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La falta de recursos económicos para el pago de la matrícula, la poca orientación profesional y el bajo desempeño en las pruebas de Estado, generan que muchos jóvenes en Colombia no puedan ingresar a Instituciones de Educación Superior, IES, una vez terminan el bachillerato. | Foto: Cortesía para El País

EDUCACIÓN

Seis de cada diez jóvenes colombianos no sigue sus estudios después del colegio, ¿por qué?

Solo el 39 % de los jóvenes ingresa de forma inmediata a una Institución de Educación Superior una vez termina su bachillerato.

14 de noviembre de 2021 Por: Tatiana Ospina y Catalina Orozco

Cerca del 60 % de los bachilleres en Colombia no logró en el 2018 ingresar a una Institución de Educación Superior, IES, una vez terminó su bachillerato. Fueron 286.399 jóvenes los que no se pudieron vincular.
Así lo estableció un Informe del Laboratorio de Economía de la Universidad Javeriana de Bogotá que buscaba determinar: ‘¿Continúan los estudiantes con su educación superior inmediatamente han terminando el colegio en Colombia?”.

En el estudio se tuvieron en cuenta variables que influyen en esta problemática. Por ejemplo, el informe indica que ‘‘los estudiantes graduados de colegios privados presentan una tasa de tránsito inmediato de 20 puntos porcentuales por encima de los oficiales (47,7 % en las instituciones educativas no oficiales y el 27,7% oficiales)’’. Lo que indica que los jóvenes de colegios privados en Colombia van en una mayor proporción a la universidad, con respecto a quienes son egresados de colegios públicos, que representan una cifra menor.

Asimismo, las brechas se marcan territorialmente. En San Andrés y Quindío, por ejemplo, la tasa se encuentra en alrededor del 50%, o sea, de cada 2 alumnos solo 1 ingresa a la universidad, mientras que en el Amazonas, de cada 100 graduados solo 15 lo hacen.

También, hay diferencias entre las instituciones oficiales y no oficiales en departamentos como Amazonas, Chocó y Putumayo, donde las tasas de tránsito de estudiantes en colegios privados son del 70 %. Esto, de acuerdo con el Laboratorio de Economía de la Educación, se debe a que las pocas instituciones privadas concentran a los estudiantes con un alto perfil socioeconómico, que tienen más posibilidades de vincularse rápidamente a una IES.

En el Valle del Cauca, la tasa de tránsito inmediato hacia la universidad en 2019 fue de 35 % en bachilleres de colegios públicos y 45 % en egresados de colegios privados. Es decir, que existe una brecha diferencial de 10 puntos porcentuales. En Cali, específicamente, el ingreso a IES de jóvenes graduados de colegios públicos y privados fue de 30 % y 44 %, respectivamente.

Para Julio Cesar Rubio Gallardo, docente y director del programa de Licenciatura en Literatura y Lengua Castellana de la Universidad de San Buenaventura Cali, los egresados de instituciones privadas tienen dos formas de hacerlo: poseen el recurso para ingresar a una institución educativa privada acreditada o porque su formación les permite estudiar en una educación pública acreditada, ‘‘o sea, que tienen una doble ventaja’’.

¿Por qué los jóvenes no ingresan a la universidad inmediatamente?

Entre las principales barreras que afrontan los jóvenes para acceder a la universidad, en especial, durante la pandemia por Covid-19, comenta Gloria Bernal, directora del Laboratorio de Economía de la Educación de la Universidad Javeriana de Bogotá, están “la falta de recursos económicos para costear la matrícula y/o sostenimiento; la poca o nula orientación profesional a los estudiantes ofrecida en la educación básica y media, y la desinformación, especialmente en colegios oficiales, acerca de cómo acceder a la educación superior, sobre financiación y oferta de créditos y/o becas”.

El estudio determinó que es necesario tener en cuenta aspectos como la pertinencia y calidad de la educación media para garantizar un óptimo tránsito hacia la educación superior, pues ‘‘los programas de acceso se encuentran centrados en los deciles más altos de las pruebas de Estado’’, por lo que, cerca de 2 millones de jóvenes de 17 a 21 años quedan por fuera de la cobertura de educación superior en Colombia.

Además, ‘‘el nivel de desigualdad social que tenemos en el país, se expresa en la poca capacidad que tienen los chicos para poder ingresar a la universidad. El informe permite reconocer que tenemos territorialmente en Colombia una desigualdad muy grande. Por eso, tenemos municipios o departamentos donde pueden los chicos acceder más fácilmente, pero otros donde, efectivamente, se vuelve casi imposible. Lo confirmó el reciente informe del Banco Mundial: este es un país demasiado desigual’’, sostiene el docente Rubio Gallardo, miembro del grupo de investigación en alta dirección y servicios investigativos de la Universidad de San Buenaventura Cali.

De igual forma, agrega que otro factor importante tiene que ver con la baja oferta pública que tienen los bachilleres al iniciar sus estudios superiores. El profesor expresa que ‘‘la universidad pública termina siendo una cosa muy paradójica, es pública, pero deja por fuera a mucha gente, para poder ingresar te exigen un nivel académico alto’’.

En este aspecto coincide con el rector del Colegio New Cambridge School Cali, Juan Felipe Mejía, quien indica que ‘‘el rol de la universidad pública es muy importante, pero claramente se necesita más, para poder ofrecer a muchos estudiantes que no pueden cumplir con los requisitos de un crédito de Icetex o una beca, es ahí donde tenemos un cuello de botella’’.

Además, hay que tener en cuenta el aporte del Servicio Nacional de Aprendizaje, SENA, a este fenómeno. Contribución que aumenta el 10 % del tránsito estudiantil, o sea, sin tener en cuenta el aporte de este centro de formación, la cantidad de alumnos que continúan con sus estudios superiores egresados de colegios oficiales sería del 25%, pero, cuando se considera la incidencia de esta entidad, la cifra aumenta diez puntos porcentuales, pasando a 35% en colegios oficiales del Valle del Cauca.

El docente Rubio indica que parte de jóvenes de colegios no oficiales no escalan a un título profesional, ubicándose en un nivel técnico o tecnológico, lo que, según él, representa ‘‘una crisis de legitimidad de la educación superior, por muchos factores. La gente no cree que una opción de su proyecto de vida es formarse en términos profesionales. Esto, porque hay ciertas lógicas que han permitido a los chicos obtener ingresos rápidos sin necesidad de estar cinco o seis años en una universidad. Esa es una batalla muy grande’’.

¿Cómo atacar este flagelo?

Juan Felipe Mejía, exprofesor en la Universidad Externado de Colombia y la EAFIT, propone que es fundamental el acompañamiento a los jóvenes, por eso, asegura que en la institución New Cambridge School Cali, que él dirige, ‘‘tenemos una escuela interna de preparación, presentamos simulacros de la prueba y les explicamos a los estudiantes por qué es importante la prueba y obtener unos buenos resultados para acceder al programa de su elección, todo con el fin de que cada estudiante logre identificar cuál es su propósito’’.

Estamos todo el tiempo conversando con los estudiantes, sensibilizándolos a ellos y a sus padres acerca de la importancia de la educación en sus vidas, cómo obtener unas buenas calificaciones y un excelente bilingüismo, un diploma de Bachillerato Internacional, pruebas internacionales, que los faculte para tener una vida exitosa, feliz y les permita acceder a la universidad de forma positiva, precisa Mejía, doctor en Economía de la Universidad Hohenheim, de Stuttgart, Alemania.

Aún así, para Sara Alomía, estudiante de undécimo grado del Colegio Villa del Sur, de Cali, aunque en este, les dan charlas para que cada estudiante se pueda identificar en lo que más se puede destacar y en lo que realmente le gusta, ella sostiene que hace falta profundizar en procesos vocacionales.

Por su parte, el vicerrector de Investigación, Innovación y Emprendimiento de la Universidad Autónoma de Occidente, Jesús David Cardona, comenta que algunos de los retos para contribuir a esta situación son “seguir fortaleciendo todas las posibilidades y mecanismos para que se pueda acceder a la formación en instituciones tanto públicas como privadas, otorgando elementos que tienen que ver con financiación, con apalancar la posibilidad de que ingresen chicos a los programas a partir de patrocinios o apadrinamientos”.

Además, Cardona comenta que entre las causas para que los jóvenes se motiven a ingresar a las IES una vez terminan el colegio pueden ser variadas, entre ellas, la oferta de programas académicos pertinentes y coherentes que respondan a sus expectativas y necesidades.

Por su parte, Rubio sugiere que para aumentar las cifras de jóvenes que ingresen a las Instituciones de Educación Superior, IES, desde las entidades privadas hay que garantizar su acceso. Además, que desde el sector empresarial, se debería contribuir a luchar contra el flagelo del no ingreso a las IES, mediante auxilios, becas o padrinazgos.

El experto asegura que las alcaldías locales deberían aportar a esta causa, pues ‘‘todavía seguimos teniendo historias sobre personas que vienen de otra región para ocupar cargos de alto nivel. Todo porque no tenemos un capital intelectual en el Valle del Cauca. ¿Por qué hay que traerlos, si tenemos un sistema de educación nacional que garantiza esa formación y que, efectivamente, podemos tener gente laboralmente importante?’’.

De igual forma, Gloria Bernal, comenta que ‘‘se deben dedicar esfuerzos para reducir las barreras de entrada a la educación superior de alta calidad para estos estudiantes. Es importante avanzar en la pertinencia y calidad de la educación media para que las personas tengan mejores niveles educativos y con esto tengan una mayor probabilidad de acceder a la educación superior’’.

Por la pandemia, en el segundo período del 2020 la cifra de estudiantes matriculados en el primer curso de programas de pregrado, se redujo en un 0,4 % pasando de 306.850 a 305.624, según el Laboratorio de Economía de la Educación.

Acceso a la universidad

Solo 74.000 de los jóvenes que transitan a la universidad van a instituciones acreditadas, según el Laboratorio de Economía de la Educación de la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá.

Factores que influyen en este fenómeno son: el desempeño en las pruebas de Estado, los recursos económicos, la orientación profesional y la desinformación sobre programas de financiación.

Según, Julio Cesar Rubio, se requiere la participación del Estado, para que, mediante una política pública amplíe el espectro de ingreso a la educación superior. Así más jóvenes pueden no solo ingresar sino permanecer en la universidad.

El tránsito de la educación media a la superior permite mejorar las condiciones económicas de la población.

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