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Cocina española, creatividad que conquista paladares
Una gastronomía diversa que une tradición con modernidad; sabores que deleitan mesas en todo el mundo.
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21 de ago de 2025, 10:24 a. m.
Actualizado el 21 de ago de 2025, 10:24 a. m.
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Hablar de cocina española es hablar de historia, tradición y diversidad. Desde los sabores marinos del norte hasta la influencia árabe del sur, cada región aporta ingredientes y técnicas que enriquecen una de las gastronomías más reconocidas del mundo.
El respeto por los productos frescos y el valor de compartir en la mesa definen su esencia, y la convierten en una experiencia tanto cultural como sensorial.
España ha sabido equilibrar la tradición con la innovación. Es un país donde conviven recetas transmitidas de generación en generación con propuestas de alta cocina que marcan tendencias internacionales. Este equilibrio ha contribuido a que muchos de sus restaurantes figuren entre los más galardonados con estrellas Michelin.
Ingredientes que definen una identidad
La calidad de sus ingredientes es una de las claves de su prestigio. Productos como el aceite de oliva virgen extra, el azafrán, los mariscos, el arroz bomba o el jamón ibérico no solo son símbolos de identidad, sino también garantía de sabor.
Estas materias primas han cruzado fronteras y son buscadas por cocineros de todo el mundo para recrear el auténtico sabor español.

Marlene Bonilla, chef colombiana con más de 27 años de trayectoria, entendió que para ofrecer una cocina española auténtica debía conocerla de cerca. Por eso, viajó por ciudades como San Sebastián y Madrid, donde pudo explorar de primera mano la riqueza de ingredientes, técnicas y sabores.
Esa experiencia la trasladó al Hotel Intercontinental de Cali, donde lidera cinco restaurantes, incluido Bulería Cocina Española.

En este último, la fidelidad a la cocina española se combina con adaptaciones pensadas para el paladar local. Platos como la fideuá, originalmente elaborada con mariscos y pasta fina, se preparan con cerdo en una versión que mantiene la esencia, pero conecta con los comensales colombianos. Esta capacidad de adaptación ha permitido a la cocina española integrarse en distintas culturas sin perder su alma.
Platos con alma social
Las tapas, pequeñas porciones pensadas para compartir, representan a la perfección el espíritu social de la gastronomía española. Junto con clásicos como las patatas bravas o la tortilla española, forman parte del paisaje cotidiano de bares y restaurantes tanto en España como fuera de ella. Son el punto de encuentro entre tradición y disfrute colectivo.
La paella, sin duda uno de los platos más emblemáticos, requiere técnica, paciencia y una cuidadosa selección de ingredientes. Cada región tiene su propia versión: con mariscos, carnes, verduras o la tradicional valenciana. Su preparación es un arte que va desde el fondo del caldo hasta el punto exacto del arroz.
Innovación y tradición en equilibrio
La cocina española también destaca en la repostería. Postres como el arroz con leche o la crema catalana se mantienen vigentes, pero se reinventan con texturas modernas, como crocantes de frutos secos o espumas ligeras.

Asimismo, ensaladas inspiradas en regiones como Cataluña incorporan ingredientes contemporáneos como manzanas, macadamias o hierbas frescas que aportan nuevos matices.
La experiencia se complementa con una rica tradición vinícola. España cuenta con denominaciones de origen reconocidas mundialmente, y vinos que maridan perfectamente con cada plato, desde albariños frescos hasta tintos intensos de Rioja o Ribera del Duero. La sangría, por su parte, es una bebida festiva que refuerza la idea de compartir en buena compañía.
El éxito internacional de la cocina española reside en su capacidad de emocionar y conectar. Su autenticidad, versatilidad y enfoque en la calidad la han convertido en una experiencia universal.
Cada plato cuenta una historia, la de una tierra que valora sus raíces y celebra la vida a través de la buena mesa. Probar una tapa, una paella o un vino español es recorrer siglos de tradición y hospitalidad en un solo bocado.
Formación y herencia, esencia silenciosa
La cocina española se fortalece con la formación técnica y la transmisión de saberes entre generaciones. Marlene Bonilla entendió que no basta con replicar recetas: vivió una experiencia inmersiva en España, donde aprendió técnicas, ingredientes y el valor cultural de cada preparación.

Hoy lidera equipos que interpretan la gastronomía con respeto, combinando práctica, conocimiento y pasión. Su trabajo refleja el espíritu formativo que convierte a la cocina española en una tradición viva y universal.
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