EDUCACIÓN
Inclusión, clave en el proceso formativo de la Universidad del Valle
Las estrategias de Univalle para ser una universidad inclusiva. El centro educativo fortalece el proceso de inclusión con proyectos como Discapacidad e Inclusión, Universidad Saludable, Cultura, Oficina de Asuntos Étnicos, Género, y Campus Diverso. Hace acompañamiento también a estudiantes con identidades de género y orientaciones sexuales diversas.
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2 de dic de 2020, 09:52 a. m.
Actualizado el 18 de may de 2023, 12:11 p. m.
Autoconocimiento, adaptación y transformación hacen parte del ambiente universitario que lleva a la inclusión. Y en la Universidad del Valle, Yudisa Lizeth Dagua Bugu, integrante de la comunidad indígena nasa, se siente verdaderamente incluida, acogida, ya que como asegura, sus compañeros y profesores respetan su cultura.
En opinión de Alexia Stumm Enríquez, integrante de la comunidad LGBTIQ, la inclusión en este centro educativo donde estudia, es un proceso que se va fortaleciendo.
Las directivas de la Universidad del Valle aseguran que esta institución le apuesta a continuar forjando un camino de armonía, donde cada paso que se dé sea una representación de diversidad e inclusión.
Para el vicerrector de Bienestar Universitario, Guillermo Murillo, por ejemplo, “la Universidad del Valle lleva trabajando bastante tiempo en la implementación de políticas de inclusión, la entiende en un sentido muy amplio”.
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Actualmente, en sus once campus cuenta con estrategias que aportan para construir una universidad para todas y todos, como los proyectos de Discapacidad e Inclusión, Universidad Saludable, Cultura, Oficina de Asuntos Étnicos, Género, y Campus Diverso.
Murillo comenta que “en Univalle la inclusión comienza desde el acceso e ingreso de estudiantes desde el punto de vista étnico y con principios de excepción”. Es decir, se le da cabida a comunidades afrocolombianas, indígenas, población desplazada, reinsertados y víctimas de conflicto político armado.
Yudisa Lizeth Dagua Bugu hace parte de este grupo de personas. Es estudiante de Licenciatura en Literatura de la Universidad del Valle, sede Palmira. “Al permitir el acceso a la universidad están reconociendo que sin importar el grupo social al que uno pertenezca, tenemos igualdad de condiciones y derechos fundamentales. Además, cuentan con servicios que brindan seguridad y estabilidad a personas como nosotros”.
Las percepciones cuelgan de un hilo y cambian según la experiencia vivida. Para Alexia Stumm Enríquez, integrante de la comunidad LGBTIQ, estudiante de Psicología en la Universidad del Valle, “las poblaciones de principios de excepción cuentan con diversas estrategias que les permiten estar en espacios donde convergen y tienen la posibilidad de desarrollar discursos”. Pero, para su comunidad, dar un paso hacia el camino de la inclusión significa enfrentarse a espacios un poco más pedregoso por estereotipos sociales frente a su identidad de género.
Sin embargo, en opinión de Yudisa, la institución ha reforzado el pilar de la diversidad cultural, en esta se han creado escenarios como conferencias, grupos de apoyo, reuniones para las personas con condición de excepción. “He visto obras de teatro donde se representan a personas como nosotros en el ámbito educativo, esto hace que uno se anime a estudiar, evidencia que por pertenecer a una etnia diferente podemos acceder a la educación, hacen que nos animemos a estudiar y a conocernos”.
La diversidad en este centro educativo no solo se da desde el ámbito cultural en condiciones de excepción, se presenta también desde el género. Liliana Arias Castillo, vicerrectora académica, comenta que el proyecto Campus Diverso, creado en el 2016, dirigido por la Vicerrectoría Académica, los convirtió en pioneros en poder brindar a la comunidad universitaria un espacio que tiene como base el acompañamiento a estudiantes con identidades de género y orientaciones sexuales diversas.
“Se crea como una alternativa o una necesidad que tenían las personas transgéneros, una vez que se hace más frecuente esta expresión a nivel universitario”, indica la vicerrectora académica.
Este proyecto ha ayudado a más de 30 personas transgénero en casos específicos, que hacen parte de la comunidad LGBTIQ. Sin embargo, el impacto es de mayor amplitud para cientos de personas, ya que tiene como característica brindar servicios abiertos a toda la comunidad.
“Hay un acompañamiento importante desde las diferentes prácticas y quehaceres frente a la diversidad de géneros, que existen en una comunidad universitaria”, comenta Arias.
Alexia Stumm Enríquez, mujer trans, considera, frente a la inclusión en la Universidad del Valle, que “son muy neutrales, porque hay momentos en los que es necesario ser inclusivos y por consiguiente, generan estrategias que dan cuenta de esto. Pero, en algunas ocasiones se le da la espalda a situaciones de homofobia y transfobias que se presentan en la institución”. Alexia recuerda situaciones como la que se presentó a mediados de febrero, cuando en la sede Meléndez un grupo de personas colocaron mensajes transfóbicos en los baños de las mujeres, negando el acceso a las chicas trans. Esto generó manifestaciones por parte de la comunidad LGBTIQ pidiendo igualdad e inclusión, no se confirmaron los responsables del hecho, pero la universidad buscó intensificar el llamado al respeto.
En su condición de especialista en Medicina Familiar, la vicerrectora argumenta que son numerosos los grupos de diversidad sexual y que se presentan casos de discriminación, que es un proceso de transformación cultural arduo que viene desde hace un tiempo. Por eso, se busca “poder prestar una asesoría y apoyo biopsicosocial”, es decir, brindar un acompañamiento psicosocial con un monitor; lograr el empoderamiento en procesos de transición de identidad o de expresión de género por medio de trámites médicos y documentales; y ofrecer la re-educación y sensibilización en temas de diversidad sexual a toda la comunidad universitaria.
“Puedo expresarme libremente en la universidad, nunca he sufrido un caso de discriminación y desde que comencé mi tránsito, la universidad me ha apoyado”, comenta Alexia, integrante de la comunidad LGBTIQ. En la institución le otorgaron el acceso a becas, y el cambio de su nombre en el correo institucional. Las diferentes unidades académicas, facultades y departamentos, “tanto para estudiantes y colaboradores brindan actividades como seminarios, congresos, talleres, para fomentar temas de diversidad. Es parte del ADN de la universidad el manejo y reconocimiento de una cultura diversa”, destaca Murillo.
Frente a casos de discriminación tanto para las personas en condiciones de excepción y que cuentan con diversidad sexual tienen acompañamientos “desde el punto de vista médico, clínico, servicios psicológicos y equipo de trabajadores sociales que acompañan estos proyectos”, expresa Arias.
Para Alexia, “las ayudas deben ser más horizontales con el fin de que lleguen a todas y a todos los que son parte de la comunidad universitaria. Son buenas ayudas porque regulan en gran medida la falta de oportunidades que tiene la comunidad LGBTIQ para poder estar en un centro educativo, pero que requieren de muchas garantías para que puedan ser bien distribuidas”.
Es decir, una garantía como la posibilidad de que la comunidad LGBTIQ reciba toda la información, sin necesidad de tener un contacto directo con los encargados o funcionarios administrativos de la comunidad universitaria.
La señora Arias señala que han estado trabajando mucho en el tema de la inclusión en varios ámbitos y que es un proceso que les permite cada vez ser mejores. Prueba de ello es que el 26 de noviembre de 2019 recibieron un reconocimiento por parte del Ministerio de Educación Nacional, junto a la Universidad Antioquia como universidades inclusivas y equitativas.
La inclusión durante la pandemia por el Covid-19
Para el Vicerrector de Bienestar Universitario, el 2020 puso a prueba la capacidad institucional de poder establecer esa inclusión y diversidad. Por lo tanto, la Univalle ha desarrollado estrategias para garantizar que los estudiantes tengan conectividad.
“A través de la Vicerrectoría desarrollamos estrategias que permitieron dotar de herramientas tecnológicas a quienes más lo necesitaban. Se entregaron 4000 especies de USB con 60 MG y cerca de 2500 equipos de computación”. Yudisa da testimonio del tipo de ayuda recibida. Ella resalta que la universidad brinda ayudas alimentarias, como las que otorgaba durante la presencialidad.
“Cuando estábamos en clases presenciales tenía el beneficio de adquirir un almuerzo bastante económico, y ahora me ayudan con un mercado bastante bueno, cada mes y medio o dos meses”, dice esta estudiante de la comunidad Nasa.
Univalle a finales de marzo del 2020 creó una nueva dirección de asuntos étnicos aprobada por el Consejo Superior, que busca trabajar los temas de las comunidades afro e indígenas, la cual está conformada por un jefe, una coordinación para la población afro y otra para la indígena. Son los encargados de fortalecer las políticas étnicas y la comunicación con los gobiernos departamentales del Valle, del Cauca y el Ministerio Interior, para apoyar la política de promoción, inclusión y permanencia de estas poblaciones.
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