Andrés Sandoval confesó cómo la religión le cerró las puertas en la actuación

Andrés Sandoval tiene una amplia carrera en la televisión colombiana. Los espectadores lo recuerdan por un sinfín de personajes, uno de ellos, Juan Camilo en las dos entregas de La reina del flow.

En diferentes ocasiones el actor se ha sincerado sobre los momentos más difíciles de su vida. El fin de semana contó en Bravíssimo que durante muchos años fue un hombre infiel y que llevaba una vida bastante desorganizada. Fue entonces cuando recurrió a una ayuda religiosa.

Primero lo hizo en una iglesia evangélica, pero allí no encontró las respuestas. Luego de eso recurrió a una católica. Después se unió a un grupo de religiosos, que aunque en un comienzo lo ayudaron, con el tiempo lo hicieron vivir un infierno.

“Me vi en una situación de empezar a rechazar muchas cosas como papeles de televisión, porque con esta gente, supuestamente, empecé a crear un proyecto espiritual para salvar vidas y para no se qué… Pues esto se convirtió en que estas personas estaban empezando a abusar de mi imagen para, no solo hacerse seguidores en redes, sino a exigirme que yo les buscara trabajo”.

Andrés se demoró mucho tiempo en darse cuenta de que su lugar no era ese, pero cuando quiso irse, estas personas comenzaron a manipularlo, usando varios detalles de su pasado.

“Empezaron a coger ciertas cosas de mi vida, sobre todo de mi pasado, para crucificarme. Gente que supuestamente es supercreyente. Gente que, por ejemplo, asiste y es benefactora de Los caballeros de la Virgen, y mentiras. Gente pesadísima”.

Incluso, Andrés aseguró que este grupo se metió hasta con sus hijos, a tal grado que ellos le hablaban mal de él.

“Tenemos mucho material para poder mostrar la verdadera situación psicológica y presión que están viviendo los niños, mi familia también”.

Hace un tiempo, en una conversación con Diva Rebeca, el actor afirmó que durante una temporada larga tuvo una vida de excesos. Eso implicó mucho alcohol y drogas.

“Yo llegué a probar hasta bóxer. Pasé una noche al cartucho o varias y luego volvía a mi casa. Yo llegué allá simplemente porque estaba comprando para consumir, estaba en una grabación muy cerca y me fue a comprar. Fui entrando y recibiendo un trago y yo siempre he sido, como actor, muy curioso por conocer a la gente, saber cómo actúan para cuando deba interpretar llevar eso y allí probé de todo”.

En aquella conversación también recordó la historia de un hombre que conoció precisamente en el cartucho y que marcó su vida para siempre.

“Conocí a un ingeniero industrial sueco que se vino a hacer un proyecto hacía como 20 años atrás y como aquí la droga es tan barata y de buena calidad se perdió en ella. El tipo me decía llorando, ‘yo amo a mi familia, pero amo más el vicio’”.

Pero los excesos no solamente tenían que ver con las sustancias, también con las mujeres. Andrés salía con muchas chicas y con ninguna se sentía satisfecho. “Yo llegué a tener a nueve novias al tiempo, ninguna de ellas sabía que yo era novio de la otra. En esa época eran besitos y un poco de cositas más”.

Andrés no encontraba un motivo para seguir viviendo y por eso pensó lo peor: “Yo dije un día, no tengo sentido por la vida. Tengo las viejas que quiera, reconocimiento, talento, pero estoy vacío”.

Finalmente, el actor encontró la ayuda y las respuestas en el mundo espiritual y pudo dejar atrás todos estos excesos.