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El veterano 'freestyler' Skone es otro de los clientes de Brahiam. | Foto: Especial para El País

ENTRETENIMIENTO

El barbero colombiano detrás de los cortes de Bnet, Skone y otras estrellas del 'freestyle'

Brahiam Cubillos, de 25 años, es dueño de una barbería en Leganés, donde atiende a raperos como Bnet, Skone, Trueno, Delaossa y otros ‘freestylers’. Historia de un profesional que se hizo a pulso.

17 de enero de 2022 Por: Gustavo Molina Durango / Reportero de El País

De su boca se desprenden pequeñas bocanadas de humo tras darle unas caladas a su cigarrillo. Parece ser el método con el que responde a cada pregunta. El acento colombiano aún está latente, pero vivir cuatro años en cercanías a la capital española ha hecho que tenga altibajos en su voz, algo típico de los madrileños.

Hablar de temas que dolieron en su momento implica una respuesta más elaborada. Por eso, Brahiam Cubillos se toma un momento y de vez en cuando resopla.

-Solo una vez, hace dos años, pensé en devolverme a Fusagasugá, ¿sabes? Fue la noche de un 31 de diciembre, dice esbozando una pequeña sonrisa.

En aquel momento no tenía su barbería Damn Cuts, donde acuden raperos como Skone, Zasco, Bnet, Trueno, Blon, Aczino, incluso, el jugador del Atlético de Madrid José María Giménez.

Antes de eso, trabajaba ilegalmente con la sensación latente de que la Guardia Civil podría llegar en cualquier momento. Ya había pasado una noche en un calabozo del barrio Usera, rodeado de asiáticos.

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Las noches del invierno navideño son un paisaje de melancolía. Ese 31 de diciembre salió de trabajar sobre las 9:00 p.m. y vivía en una pequeña habitación de una casa familiar. No había nadie en el apartamento y él no tenía llaves.

“Una de las chicas de donde vivía me dijo que estaba al norte. Ella tardó casi hora y media en llegar. Cuando me entregó las llaves, me fui a montar al metro y ya estaba cerrado. Tampoco tenía dinero para un taxi, así que tuve que caminar”, recuerda.

El frío en Madrid suele ser seco, pero cala los huesos. Hace que duelan las articulaciones. Pero ahí estaba Brahiam, caminando entre pequeños callejones de edificios mientras las luces de los apartamentos reflejaban las siluetas de familias celebrando el año nuevo.

“Había una familia de colombianos cantando la típica música de “año nuevo, vida nueva”. Eso me destrozó el alma y me senté en una banca a llorar con un hambre terrible. Solo quería poder ver a mi hija. Me pregunté una y mil veces qué estaba haciendo ahí si solo estaba comiendo mier…”.

Pero el regreso a Colombia no era factible. Había vendido todo lo que tenía en Fusagasugá para poder estar ahí, en aquel banco.

Primeros cortes de cabello

De pequeño, Brahiam junto a su hermana vivieron con su abuela Lucila Pacheco en una casa del barrio Luxemburgo, cerca de la plaza de mercado. Un domingo de su infancia, rememora, estaban haciendo el aseo de la casa y de un rincón sacó una maleta empolvada. Al abrirla vio unas tijeras, una máquina para cortar el pelo, cuchillas y peines.

“Una tía en su momento quiso estudiar peluquería, le compraron los elementos y nunca lo hizo. Entonces todo estaba oxidado y le pedí que me lo dejara. Siempre he sido muy manitas y lo arreglé”.

Uno de sus amigos cercanos perdió a su madre y la abuela de Cubillos lo acogió un tiempo en su hogar. “Es el chico al que le gusta hacerse figuras en la cabeza. Una vez me pidió que lo marcara. Lo empecé a hacer y me gustó. Luego decidí cortarle el pelo a los chicos del barrio”.

Su padre Rodolfo Cubillos es estilista. Las dudas sobre los cortes de pelo él se las resolvía. Le explicó para qué sirve cada tipo de tijeras, qué cuchilla utilizar y cómo manejar a un cliente. Pero cuando Brahiam se graduó del colegio, se enfrentó al dilema: ser barbero o estudiar una carrera universitaria.

Su abuela lo apoyó en la idea de seguir por el camino de la peluquería. Su padre, por su parte, le dijo que no estaba de acuerdo. “Fui para una batalla internacional de barberos en 2016 en Cali, con 18 años, a competir contra gente experimentada de otros lados. Quedé en segundo lugar y se lo mostré a mi papá diciéndole que estoy hecho para esto”.

Ahí empezó todo. Su casa se volvió un salón de barbería de amigos a los que le cortaba el pelo. Primero en la calle con un espejo y un banquillo de cocina. Luego, subieron al balcón y posteriormente, a la sala.

Empezó a ganarse un nombre en Fusagasugá y así llegó a sus primeras barberías. Posteriormente, pensó en mudarse a Bogotá en busca de nuevas oportunidades con su papá. “Al tercer día estaba encerrado en mi habitación llorando por el agobio de la ciudad. No era lo que quería. Me tocó devolverme”.

Con bastante trabajo logró montar su primer local que fue exitoso. Sin embargo, meses después, tomó la decisión de vender todo y emprender su viaje. “Uno de los primeros motivos es porque fui padre en 2018. Vendiendo las cosas me alcanzaba para los pasajes para España”.

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La vida en España

Luego de llegar a Fuenlabrada, una población a las afueras de Madrid, se quedó en un hotel y un hondureño, también barbero, que contactó por Instagram, lo llevó a conocer la ciudad y los sitios en donde podría trabajar.

Con el curriculum en mano y en una ciudad desconocida, fue pasando por lugares a la espera de que resultara algo. En el barrio Usera de Madrid fue su primera oportunidad. Lo contrataron de forma ilegal -por no tener papeles- hasta que un día llegó la Guardia Civil y se lo llevó a un calabozo en Aluche.

“Me hicieron esperar dos días a que viniera una abogada de oficio. Solo había chinos a mi alrededor que gritaban y peleaban”, rememora.

Posteriormente, le dijeron que había dos opciones: pagar una multa de 500 euros (más de 2 millones de pesos) o una carta de expulsión. El Estado era quien decidía. “Ese caso se archivó y en cualquier momento se supone que me contactarán. Al chico de la barbería le pusieron una multa de seis mil euros (más de 24 millones de pesos)”.

El tiempo pasó y en los años siguientes estuvo por siete barberías de Madrid donde, en una de ellas, empezó a cortarle el pelo a Bnet en 2018, sin saber quién era. Un año después, el rapero se coronó campeón de freestyle internacional frente al colombiano VallesT.

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“Bnet ha influido mucho, no porque sea él, sino por la relación que hemos establecido. Somos muy colegas. Los dos o tres primeros cortes hablamos de su vida y de la mía. No sabía qué tan famoso es”, dice.

El freestyler madrileño empezó a seguir a Brahiam por las barberías en las que se ha movido. También llevó a otros famosos y el colombiano empezó a ser reconocido en España como el barbero de los raperos.

Hasta que le dijeron, tras tres años en Madrid, que finalmente podría aplicar para tener los papeles de su residencia. Los requisitos eran tener un contrato de ocho horas y a término indefinido.

Antes de la pandemia, consiguió que lo contrataran en una academia como profesor y obtuvo ese contrato. Envió los papeles, pero luego de un año y medio aún no tiene una respuesta.

Brahiam, además de la barbería, se dedica a realizar cursos para estilistas aprendices o con formación y así poder ayudarlos a mejorar en las diferentes técnicas para cortar el cabello.

La barbería de los raperos

Brahiam suele repetir el mismo procedimiento antes de realizar un corte. Primero, saluda a su cliente, lo conduce hasta la silla y le explica que no pueden tener la usual conversación cliente-barbero, pero que si gusta, luego del corte, pueden hablar. “Me pongo unos audífonos con la canción ‘Dream on’ de Eminem y me pierdo”, dice.

Juntarse con raperos ha hecho que entre en el mundo de las batallas. Bnet, por lo general, se corta el cabello una vez a la semana. Llega a la barbería cuando ya han cerrado y se quedan hasta las 2 a.m. rapeando.

“Javi (Bnet) junto a Kapo me han explicado todo sobre las batallas, cómo adaptarme a las instrumentales, cómo atacar al rival y luego lo ponemos en práctica. Incluso, ya he tenido algunas presentaciones”, dice.

Su barbería Damm Cuts se ha convertido en una de las más famosas en Leganés y Madrid. Tanto así que la prestigiosa marca Level Pro, escogió tres embajadores y Brahiam es uno de ellos.

Para que alguien pueda tener un corte de cabello o de barba en su local, debe agendarse por medio de la página web y esperar de una o dos semanas, según la época. El precio de su servicio es de 20 euros (más de $80.000).

Raperos como Tirpa, Gazir, Mnak, Skone y Blon no suelen pedirle algo específico y es él quien decide el estilo que pueden llevar. Caso similar le pasa con el rapero Delaossa. “Aunque rompamos de vez en cuando el esquema del corte, él siempre suele llevar la zona de arriba muy corta y un degradado a los laterales desde la máquina cero. Hace poco, para un video, le hice un par de líneas”.

Pero quien más lo exige es Bnet. “Luego de tantos cortes lo he ido educando en términos de barbería. Entonces cambiamos a veces por zonas con más volumen, otras con más textura”.

Finalmente, el barbero recordó su vida en Colombia: “tuve amigos en Fusagasugá que la droga se los llevó, otros que ya no están. Vivir en un barrio chungo me cambió. A veces, en la puerta de mi casa, había personas inyectándose y me robaron a mí y a mi hermana en varias ocasiones. Vivir ahí me dio una valentía que me ayudó a madurar mucho y por eso soy más centrado”.

A pesar de que está a la espera de su residencia española, tiene un local propio en Leganés y ha logrado estabilizarse. Por eso espera reencontrarse con su hija y llevar a su abuela a España. “Ella (su abuela) me dice que no se viene para acá porque sabe que si lo hace, no la dejo devolver”.

Uno de los motivos de Cubillos para regresar a Colombia de vacaciones es poder conocer más las diferentes ciudades de su país natal, reencontrarse con su abuela, su padre y también con su hija.

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