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A Carolina Cruz no le quita el sueño casarse

A la presentadora vallecaucana y a su pareja Lincoln Palomeque no les quita el sueño casarse. “Así estamos bien”, dice ella.

9 de diciembre de 2016 Por: Meryt Montiel Lugo, editora equipo de domingo.

A la presentadora vallecaucana y a su pareja Lincoln Palomeque no les quita el sueño casarse. “Así estamos bien”, dice ella.

 

Hace pocos meses la presentadora y modelo vallecaucana Carolina Cruz tuvo una encrucijada en el alma: debió escoger entre presentar el Festival Internacional del Humor o Colombia’s Next Top Model, pues ambos espacios del Canal Caracol se emitirán de manera casi continua: el primero, en diciembre, y el segundo, en enero. Ella se decidió por conducir el reality en el que hermosas jóvenes se enfrentarán para ser la nueva top model colombiana. Deberán entonces superar retos relacionados con el mundo del modelaje: pasarela, fogueo de medios, comerciales, shoot fotográfico. La bella tulueña criada en La Sultana del Valle, además de presentar el espacio, será una  consejera para las concursantes. Como ella misma lo dice, se convertirá “en la mamá de los pollitos, que son las niñas, pues trato de guiarlas por un camino de seguridad, tranquilidad, confianza, autoestima, de quererse y valorarse”.

 

¿Por qué se ha convertido en la mamá de los pollitos, como usted dice?

Porque  el  mundo del espectáculo es  muy duro,  te exige, nunca está conforme con nada,  si uno no tiene los pies bien puestos sobre la tierra, si no tienes seguridad y sobre todo, una autoestima muy alta, te puede llegar a dar muy duro. Entonces lo que he tratado de hacer, sobre todo yo lo hice la temporada anterior y esta, es ser como su consejera,  brindarles charlas,  puntos de vista, tips para que salgan adelante, llevarlas por el camino que más les convenga.

¿Cuántas modelos de Cali participarán esta vez?

Cuando comenzamos había 17 niñas, siete caleñas,  una buena cantidad dejando en alto el nombre de nuestro departamento, demostrando la belleza, el talento y la verraquera que tenemos las mujeres caleñas. Cali debe estar muy unido al Canal Caracol porque tenemos que hacerles fuerza a estas jóvenes que quieren salir adelante, que tienen un sueño por cumplir, que además, tienen todas las características para poderlo lograr.

¿Alguna novedad en el formato?

No,  solo que en la temporada pasada estábamos todos los personajes de ahora,  menos Karen Carreño, ahora ella hace parte del equipo de trabajo que es maravilloso. Karen ha tenido un reconocimiento internacional muy grande como modelo en Nueva York, en México, hizo campañas de marcas reconocidas como Guess. Para las concursantes estar tan cercana a ella ha sido positivo, eso hace que el programa tenga un punto a favor. También está la editora de moda Kika Rocha, el fotógrafo Mauricio Vélez y el estilista Franklin Ramos. Es un equipo de trabajo compenetrado y el grupo de niñas está espectacular, es  muy parejo, va  ser difícil tomar una decisión.

¿Cuál es el jurado más exigente?

Mauro (Mauricio Vélez) es el más exigente como jurado, pero les exige de una manera muy amorosa, es un caballero en toda la extensión de la palabra, sabe cómo hablarles, cómo llegarles, y Franklin también les exige, pero él es consciente y las consiente y  quiere demasiado, pero les exige  para que ellas se vayan perfeccionando y subiendo puntos cada semana. Karen y yo – aunque yo no soy jurado, sino presentadora- como hemos tenido la oportunidad de trabajar en el mundo del modelaje somos más conscientes y muy suaves, porque sabemos lo duro que nos ha tocado.  Karen las consiente mucho; Kika es dura, pero el más duro de todos es  Mauro.

¿Y sigue viajando entre Estados Unidos y Colombia?

Sí, sigo entre Miami y Colombia. Hace dos meses estoy en el país en el proyecto de Caracol. Lo más seguro es que ahora en diciembre me vaya para Estados Unidos en alguna fecha, pero la idea también es quedarnos acá un tiempo, compartir en familia. Lincoln (Palomeque, su pareja) está rodando una película en España, en Almería, llega en una semanita, entonces estaremos acá pasando 24 seguramente con la familia, con los amigos, con los sobrinos. Pero por ahora sigo entre Miami y Bogotá haciendo las campañas de las marcas con las que sigo trabajando.

¿Pasarán el fin de año en Bogotá o en Cali?

Ya no tengo a nadie de mi familia aquí en Cali, qué tristeza. Me va a tocar venir a comprar así sea una tierrita por aquí (risas), lo que sea (risas).  Mi mamá está viviendo en Medellín; mi papá, en Manizales; mi hermano, en Bogotá. Creo que todos vamos a estar en Bogotá y el 31 seguramente viajaremos a Estados Unidos con los niños (sus sobrinos) de vacaciones, a descansar.

¿Tiene proyecciones internacionales como modelo, como empresaria y como presentadora?

Como modelo ya no, porque debió haber sido hace muchos años y ahora es un tema que no me roba el sueño. Como empresaria sí me encantaría, porque para eso creé una empresa, ese sí sería el futuro de la misma. El nombre de mi empresa se ha posicionado mucho a nivel nacional, pero si lográramos posicionarlo a escala internacional sería maravilloso. Y en términos de presentación yo soy tan feliz aquí en Colombia haciendo uno o dos proyectos al año con el Canal Caracol que me siento dichosa, porque creo que eso me mantiene vigente, y ya. O sea, no soy de esas que necesite estar siempre presente, ya no.

En algún momento de mi vida le dije a todo que sí, pero con los años uno va madurando, va buscando más calidad de vida.A mí me salen uno o dos proyectos con el Canal Caracol y los hago feliz:  el Festival Internacional del Humor lo hago dichosa;  Colombia’s Next Top Model, más; pero no hay nada que me robe el sueño en Estados Unidos. Tampoco he ido a tocar puertas, nunca lo he necesitado hacer, esos campos no los he investigado. Y como empresaria aún no he exportado, pero es lo que queremos llegar a hacer. Empezar no es fácil porque la economía aquí es muy difícil, el tema del dólar es muy complicado también, entonces no hemos podido hacerlo. Pero sí es un proyecto en el que seguimos trabajando y ojalá lo podamos llegar a hacer.

¿Lincoln, su pareja, sigue radicado en Miami?

Sí,  pero estuvo haciendo un proyecto en México. Este año fueron cuatro meses, él terminó  entre mayo o junio más o menos. Estuvimos todo este tiempo juntos en Miami hasta que yo me vine a Bogotá a trabajar con Caracol y él se fue para España a hacer su proyecto.

¿Ya cuánto tiempo llevan juntos?

Llevamos ocho años, ya  es mucho tiempo, ¡se amañan! (risas). Sí, llevamos ocho años felices,  con muchos proyectos, trabajando cada uno en lo que le corresponde, en lo que a cada uno le gusta, eso ha sido muy chévere para la relación también.

¿Y hay planes de matrimonio?

Nada, pero ¡es que más casados pa’ donde¡ (risas). Es que después de ocho años qué se va casar uno ya. No, nosotros nunca hablamos de eso. Si se da, si llegara a darse la idea, seguramente lo haríamos, pero no es una cosa que nos quita el sueño o que sea importante para mí o para él. Así como estamos, estamos bien.

¿Qué rituales o costumbres tiene para esperar el nuevo año?

Primero, no me gusta pasarlo sola, siempre es con  Lincoln, con la familia de él, con mi familia. No me gusta estar sola el 31. Lincoln y yo hacemos una cartica donde le agradecemos a Dios y a la vida por todo lo que nos ha dado y le pedimos lo que queremos para el próximo año y quemamos la carta. Ese es un ritual que hacemos todos los años. A las 12:00 yo me como las 12 uvas y voy pidiendo un deseo por cada uva. La champañita no me la tomo toda, pero sí por lo menos para brindar y el primer traguito. Y me gusta recibir el año con plata o lentejas en los bolsillos. De vez en cuando hago lo de los calzones amarillos porque a veces se me olvida. Y hago lo de la maleta: no le doy vuelta a toda la manzana, pero por lo menos sí recorro un pedacito y viajo todo el año, por lo menos para sumar millas (risas). Eso lo que siempre hago. Pero mientras uno reciba el 31 con la familia, con salud, que es lo más importante, con vida, con la gente que uno tiene alrededor ya lo otro es extra.

 

 

 

 

 

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