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Jorge Rayo, preparador de arqueros del Deportivo Cali. | Foto: Prensa Deportivo Cali

FUTBOL COLOMBIANO

"Lloré de felicidad cuando supe que sería el preparador de arqueros del Deportivo Cali": Jorge Rayo

El nuevo entrenador de arqueros del Deportivo Cali cuenta qué significa su nombramiento en reemplazo de Eduardo Niño y evoca sus mejores momentos como ‘antipenal’.

28 de julio de 2020 Por: Daniel Molina Durango - Reportero de El País

La llamada llegó en un momento inesperado. Era sábado al mediodía y Jorge Humberto Rayo Tenorio se encontraba en el Éxito de La Flora haciendo unas compras junto a su esposa. Al otro lado de la línea estaba Marco Caicedo, presidente del Deportivo Cali, quien le dio un mensaje anhelado hacía mucho tiempo: —Jorge, te nombramos entrenador oficial de los porteros del equipo—.

Hacía apenas unos días, la prensa había informado de la partida de Eduardo Niño, quien venía desempeñando ese cargo en el club verdiblanco desde el 2009, hacia Medio Oriente para acompañar al santandereano Jorge Luis Pinto en su nueva aventura, ahora como seleccionador de los Emiratos Árabes Unidos.

El apellido Rayo, entonces, comenzó a sonar para ser el sucesor de Niño. Los méritos sobraban: Jorge se formó en las divisiones menores del Cali, se destacó defendiendo el arco del equipo en 1984 y 1992 —donde se forjó un nombre no solo como un portero eficaz, sino como el ‘antipenal’, pues en toda su carrera atajó veinticuatro lanzamientos desde los once metros— y, además, tras su retiro, se vinculó para apoyar la preparación de arqueros verdes desde 1998 por petición de ‘Cheché’ Hernández, en ese entonces entrenador azucarero.

Sin embargo, la felicidad llegó unos días después, justo ese sábado aparentemente normal, cuando Rayo colgó el teléfono y las lágrimas le empañaron la vista.

¿Cuál es el significado de este nombramiento?
Es una alegría inmensa poder aportar la experiencia de todo lo que hice en mi carrera durante 20 años y aprovechar esa experiencia que tengo de formador desde hace 18 con todos esos cursos y estudios hechos en diferentes partes como España y Chile. Espero ratificar lo que el Cali hizo conmigo como persona, ahora ayudándole aún más a la cantera y al equipo profesional. Lloré de felicidad cuando el presidente me llamó a contarme esta noticia.

¿Cuáles serán sus retos como preparador de arqueros del primer equipo?
La idea es perfeccionar lo que ellos ya hacen, pero imprimiéndole más técnica, que tiene que ver con el sello personal de cada arquero. David González es un portero con mucha experiencia y Johan Wallens debe fortalecer lo que sabe.
Y en el trabajo con los prospectos que tenemos, la idea es que queremos arqueros seguros, que aprendan y no se cohíban por salir, porque el arquero que sale y se equivoca es el que aprende, eso nos hace falta.

Le gestión de Eduardo Niño fue muy criticada porque en sus once años en el club (2009-2020) ningún arquero de la cantera se consolidó. ¿Por qué?
Lo que pasa es que los tiempos han cambiado. Cali fue un club pionero en esto de sacar arqueros gracias a ese gran formador que fue Carlos Portela, pero estaba la ventaja de que esos guardametas podían ser reclutados por equipos más pequeños para ganar experiencia y luego regresaban. Ahora no, ahora cada equipo solicita porteros que ya tengan minutos de juego. Mejor dicho, ya no te foguean un arquero porque cada club tiene su escuela.

¿Con qué arqueros canteranos cuenta el Cali hoy en día?
Luis Hurtado es un arquero que pertenece a nosotros y que ya todos conocen. También tenemos ahora a Humberto Acevedo, campeón con el Tauro de Panamá que en este momento está con nosotros. Está también Alejandro Rodríguez, que se fue a River Plate, Camilo Ariza, que está en Fortaleza, entre otros. Tenemos arqueros de proyección y la idea es no acelerarlos para que lleguen con precisión.

¿Cómo fueron los primeros días en este nuevo rol?
Tuve ansiedad porque cuando me nombraron se tuvo que tramitar un permiso para que me dejaran ingresar al campo de entreno por ese tema del protocolo de bioseguridad. Recuerdo que cuando me notificaron que ya podía entrar, me quedé como hasta las 2:00 de la mañana preparando la práctica del día siguiente con mi equipo de trabajo, que está compuesto por Cristian David Rayo, mi hijo, y David Calvache. Tenía que estar en la sede a las 10:00 de la mañana y me levanté a las 5:00.

¿Cómo es entrenar porteros en medio de los protocolos de bioseguridad?
Por cuestiones del protocolo los arqueros no pueden entrenar en un mismo arco, entonces nos tocó hacer tres porterías para ubicar a David, a Wallens y a Humberto Acevedo. Se hace un trabajo personalizado, que es como me gusta.

¿Cuáles fueron sus grandes referentes en el arco?
El primero es Pedro Antonio Zape, porque fue él, en el intermedio de un partido Cali Vs. Bucaramanga, quien le dijo a don Álex Gorayeb (el presidente más importante de la historia del Cali) que yo iba a ser su sucesor en el equipo. Pedro me enseñó cosas que yo hoy aplico al enseñar. Y como compañeros recuerdo a ‘Tribilín’ Valencia, ‘Chimilongo’ Castro y Saulo Hernández. De todos aprendí.

¿Cómo fue su debut con el Cali?
En el 84, con el profesor Vladimir Popovic contra Once Caldas. En ese entonces yo era el quinto arquero porque Pedro Zape había tenido un problema con un árbitro, Carlos Valencia estaba en una Selección, Saulo no podía, etcétera, entonces el profesor me dijo: Rayo, no hay más, te tocó jugar. Ese debut para mí fue horrible porque caímos 4-1 y yo perdí el conocimiento momentáneamente por un choque.
Recuerdo que mi papá trabajaba en la Licorera del Valle y ese día se bebió todo porque los compañeros le comentaban que yo no era arquero para el Cali. A los ocho días infortunadamente él falleció y se fue con eso, pero desde arriba me iluminó para ayudarme a ser lo que soy ahora.

¿Cuál fue su mejor partido con el Cali?
Recuerdo los clásicos, porque son los partidos que marcan las carreras de los arqueros. En ese tiempo eran buenos los partidos, porque en el Cali teníamos un combo con el ‘Pibe’ Valderrama, Bernardo Redín y el ‘Mortero’ Aravena, mientras que América tenía a Ricardo Gareca y a Roberto Cabañas, que le gritaba los goles a uno. Mi reto era no dejarme marcar goles de ninguno de ellos.
Y un gran partido fue contra Pereira, en la despedida del ‘Pibe’, que se iba para el Montpellier de Francia. Comenzamos ganando con un gol de Carlos Mario Hoyos y ese equipo se nos vino encima y saqué y saqué balones. Al final había tanta alegría entre nosotros, que eso parecía que hubiéramos ganado un título.

¿El penal atajado que más recuerda?
Al ‘Polilla’ da Silva, del América, en un clásico de 1992 que ganamos 1-0.

¿Cuál es su gran sueño ahora?
Ser campeón con el Cali. Me tocó en el 2015 con el ‘Pecoso’, porque Eduardo (Niño) estaba en la Selección, pero ahora lo quiero disfrutar como titular para dedicárselo a mi madre, que siempre me reclamó haber sido conocido toda la vida, gracias al fútbol, solo como Jorge Rayo, sin que mencionaran el Tenorio, su apellido. Ella está viva y quiero darle ese regalo.

Datos
Jorge Rayo nació en El Cerrito, Valle del Cauca, el 30 de agosto de 1962.
El veedor Víctor Celorio fue quien lo llevó a las divisiones menores del Deportivo Cali.

Su retiro fue en 1997, atajando para Cortuluá. Desde su retiro se unió al Cali para ayudar en la formación de arqueros en las divisiones menores, hasta hace poco, cuando asumió el cargo de dirigir los porteros del equipo profesional.

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