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La representante por el Valle, Catalina Ortiz | Foto: Archivo de El País

REFORMA TRIBUTARIA

"Lo malo de la reforma es su improvisación", Catalina Ortiz sobre Ley de Financiamiento

La representante por el Valle, Catalina Ortiz, asegura que el Gobierno cometió un error al pretender gravar toda la canasta. El IVA plurifásico a las gaseosas será positivo para la salud de la gente, señala.

16 de diciembre de 2018 Por: Alfredo García Sierra, Reportero de El País 

La llamada ley de financiamiento, con la cual el Gobierno buscaba recaudar $14 billones en impuestos, ha sido blanco de duras críticas desde diferentes sectores políticos, empresariales y económicos.

Por eso el trámite de esa iniciativa tributaria no ha sido fácil. La ponencia ha tenido todo tipo de recortes y modificaciones, y solo desde mañana deberá enfrentar sus más duras pruebas de fuego en el Congreso de la República.

De allí que la representante a la Cámara por el Partido Verde, Catalina Ortiz, señale que esa reforma —con la cual se busca tapar el actual hueco fiscal— es un proyecto improvisado y con errores graves de origen como el de gravar con IVA a toda la canasta familiar y a las pensiones.

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La parlamentaria vallecaucana defiende, sin embargo, el IVA plurifásico a las gaseosas y cervezas más por un tema de salud que fiscal y justifica mayores tarifas de renta a las personas de altos ingresos por razones de equidad.

Pese a ello, considera que el Gobierno deberá revisar las actuales exenciones tributarias y dejar solo las que se otorgan a empresas y organizaciones que están generando verdadero empleo.

La congresista es una de los 30 ponentes que tiene el proyecto.

¿Por qué se dice que la ley de financiamiento fue un proyecto mal concebido y que su alcance no será el que se fijó el Gobierno?

El Gobierno pensaba que iba a tapar parte del ‘hueco’ de $14 billones en el Presupuesto con la extensión del IVA a la canasta familiar, es decir, con un IVA universal.

Desde el principio esto no tenía chance de pasar en el Congreso y sobre todo porque se trataba de un Gobierno recién entrado y con baja credibilidad. Y tampoco porque no hizo la tarea de lograr un consenso con los diferentes actores políticos encargados de aprobarla.

Eso se cayó y en un mes hubo que armar toda una nueva manera de financiar al Estado. En nuestro partido nos hemos opuesto a esa estrategia para tapar un hueco tan grande y eso llevó a la improvisación del proyecto. Es decir, inventando impuestos mientras la iniciativa caminaba.

¿Fue un paso en falso tratar de imponer un IVA impopular a toda la canasta familiar?

El Gobierno cometió un error garrafal y el ministro Carrasquilla pensó que universalizar el IVA, algo muy complejo en la ‘siquis’ colombiana, se podía hacer de manera rápida a través de una ley de financiamiento antes de finalizar el año.

Esa estrategia falló. La diferencia con la reforma anterior —que no la defiendo— y que fue muy agresiva, contó con una comisión de expertos y se socializó por todo el país. Se habló con la gente sobre la caída de los precios del petróleo y que por ello se tenían que aumentar los tributos.

Gravar la canasta impactaba no solo a la clase media sino a los hogares y la vida de los más humildes.

No había el ambiente político para estructurar algo de ese estilo.

No fue además un contrasentido, teniendo en cuenta que el IVA había sido reajustado al 19% en el anterior Gobierno...

De acuerdo. En este proyecto el efecto real era que el IVA sí subía, aunque bajaban la tarifa un poquito porque se afectaba a toda la canasta familiar.

Y creo que cuando se va a realizar un cambio tan profundo, como es cobrar el IVA a todo y entre comillas grandes devolverlo (a las clases populares), eso tenía que haberse socializado para que tuviera el chance de pasar en el Congreso porque no se habló con la gente de a pie.

Pasó igual con la intención de gravar las pensiones...

Claro. Mi satisfacción es haber logrado que ese tema no pasara como tampoco lo del IVA a toda la canasta familiar. Ahí es cuando se nota la improvisación de este proyecto de ley porque el Gobierno no tuvo ni la mínima conversación con su misma bancada. Si usted no consulta con los suyos, qué se puede esperar, y sobre todo porque ellos tendrían que asumir ese costo político.

¿Le ve futuro al polémico IVA plurifásico a las gaseosas y cervezas, ya que al mismo se han opuesto desde las multinacionales hasta los mismos tenderos?

Espero que sí. En todas partes del mundo se le imponen tributos a los productos que pueden ser nocivos para la salud. En este caso, para desestimular que la gente tome tanta gaseosas o cervezas.

Esa es la intención, pero nosotros acá pensamos al revés, porque dejamos a toda esa cadena libre y feliz.

Entiendo todo el impacto para las empresas y los tenderos que ese gravamen causa, pero el efecto es positivo en términos de salud para las personas, y allí se pueden obtener también unos dineros para financiar al Estado.

¿Comparte la apreciación de algunos analistas que estiman que el alcance de esta reforma será solo para el 2019, y que el año entrante se deberá tramitar otra?

Sí. Desde el Partido Verde insistimos en que esta reforma quedó tan mal hecha que es mejor no pasarla. Eso nos anuncia desde ya una próxima reforma, ya que no hay suficiente dinero para financiar al Estado, pero le estamos diciendo al Gobierno que puede administrar por decreto.

Sin embargo, el Gobierno puede recortar el gasto público donde quiera, pero pensar en otra reforma es el peor de los mundos, además de que se crearán impuestos que le tocarán el bolsillo a la gente y por el otro lado seguiremos desfinanciados.

¿El país está en condiciones de reducir la tarifa de renta a las empresas a pesar de que las finanzas públicas no marchan bien?

Más del 95% de la masa empresarial la conforman las Mipymes y por lo tanto se beneficiarán con esa reducción. Esa disminución es positiva, además de que el Gobierno está cumpliendo con una promesa que hizo. Eso no es malo ni reprochable porque al final se beneficiarán las empresas más pequeñas.

Mi enfoque en la discusión de esta reforma ha sido desde la perspectiva de los emprendedores, y hay que elevar la voz por ellos que son el futuro empresarial del país.

No cree que el proyecto se recostará mucho en las personas, que son las que finalmente deberán asumir el costo de más tarifas y tributos...

En honor a la verdad debo decir que esta reforma les va ‘a pegar’. Y sobre todo a aquellas personas que se ganan más de $33 millones al mes con una tarifa de renta más alta.

Pero lo que usted paga hoy lo tendrá que seguir pagando en materia de impuesto sobre la renta.

Sin embargo, no hay un incremento significativo en la franja media en materia de ingresos, sino en la más alta, lo cual se justifica. Esa es la lógica que debe tener cualquier impuesto en materia de equidad.

Desde mañana el trámite de la ley será a contrarreloj, ya que el tiempo apremia. ¿Será otra reforma aprobada a ‘pupitrazo’?

Vamos a votar desde el lunes la ponencia del proyecto. La ponencia ya tuvo nuevos cambios y así irá a debate en el Congreso.

A pesar de las críticas a este proyecto tributario, que ha tenido muchos cambios, ¿qué es lo más rescatable del mismo?

Anteriormente los ponentes no hacían la ponencia para debatir, simplemente la firmaban. Todo eso cambió, ya que ahora el debate de la ley ha tenido mucha participación de todos los partidos en el Congreso. Eso ha enriquecido la iniciativa, aunque faltó tiempo.

Una cosa es que un proyecto de esta naturaleza se haga con tiempo entre los congresistas y el Gobierno y, otra, que digan que se cayó la meta de recaudo de impuestos y toca que ustedes nos ayuden a encontrar el resto de esos recursos.

En conclusión rescato que hubo mucha participación parlamentaria y lo malo de esta reforma es que fue absolutamente improvisada.

¿Teme que debido a esa improvisación se filtren ‘micos’ que perjudiquen a los colombianos?

Confieso que tengo miedo de que muchas cosas tengan un impacto excesivo sobre algunos sectores lo que terminará afectando la economía.

El otro gran miedo es que vamos a terminar con un hueco fiscal muy pronto y el ‘lunar’ de esto es que hay algunos impuestos que pueden generar un déficit más grande como las ventajas a las megainversiones.

Son miedos alrededor de las personas y las empresas y en materia fiscal. Eso de meterle la mano al bolsillo de la gente no es nada positivo y más si hay necesidad de hacerlo con otra reforma. Hay garantías de estabilidad jurídica a ciertas empresas, pero no a los ciudadanos de a pie.

Se calcula que las exenciones tributarias superan los $20 billones y que con ese dinero se podría tapar el hueco fiscal. ¿Llegó la hora de revisar esos beneficios?

Hay que quitar esas exenciones, pero de una manera gradual y estructurada. Por ejemplo, se debe tener cuidado sobre cosas como la Ley Páez que sigue funcionando y generando empleo en el Cauca, una región que necesita ese apoyo.

Debe hacerse una revisión de cada exención y establecer si la misma está generando el efecto deseado.

Por ejemplo, hay exenciones desde los años 50 que no se han evaluado. Sin embargo, eso es fácil decirlo, pero difícil hacerlo, ya que hay muchas empresas tienen incluidos esos beneficios en sus contratos de estabilidad jurídica.

Pero estoy de acuerdo en que Colombia está en mora de realizar una revisión de esas exenciones tributarias y quitar todo lo que pueda para adoptar una política más restrictiva en ese sentido.

Por eso no me gustan los beneficios a las llamadas megainversiones.

"Colombia está en mora de realizar una revisión de las exenciones tributarias. Hay que quitarlas, pero de una manera gradual y estructurada, revisando una por una y establecer si están generando el efecto deseado en materia de empleo".

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