Deportivo Cali cayó en casa ante Millonarios y ahora es el colero del campeonato

Deportivo Cali volvió a perder y ya suma cinco derrotas en seis partidos, es el colero de la Liga, ha recibido ocho goles y apenas ha anotado dos, quedándose con apenas tres puntos de 18 posibles en la tabla de posiciones.

Los números hablan muy mal del actual campeón, que se olvidó de sus mejores tardes más allá de la pérdida de jugadores clave.

Este sábado cayó 2-0 con un Millonarios plagado de jugadores jóvenes, que jugó cómodo en Palmaseca y que manejó el balón como quiso.

El Cali se complicó la vida solo en su duelo ante los embajadores: un penal innecesario del chileno Sebastián Leyton sobre Daniel Ruiz, propició el primer gol del visitante.

Luego una imprecisión del arquero Guillermo de Amores al querer salir jugando, desembocó en el 2-0. Y casi enseguida una tarjeta roja para Aldaír Gutiérrez completó el preocupante panorama de los azucareros.

El Cali del primer tiempo fue muy pasivo; permitió que Millonarios le manejara el balón, que controlara las zonas más decisivas del terreno y que se fuera ganador en esos 45 iniciales.

Aun así el cuadro azucarero tuvo aproximaciones, como un cabezazo de Guillermo Burdisso a los 15 minutos que por poco sorprende a Álvaro Montero, y un zurdazo de Kevin Velasco a los 32 que dio en uno de los verticales.

Millonarios jugó cómodo y también se arrimó con un remate de Ómar Bertel que desvió Jorge Marsiglia a los 17, una llegada de Eduardo Sosa a los 26 que también exigió a la zaga azucarera, y el penal a los 41 por falta de Sebastián Leyton sobre Daniel Ruiz.

Después de los reclamos Diego Herazo cobró y con un zapatazo fuerte puso el 1-0 para Millonarios a los 44.

En el segundo tiempo Millonarios puso el 2-0 a los 62 luego de una imprecisión de De Amores que regaló el balón a un contrario, y quien no perdonó fue Eduardo Sosa. Y a los 68 se dio la expulsión de Aldaír Gutiérrez por juego brusco.

Muy mala imagen viene dejando el campeón, que necesita urgentemente recuperar la memoria y reaccionar antes de que sea demasiado tarde.