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Por reforma tributaria, los colombianos tendrán que pagar un impuesto al lujo

Un ejemplo de lo que vendrá, es que cualquier persona que compre carro nuevo, un reloj de marca o un iPhone, entre muchos otros gustos caros, tendrá que pagar en adelante un impuesto al consumo o al lujo.

1 de octubre de 2012 Por: Redacción de El País

Un ejemplo de lo que vendrá, es que cualquier persona que compre carro nuevo, un reloj de marca o un iPhone, entre muchos otros gustos caros, tendrá que pagar en adelante un impuesto al consumo o al lujo.

A partir del 2013, por cuenta de la próxima reforma tributaria, los colombianos —trabajadores y empresarios— tendrán que alistar de nuevo su billetera. Aunque el ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, ha destapado sólo algunas cartas del proyecto, sostiene que no será para subir impuestos. Sin embargo, analistas como Eduardo Sarmiento, director del Observatorio Económico de la Escuela Colombiana de Ingeniería, afirman que “una reforma sin elevar el recaudo no tendría sentido, sería ilógica”.De hecho, los últimos 16 ‘revolcones’ tributarios han triplicado el recaudo. Sólo para el 2012 la meta es de $100 billones. Y podría ser aún mayor el año entrante.Un ejemplo de lo que vendrá, es que cualquier persona que compre carro nuevo, un reloj de marca o un iPhone, entre muchos otros gustos caros, tendrá que pagar en adelante un impuesto al consumo o al lujo. El nuevo tributo, según el director de la Dian, Juan Ricardo Ortega, “se propondrá como una manera de frenar la dispersión de tarifas del IVA”, las cuales pasarán de nueve de hoy a sólo tres: 0%, 5% y 16%.Esa dispersión tarifaria, anota el funcionario, es en gran medida la responsable de la evasión del IVA y afecta más a los pobres. “Eso se va a corregir”, dice. Pero Ortega aclara que ese cambio no implicará una rebaja en el precio de los automóviles, pues el objetivo es acabar la inequidad al liquidarse dicho tributo. Hoy, mientras los camperos tienen un IVA del 20% un vehículo pequeño paga el 25%. Actualmente para los carros se aplican tres tarifas de IVA de 20%, 25% y 35% y con la reforma todos pagarán el 16% y se le añadirá el impuesto al lujo. La tarifa de este último tributo está sin definir, pero se especula que oscilaría entre 20% y 25%, o dependiendo de la gama del vehículo.Asimismo, bajo la tarifa cero quedarían los productos de la canasta familiar, lo que implicará una devolución del IVA a los fabricantes o agricultores por concepto de insumos gravados. Pero existe, según el tributarista, Julio César Leal, el riesgo de que otros artículos básicos pasen al 5%. Y se amplíe, asimismo, la base gravable a más bienes y servicios con tarifa del 16%. El economista Eduardo Sarmiento opina que “reducir el número de tarifas de IVA es regresivo”, ya que al existir varias el Gobierno puede elevarlas para los bienes suntuarios. “Con tres le da casi el mismo tratamiento a todos los bienes por igual”. Sin embargo, dentro de todo se esperaría un alivio para la telefonía celular —que tiene IVA del 20%— y bajaría al 16%. Las otras cartasEl anterior ministro de Hacienda, Juan Carlos Echeverry, lanzó al aire una rebaja del impuesto sobre la renta del 33% al 27%. La suerte de esa idea está en veremos, ya que todo apunta a que podría ser menor, o que finalmente no se aplique.Lo único, según el Director de la Dian, es que el proyecto incluiría algunos cambios en la liquidación del tributo a las personas naturales para evitar ‘maromas’ a través de las cuales se evade o elude. El reconocido tributarista caleño, Tulio Restrepo, supone que ese cambio cobijaría a las personas de más altos ingresos al eliminarse algunos beneficios a los asalariados.Entonces es factible que se reduzca o quite la exención del 25% en la retención en la fuente para los salarios más altos.Y eso significará ampliar la actual base de contribuyentes. La iniciativa busca que los individuos de mayor capacidad económica paguen proporcionalmente más que los de menores ingresos.En Colombia 3,5 millones, que ganan menos de dos salarios mínimos, pagan una tarifa cercana al 6% en renta, mientras que solo 450.000 personas, que devengan entre $6 millones y $40 millones, pagan el 5%.Pese a lo anterior, esas personas podrán seguir disfrutando de beneficios como los estímulos a aportes voluntarios en pensiones y medicina prepagada, ya que Cárdenas asegura que no piensa “podar” exenciones.Asimismo, y aunque el ministro Cárdenas lo ha descartado, al Gobierno le suena la idea de aplicar una retención del 4% a los dividendos en cabeza de las personas naturales que posean acciones.El tributarista Julio César Leal advierte que ese impuesto “espantaría la inversión y por eso no creo que fructifique”.En cuanto a ganancias ocasionales, se alista una rebaja del 20% al 10% para que los colombianos traigan su dinero al país. Y hasta quienes obtengan herencias tendrán que pagar una tarifa del 10%. Se busca revivir el antiguo régimen especial llamado masa global hereditaria, una medida que se había derogado en 1983.Esta semana la nueva baraja tributaria entrará al Congreso, y ya no será un secreto. Por eso, aliste su bolsillo.El enredo de los parafiscalesEl tema de los llamados impuestos parafiscales es uno de los más enredados y complejos que traerá la reforma tributaria. Se trata de dineros que cobra el Estado a la nómina de las empresas y cuyo recaudo se destina al Sena, el Instituto de Bienestar Familiar y las cajas de compensación familiar. En el último año las empresas destinaron $8 billones a dichas entidades.¿Cómo se manejarán en el futuro? La reforma sugiere cambiar este modelo al crear una “Contribución Especial Empresarial’ que se cobraría sobre las utilidades de las empresas a la hora de declarar el impuesto de renta y no sobre la nómina, como ocurre hoy. La idea es que haya un alivio a este sobrecosto a los empresarios para impulsar la generación de empleo, pero sin que ello implique un desmonte de estas contribuciones. “Nuestro objetivo es brindarles estímulos a quienes crean empleo”, dice el Ministro de Hacienda.Al respecto, Cárdenas señala que por cada $100 de salario, el patrono paga $160 por los costos de parafiscales, aportes patronales a salud, a pensiones, etc., “un modelo que no ha funcionado bien porque desestimula el empleo”.Otra fórmula es que los parafiscales se manejen por la vía del Presupuesto General de la Nacíón, pero desde ya esa alternativa tiene duros contradictores. Por ejemplo, el presidente de Asocajas, Álvaro José Cobo, recalca que “las cajas quedarían supeditadas a ser administradores de unos recursos no específicos, lo que afectaría el funcionamiento de estas entidades”.

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