FUTBOL COLOMBIANO
Deportivo Cali: "Me monté en el bus del campeón", Rafael Dudamel
El técnico del Deportivo Cali le contó a El País cómo ganarle la final a un equipo tan físico como Deportes Tolima. Hoy, primer duelo por el título en el estadio azucarero, en Palmaseca.
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19 de dic de 2021, 11:05 a. m.
Actualizado el 20 de abr de 2023, 05:23 a. m.
Aquel 21 de octubre, cuando Rafael Dudamel reclamó con una tablet en la mano, en plena conferencia de prensa, que el arbitraje y el periodista Carlos Antonio Vélez, del canal de televisión que transmitió el partido por Copa Colombia contra Atlético Nacional, no habían sido correctos con el Deportivo Cali, sucedió algo más que la polémica desatada por el sonoro episodio.
Esa noche, tras la derrota 1-0 en el estadio Atanasio Girardot de Medellín, el técnico venezolano entendió, no obstante la eliminación en esa semifinal, que al frente tenía un equipo con coraje, capaz de ir ahora por el título de la Liga colombiana contra todos los pronósticos y adversidades. Y así se los hizo saber en el camerino a los jugadores, a quienes invitó a montarse en el bus del campeón. Así de claro. Con convicción y carácter.
Un mes y medio atrás, Dudamel había sido contratado en reemplazo del uruguayo Alfredo Arias para sacar al equipo del sótano de la Liga y calmar los ánimos de una furiosa hinchada. Y Rafael, que defendiendo el arco caleño en 1998 ya había sido campeón del torneo colombiano y finalista un año después de la Copa Libertadores, ajustó las piezas sueltas, aceitó la máquina, le dio el combustible necesario y hoy el bus del que él habla, y del que no se baja, está a 180 minutos de llegar a la estación de la décima estrella.
En el camino, el Cali tendrá que superar este domingo al aguerrido Deportes Tolima, vigente campeón de la Liga, en el juego de ida de la gran final, en Palmaseca.
Sentado en una silla en la zona verde aledaña a la casona, en la sede de entrenamiento y concentración en Pance, Dudamel aceptó esta entrevista con El País para hablar de aquel bus, el bus del campeón.
¿Qué hizo en estos tres meses para poner al Cali en la final?
No es Rafael Dudamel. No tengo una varita mágica. Lo que sí tengo es un equipo de trabajo, un cuerpo técnico, una familia extraordinaria y muy profesional en cada una de las áreas, y, principalmente, un plantel que ha creído en nosotros. Cuando hay comunión y empatía con el futbolista, aparece la mayor calidad de cada uno.
¿Qué recogió del proceso del profesor Arias y qué potenció?
Al equipo había que darle más estabilidad, acomodar cada pieza en su lugar, generar competencia interna, tener 25 jugadores disponibles. Había que recuperar la autoestima del plantel, darles trabajo a los más jóvenes. Eso hizo que el nivel creciera.
¿Se imaginó que jugaría la final?
Me lo imaginé hace muchos años. No sabía en qué momento, pero lo soñaba. Me une un sentimiento muy grande con el club. Cuando me fui del Deportivo Cali (2001), a las semanas me di cuenta de que había cometido un gran error. No debí haberme ido nunca. Por eso intento que a nuestros futbolistas no les falte nada para que se enamoren del club. El Cali tiene algo especial en su gente, su hinchada, sus instalaciones, que te atrapan.
Dice usted que Teófilo Gutiérrez lo hizo mejor entrenador. ¿Por qué?
Porque he fortalecido mi liderazgo, saliendo de mis convicciones y reglas, sin perder la exigencia, pero siendo más flexible, mucho más comunicativo de lo que normalmente soy. Y en la cancha, ‘Teo’ me ha hecho entender cómo potenciar más el equipo a su alrededor, con él y sin él. Hace las cosas distintas. No lo puedes encajonar en una sola tarea. Hay que darle libertad, dejarlo que sea el socio de todos y que el equipo responda para estar a su nivel.
Antes de llegar Dudamel, hablábamos de Nacional, Millonarios, Tolima, y ahora estamos hablando del Cali. ¿Qué tiene de diferente este equipo para ser campeón?
Díganme ustedes, que lo ven desde afuera, ¿por qué hablaban tanto de los otros y ahora hablan del Cali? Yo creo que vamos todos construyendo un equipo con autenticidad. Esa es la palabra clave, autenticidad, siendo siempre seres humanos capaces de absorber ideas fantásticas de otros colegas, siendo entrenadores en evolución permanente, generando ejercicios frente a las exigencias del rival para llevarlos a la cancha y que todo sea natural.
¿Cómo derrotar a un equipo tan físico como Tolima?
Teniendo una buena respuesta también desde lo físico y jugando mucho al fútbol, a la pelota, funcionado como equipo, pero, sobre todo, con personalidad, con carácter, con esa valentía y atrevimiento del actuar como campeones. No hemos llegado a la final porque nos ganamos el boleto en una rifa. Hemos llegado con méritos propios. Y lindo aquello, cuando los favoritos han sido otros. Y eso nos ha retado, nos ha confrontado, nos ha estimulado. Hemos competido con mucha humildad y sencillez, pero con una certeza enorme. Hemos venido escalando, atendiendo reto tras reto y ahora nos toca el más lindo.
¿Cómo se prepara mentalmente un equipo que quiere ser campeón?
Creyéndosela desde el principio, desde que te levantas de la cama, cuando llegas al entrenamiento. Si sales a la calle, tienes que saber adónde vas. Si te montas en cualquier bus, te lleva a cualquier parte. Pero cuando tomas el bus correcto, te lleva al destino adonde quieres ir, y yo me monté en el bus del campeón, y allí abrí las puertas y se subieron todos. Queremos llegar a ese destino que dice: “Cali, campeón 2021, décima estrella”. Entonces, cuando tú estás convencido para qué trabajas, es muy difícil que te derroten.
El episodio de la tablet dio mucho de qué hablar. ¿Cómo lo analiza hoy?
Fue un momento difícil por la derrota en la semifinal de la Copa Colombia. Marcó un antes y un después en el carácter del equipo, en el respeto con que ahora nos ven. El Cali era la piñata, la pera de boxeo, todo el mundo le quería pegar, del que todo el mundo se quería reír y nosotros nunca hemos pedido que nos regalen nada, solo que nos respeten, que nos dejen competir mano a mano. Y fue un antes y un después para el Cali porque ese día me di cuenta de que teníamos un equipo con carácter de campeón. Ahí me encontré con el respaldo y el temperamento del jugador. Después de esa rueda de prensa les expliqué a los jugadores en el camerino por qué lo había hecho, y les expliqué todo lo que venía, y les pregunté si contaba con ellos o no, porque quizás un entrenador puede generar exigencias emocionales a las que los jugadores no pueden responder. Pero ese día sentí que tenía un equipo bravo, valiente, corajudo, con carácter. Y dije: ‘esto no es a golpes, esto es con fútbol’.
Sus declaraciones en esa rueda de prensa iban dirigidas a un sector del periodismo y del arbitraje. ¿Teme que aparezcan ahora en la final esos fantasmas?
En ese partido contra Nacional no fueron correctos con nosotros, el arbitraje no estuvo bien y los análisis fueron muy parcializados. Y mis declaraciones no fueron contra un sector de la prensa, fueron contra quien de manera poco objetiva e irrespetuosa quiso manipular la información ante el televidente para beneficio de otro, y ahí fue cuando alzamos la voz. Cuando hemos competido mano a mano, el Cali se ha encargado de hacer suyos los resultados. Y ahora, en Palmaseca, con nuestra gente, quiero ver si se van a atrever a ser incorrectos.
¿Aquel personaje lo ha buscado para hacerle una entrevista?
No. No tengo tiempo para perder con aquellos que se dedican a manipular la información, a manipular los sentimientos de la gente. Ese tipo de periodismo no tiene el respeto ni el reconocimiento de nadie que esté dentro del Deportivo Cali, llámense dirigentes, jugadores, aficionados. Hay un rechazo natural.
¿Siente la décima cerquita?
La sentimos muy cerca, como también seguro la sentirá nuestro rival. Hay que cuidar detalles. Tenemos que llegar bien fresquitos de las piernas, claros en las ideas y después tener la mayor actitud. Y hoy, más que nunca, nuestra gente tiene que hacerse sentir en Palmaseca. La gente tiene que vibrar con nuestros jugadores, estar de pie y motivar a nuestros futbolistas. Esa maravillosa hinchada tiene que hacerle sentir a nuestros futbolistas que son los campeones.
¿Qué significa llevar ese escudo del Cali allí en el lado izquierdo del pecho?
Es como mi corazón, no deja de latir nunca.
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