mañanas.  Porque me pasa que siempre me acuesto con la idea de que tengo que reproducir mis células más rápidamente que la gente normal, porque, ya te decía, tengo un hándicap’ que me dejó el accidente. Mi cuerpo no funciona físicamente como corresponde a mi edad, entonces tengo que hacer un esfuerzo mental, e imagino que hasta celular,  más grande que el resto de la gente, para poder estar en el escenario y aguantar.  

Lo maravilloso de esa historia es que fue de ese momento tan crítico que nació la canción que lo hizo célebre en toda Hispanoamérica: ‘La vida sigue igual’...

Sí, sí. La escribí mientras estaba en recuperación. Estando en cama, un amigo de mi padre me lleva desde Marbella una guitarra al hospital y yo comencé a sacar unos acordes con unas cuantas líneas.  Y luego otros acordes, juntando emociones y versos. Era un manifiesto sincero sobre lo que yo pensaba en ese momento. Y, cuando menos lo pensé, tenía una canción hecha sin mayores pretensiones.

Pero, ¿cómo termina un futbolista retirado forzosamente a los 17 años interpretando esa canción, con orquesta en vivo, en el Festival Español de la Canción de Benidorm, uno de los más importantes de su país?

Después de la recuperación, mi papá decidió enviarme a Londres a estudiar inglés. Algo así como empezar de cero. Y allá, en varios pubs, solía cantar ‘La vida sigue igual’, pero como un aficionado. Yo tendría unos 23 años. Pero un amigo me convenció de llevarle la canción a una compañía de discos y a ellos les gustó tanto que querían que la grabara un cantante que se llamaba Manolo Pelayo, un chico canario, y que concursara con ella en Benidorm. Pero faltando quince días, a él le dio hepatitis y me pidieron que lo reemplazara. Ese fue el comienzo de todo...

¿Cómo asumió esa fama que le cayó de repente después de su paso por este festival en 1968?

 A veces la gracia de la vida hace que te miren sin merecerlo. Pero todos nos merecemos aquello por lo cual nos hemos exigido hasta el máximo. Yo no podía correr y corrí; no podía cantar y canté y ni siquiera podía ser el más guapo y a veces lo parecí. 

Lo pareció tanto que además de la fama de ser el artista hispano más vendido, carga con la de ser un hombre de muchísimas mujeres...

Eso es una fábula que se me han inventado, que soy el papá de media España. La verdad es que yo era un enamoradizo sin suerte y un hombre bastante tímido, apocado por las secuelas que le había dejado un accidente. Decir que me he acostado con tres mil mujeres es la  fórmula perfecta para vender la página de un periódico. Si me preguntas con cuántas mujeres he hecho el amor, diría que millones porque hacer el amor con mi público es lo que hago cada vez que me subo a un escenario.

Pero es una fama alimentada por usted mismo, cuando dice por ejemplo que antes de un concierto debe tener sexo para cantar mejor...

Bueno, es una de esas grandes estupideces que le dices a la prensa cuando se asoma esa superficialidad que nos acompaña a veces, quizá provocadas por leyendas como esa de donjuán que me hacen mucha gracia. Lo único que yo podría decir sobre el tema es que en mi vida me han enseñado más las mujeres que los hombres.

Una de esas mujeres, supongo, fue Isabel Preysler, su primera esposa. ¿Qué piensa de todo ese escándalo que se ha desatado a raíz de su relación con Vargas Llosa?

Ya lo he dicho varias veces: si las gentes son felices de esa manera, pues aplaudirles. No he vuelto a juzgar ninguna situación de mi exmujer, como tampoco ella lo ha hecho de mí.

La única en todo caso que parece haber redomado a un enamorado empedernido como usted fue Miranda Rijnsburger, la holandensa con la que se casó hace solo cinco años...

Yo no entiendo la vida sin mi mujer. Hace años que me está pasando eso. Con ella el amor es total. Yo conozco todos los rincones de su alma y ella los míos. Antes pensaba y decía que ella había sido como un ancla en mi vida, pero luego entendí que lo que hizo en realidad fue ponerme unas alas enormes.

¿Qué tan enamorado de sí mismo puede vivir un ídolo como Julio Iglesias?

La mía es una vanidad inteligente, aunque vanidad al fin de cuentas. A pesar de eso, siempre he tenido presente que las mismas puertas que un día se abren también pueden cerrarse.

Ladrón de canciones

Lo devuelvo a lo que mejor sabe, la música. ¿Por qué Julio Iglesias, un tipo que hizo clásicos como ‘Hey’ y ‘Lo mejor de tu vida’, no volvió a componer?

Un día, simplemente, ya no pude escribir más. A mí encantaría, a mis 72 años, meter mis pies en una tina con hielo y encerrarme dos horas con una guitarra y sacar canciones, pero ya no me sale. Con el tiempo me convertí en un buen ladrón de canciones, en lo que verdaderamente soy: un intérprete.  

Durante mucho tiempo se especuló sobre la mala relación que usted tenía con Enrique, su hijo. Incluso la prensa habló de rivalidad y celos profesionales...

Eso nunca pasó. Es natural que surgieran tensiones cuando tienes un papá de fama universal, pero yo soy el primero que cree en que Enrique es un chaval que va a llegar muy lejos. Enrique se exige tanto como yo me exigía de joven. Hoy creo que ha seguido mis pasos y canta mejor que yo. Y no me importa si él vende más discos que yo.

Algunos en España creen que después de cincuenta años, ya Julio Iglesias transita hacia el retiro...

 Lo realmente importante es que después de cincuenta años sigo cantando. Y no cantando, como puede pasarles a muchos, para seguir ganando dinero, canto para divertirme. Y ese es el mayor privilegio que puede tener un artista: hacer las cosas no por necesidad material, sino anímica: mi mayor vicio es  cantar.

Sus discos 1974.  Viens M’embrasser1976.  En el Olympia1975.  A México1978. Ese año grabó tres álbumes: Da Manuela a Pensami, Aimer la Vie y Emociones.1980. Hey1981. Fidele1984. Bell Air Place.1985. Libra.1987.  Un Hombre Solo.1988.  Non Stop1989. Raíces y Latinamente.1990. Starry Nigth.1992.  Calor y Anche senza di te.1994.  Crazy.1996.  Tango1998.  My life: the greatets hits. Este álbum también lo grabó en español.2001.  Ao Meu Brasil.2004. Fue otro año prolífico en su carrera. Grabó los álbumes Love Songs, En Concierto y En Francais.2014.  The Spanish Collection.2015.  México, su último álbum.

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