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Norma, antes de la película. Su esposo acostumbraba fotografiarla. Ella odiaba posar, pero amaba cantar. | Foto: Especial para El País

CINE COLOMBIANO

'Después de Norma', el íntimo documental que habla sobre la familia, el cambio y la ausencia

Desde el 5 de marzo estará en carteleras la película documental, toda una experiencia emocional. Jorge Andrés Botero, su director, habló al respecto.

1 de marzo de 2020 Por: Isabel Peláez R. / El País

Cuando Jorge Andrés Botero conoce en 2004 el diagnóstico de la enfermedad terminal de Norma, su mamá: Esclerosis Lateral Amiotrófica (E.L.A.), le apremia la necesidad de aferrarse a su cámara, grabar su entorno familiar y rescatar los recuerdos de infancia que muestran fragmentos de una madre joven, alegre, desinhibida y vital.

‘Después de Norma’ es una catarsis que hace este cineasta bogotano frente a la historia familiar, que reflexiona sobre la relación con nuestros padres y es una metáfora sobre el cambio y la ausencia. Una película sobre una familia que podría ser la suya.

¿Cómo surge la idea de filmar a su madre durante su enfermedad?

Nos llevó un tiempo saber qué era lo que realmente pasaba con mi mamá, ella comenzó a hablar como si se hubiera tomado unos aguardientes, con la lengua trabada, seis meses después la diagnosticaron y yo quería tener imágenes de mi madre en las que no se viera su deterioro físico. Viendo en Internet uno se da cuenta que nadie ha sobrevivido de esa enfermedad. Empecé a filmar sin saber muy bien cómo iba a acabar esto y con la idea de hacer una película, pero sin saber de qué tipo. Ese material quedó allí y al final empecé a juntar más cosas, apliqué a fondos cinematográficos y sentí que la película no iba a ser sobre la enfermedad y la muerte, sino más acerca de la ausencia, el duelo y la reconstrucción de las relaciones.

¿La película fue una catarsis para Norma, para su familia, para usted?

Yo diría que sobre todo para mí, más que para mi mamá. Fue difícil entender que ella no tenía muy claro qué iba a pasar con ese material, nadie lo sabía en ese momento, fue montando la película que yo me encontré con las imágenes a mi mamá diciendo con un dedo que no la filmaran. Yo no era muy consciente de eso. En la sala de montaje de 2018 vi que había muchas imágenes de ella negándose a ser filmada y entendí que debía mostrar una imagen de mi mamá con la que ella se sintiera bonita, la mayor parte del tiempo que la película lo permitiera. Y sí, fue una catarsis familiar también.

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¿Cómo convenció a su familia de cooperar con la película, aún en momentos muy íntimos en los que la cámara se inmiscuye demasiado?

Yo diría que ellos fueron muy generosos con su tiempo y con empezar a entender. Una de las primeras escenas soy yo haciendo una película sobre la familia, con el paso del tiempo ellos se empezaron a acostumbrar a que la cámara estuviera allí todo el tiempo filmando cosas.

Cuando empecé a filmarlos todavía tenía una idea, quizás muy adolescente, de “qué pereza la familia”, pero haciendo la película entendí muchas más cosas sobre ellos. Ellos se comprometieron mucho, con mi papá hicimos un viaje larguísimo, apenas una parte de este se ve en la película, estuvimos en Honda, en Medellín, en Sonsón, entrevistamos a un montón de tíos, visitamos muchos lugares, recordamos varios momentos y luego fuimos al mar, que eso sí está allí.

Usted, su mamá y sus hermanos estaban acostumbrados a ser retratados por su padre, aficionado a las cámara, ¿Eso influyó en su vocación de cineasta?

Sí, pues mi papá siempre tuvo una cámara de fotografía y siempre tomó fotos y en las casas de los hermanos de mi mamá uno siempre encuentra fotos de nosotros que fueron hechas por él. En mi casa siempre hubo una cámara todo el tiempo y eso hizo que yo me enamorara de la imagen de una manera no tan consciente. Cuando entré a estudiar comunicación social, se supone que iba a ser periodista, pero ya en la carrera me metí en lo audiovisual y no me salí de ahí.

Haciendo la película encontramos un montón de imágenes que yo ni siquiera sabía que existían, había puros casetes que tenían fotos increíbles. También hallamos una cámara de 8 mm con la que un tío filmaba y que contenía imágenes de mi mamá en otra época. Fue intentar recuperar el archivo de la memoria, que en el caso de mi familia, en cuanto a lo fotográfico, fue muy nutrido.

Hablando de fotografías, hay una suya con un perro pastor alemán a la que se refiere en la película como un momento traumático. ¿Por qué?

Lo que dirían los terapeutas es que uno recuerda de la infancia sobre todo los eventos que son más traumáticos, se quedan clavados en la memoria. Pudo haber sido la imagen del perro o cualquier otra, pero la idea era mostrar que uno se queda con ciertas cosas no muy chéveres de su relación con sus papás en la niñez y este era un ejemplo muy puntual. La mayoría de los temores que tenemos son heredados.
La película habla también de cómo sobreponerse a todo, hoy en día puedo consentir a un perro en una finca.

Del E.L.A.

¿Qué tanto trata la película sobre esta enfermedad?

Mi hermana en algún punto pensaba que esta película iba a explicar un poco cómo funciona la enfermedad, pero no es así, porque esta se presenta de distintas maneras en las personas, en algunas empieza por los miembros inferiores, en otras arranca por la lengua y los músculos de la cara. Más que ser una película sobre E.L.A. sí estoy buscando que las asociaciones de familiares de pacientes con E.L.A. se acerquen a la película, pero sí hay un montón de enfermedades huérfanas que es importante que la gente sepa que existen, porque tienen un diagnóstico muy lento.

Más sobre Andrés

“Mi familia ya vio la película. Estuve con mi papá en el Ficci, a mis hermanas les gusta mucho. Están muy atentas a lo que está pasando con ella. Para mi papá es la película que habla de la mujer que amó. La han visto tíos y tías y les ha conmovido mucho también”.

“Siento que las enfermedades están ligadas a procesos psicológicos, hay un elemento emocional en las enfermedades fuertes, traumas que no se manejaron, dolores, duelos que no sanaron, la única forma que tiene nuestro cuerpo para hacerlas visibles es a través de la enfermedad. Tuve una relación con mi mamá muy cercana, cuando enfermó pude dedicar buena parte de mi tiempo a cuidarla”.

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