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Director de la nominada al Óscar, 'Relatos Salvajes', habla del éxito de la película

Damián Szifron, director argentino, vive su propio ‘relato salvaje’, por cuenta de su postulación al Óscar a mejor película extranjera. Entrevista.

19 de enero de 2015 Por: Redacción de El País

Damián Szifron, director argentino, vive su propio ‘relato salvaje’, por cuenta de su postulación al Óscar a mejor película extranjera. Entrevista.

Con una película que le ha abierto puertas “muy impactantes” y una nominación al Óscar, la cual corona una extensa serie de reconocimientos, Damián Szifron parece estar viviendo su propio ‘relato salvaje’. Estos son los nominados a los Premios Óscar 2015 El director argentino, cuyos ‘Relatos salvajes’ le dieron a su país la séptima candidatura al Premio de la Academia, en el apartado de mejor cinta en lengua extranjera, está que rebosa de alegría,“como Gene Kelly en ‘Cantando bajo la lluvia’, según dijo hace poco en un comunicado, al ver la acogida que ha tenido un trabajo que hizo casi por instinto, “sin dolor, sin neurosis, sin nada de lo malo que puede tener cualquier proceso natural”, expresó. Szifron, quien a sus 39 años tiene una amplia trayectoria como guionista y director de cine y televisión, se encontraba escribiendo un largo proyecto que llegó a convertirse en una trilogía cuando comenzaron a asaltarlo, aquí y allá, algunas ideas a las que no pudo hacer caso omiso. “Yo estaba manejando, tenía una discusión con un tipo, me quedaba tenso y rápidamente me empezaba a imaginar algo y decía, ‘acá hay algo, acá hay algo’. Paraba el auto en un bar en medio de la ruta y escribía una historia. Y de pronto en una tarde tenía un cuento. Las nuevas ideas que se me seguían presentando las trataba de comprimir para evitar que se convirtieran en más largometrajes y el resultado fueron una serie de cuentos muy potentes, muy poderosos”, dijo. Protagonizada por Ricardo Darín, Óscar Martínez y Érica Rivas entre otros actores, ‘Relatos salvajes’ es una compilación de seis cortos que transcurren en los más dispares escenarios y cuyo nexo son las reacciones violentas ante la transgresión de los límites: un hombre decide usar un avión como instrumento de venganza; una cocinera envenena a un comensal por considerarlo un degenerado; un padre desesperado convence a su empleado más fiel de que asuma la responsabilidad de un arrollamiento fatal cometido por su hijo; una novia descubre en plena fiesta de bodas que su flamante esposo la engañó con una invitada. Seis historias escritas casi por casualidad para liberar tensiones lo tienen ahora frente a la posibilidad de un Óscar. ¿Cómo lo toma? La verdad que es muy impactante. Cuando escribí esta película no tuve en cuenta el recorrido que podía llegar a tener. Seguramente la próxima película que escriba ya va tener una consciencia más internacional, digamos, pero esta es la primera película que verdaderamente cruza las fronteras y se está estrenando en muchos países del mundo y presentando en muchos festivales, así que, en relación con lo que hice antes, es una revolución absoluta. Así que me siento revolucionado. ¿Cuánto tiempo le tomó escribir la película? Fue un proceso intermitente, la escribí rápido, al ser historias breves las terminaba cada una en un lapso muy corto. Me sentí un poco escribiendo ‘Relatos salvajes’ como un músico o como un pintor, que se despierta una mañana y crea una obra, y ya al otro día está haciendo otra. Y el músico lo mismo, entró a un bar, tomó una copa de vino, agarró la guitarra, se inspiró y escribió una canción. Y, me sentí un poco así. ¿Qué es lo más cerca que ha estado de un relato salvaje? Fue una insospechada situación de violencia en mi vida: fui a un bar con mi mujer, un restaurante, y apenas estábamos empezando a comer con una botella de vino nos querían echar porque iban a cerrar. Empezaron a echar a todas las mesas de una forma muy violenta. Aplaudían, “Bueno, bueno, vamos, cerramos, váyanse”. Una cosa increíble. Empecé a discutir, la discusión fue subiendo de tono y en última instancia yo dije que me iba a llevar la botella de vino y las copas para tomar el vino en la plaza, ya lo había pagado además, y que después les iba a dejar las copas en la entrada del restaurante. Me iba llevando todo y salieron de la cocina un mozo y un cocinero. Vi que el cocinero la agarró a mi mujer de la ropa de una forma muy brusca y como que la empujó. ¡Le pegué una trompada! Soy la persona que menos te puedes imaginar... pero me salió del alma. De pronto, sin darme cuenta, me estaba agarrando a trompadas con el mozo y con el cocinero ... En una de las trompadas se estalló la copa y se reventó en la oreja del mozo y empezó a sangrar, vino la Policía... Ese no lo incluí en ‘Relatos salvajes’, ¡pero tuve un juicio! ... Tuve que enseñar cine a jóvenes de bajos recursos por un año, cosa que disfruté mucho. ¿Cómo llegaron Pedro Almodóvar y su hermano Agustín a coproducir la película? Pedro vio en 2005 o 2006 ‘Tiempo de valientes’, que es la película anterior que filmé en España e inmediatamente me llamó para decirme que le había encantado, quería saber qué era lo próximo que iba a hacer, le interesaba establecer un vínculo. Tiempo después, Agustín vino a Argentina, fuimos a comer, hablamos de cine largo y tendido, quedó ahí una relación latente, digamos. Así que apenas tuve este guión y decidí que este era el guión que iba a filmar, junto con Hugo Sigman que es el productor argentino de la película, se lo enviamos. Dos días después dijeron que querían coproducir. Pedro quería que yo hiciera la película que yo quería hacer y me ayudó mucho a lograrlo. Y luego cuando la película lo necesitó a él como figura, como patrocinador digamos, fue el primero en la fila. ¿Qué planes hay para el futuro?Está muy abierto el panorama, la verdad que la película ha abierto una cantidad de puertas en todo el mundo muy impactantes: recibí novelas, invitaciones de productores importantísimos, tanto para que dirija guiones que ya están escritos, como para desarrollar mi propio material. Una película en inglés creo que es lo más probable, porque además a mí me gusta mucho el cine americano. Desde siempre. Digamos que las puertas están abiertas y me dan ganas de aceptar muchas de las invitaciones que estoy recibiendo.

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