Reconocida aerolínea entró a la quiebra tras fracaso de intento de reorganización

La aerolínea estadounidense Spirit Airlines se declaró en bancarrota por segunda vez en menos de un año, según anunció en un comunicado de prensa publicado el pasado viernes, 29 de agosto.

Explicó que su decisión de acogerse al Capítulo 11 de la Ley de Quiebras tenía como objetivo permitirle emprender una transformación financiera y operativa para rediseñar su red, optimizar su flota y realinear su estrategia con la evolución del mercado.

La aerolínea declaró que los vuelos, la venta de billetes y todas sus operaciones continúan en paralelo con este procedimiento presentado ante el tribunal federal de quiebras de Nueva York.

Se pagarán los salarios y también se cumplirán las obligaciones con sus proveedores de bienes y servicios, afirmó.

La dirección, que pretende realizar los amplios cambios necesarios para encaminar a la compañía hacia una trayectoria futura sostenible, declaró que ha mantenido conversaciones activas con algunos de sus principales acreedores, tenedores de bonos y socios clave en los últimos meses.

Spirit Airlines ya había iniciado una solicitud similar de protección del Capítulo 11 a mediados de noviembre de 2024, como parte de un acuerdo con la mayoría de sus acreedores para reducir su deuda. Recibió una inyección de 350 millones de dólares de sus acreedores existentes para financiar sus “iniciativas futuras”, a cambio de acciones.

En ese momento, declaró que esperaba ser excluida de la Bolsa de Valores de Nueva York “a corto plazo”. Finalmente, las nuevas acciones emitidas como parte de su reestructuración reemplazaron a las antiguas.

Pero el viernes, reiteró su expectativa de una exclusión inminente de la bolsa.

En las operaciones electrónicas posteriores al cierre del mercado, las acciones de Spirit cayeron un 2,40 %. Han perdido más del 86 % en los últimos seis meses.

La compañía anunció el 13 de marzo que había completado su reestructuración, junto con un alivio de la deuda de aproximadamente 800 millones de dólares. Este plan fue aprobado por un juez el 20 de febrero.

La compañía, con sede en Dania Beach, Florida, había acumulado once trimestres consecutivos de pérdidas hasta agosto de 2024 y anunció en noviembre de 2024 que no podría publicar sus resultados del tercer trimestre.

Las proyecciones financieras de su plan de reestructuración no se materializaron, ya que Spirit Airlines reportó una pérdida neta de 245 millones de dólares para el segundo trimestre de 2025, la primera que se materializa en su totalidad tras salir de su primera quiebra.

Al anunciar estos resultados el 11 de agosto, la aerolínea advirtió que sus operaciones siguen enfrentando desafíos e incertidumbres, y que se espera que esto continúe al menos hasta finales de 2025.

Al 30 de junio, su deuda ascendía a 2.690 millones de dólares, incluyendo 930 millones de dólares a pagar en 2030, según documentos bursátiles.

Spirit había aumentado su capacidad y cuota de mercado en el mercado aéreo pos-COVID, pero se enfrentó a una mayor competencia, lo que resultó en un exceso de oferta.

En 2022, su rival Frontier Airlines intentó una fusión de 2900 millones de dólares con Spirit, antes de que JetBlue Group presentara una oferta superior que fracasó debido a la oposición de las autoridades de competencia estadounidenses.

La fusión de JetBlue y Spirit habría creado la quinta aerolínea más grande de Estados Unidos.