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La contrarreloj no es la especialidad de Nairo Quintana, quien cedió el liderato del Giro. | Foto: Especial para El País

NAIRO QUINTANA

Nairo Quintana no ganó el Giro, pero dejó huellas de grandeza en las carreteras italianas

El pedalista del equipo Movistar consiguió una gran actuación y estuvo cerca de conseguir su segundo Giro.

28 de mayo de 2017 Por: Elpais.com.co

Nairo Quintana llegó al Giro con la firme intención de regresar a casa con su segundo trofeo como triunfador de la ronda italiana y dar así un golpe de autoridad en una temporada en la que también puso en sus cuentas la corona del Tour de Francia.

Pero no pudo. El Giro le fue esquivo esta vez y el colombiano se quedó con el deseo de reeditar el título del 2014. En su camino se interpusieron grandes pedalistas que le dieron a la edición centenaria de la carrera un alto nivel de competitividad, suspenso y emoción hasta la última etapa.

El italiano Vincenzo Nibali, el francés Thibaut Pinot, el holandés Tom Dumoulin y el ruso Ilnur Zakarin fueron verdaderos rivales del boyacense, que arribó a Milán, en la última jornada, aún con la ‘maglia’ rosa del líder, pero tuvo que cederla finalmente porque los escasos segundos que traía sobre sus contendores no fueron suficientes.

Había prometido Nairo, el sábado, que este domingo defendería a muerte la camiseta. Y lo hizo, pero bien era sabido que los 29 kilómetros de la crono eran otro enemigo a vencer en el camino de sus pretensiones.

“Lo de Nairo es grandioso. Hubiéramos querido que ganara por segunda vez el Giro. Ese era su gran deseo para apostarle luego, en la misma temporada, al Tour de Francia, una gesta que pocos han logrado, pero se le ha ido la competencia italiana. Él ya no está para podios, él quiere marcar historia y eso fue lo que intentó. Ha hecho una gran carrera”, afirma el corredor retirado Santiago Botero, al analizar la participación del capo de Movistar en la ronda europea.

El monte Blockhaus, en la novena etapa del Giro, lo recibió como el gran escalador que es y allí, por primera vez en esta edición de la carrera, el colombiano se puso la ‘maglia’ rosa, anunciando que sus intenciones en Italia eran muy serias.

En adelante, Nairo cazó una pelea en las carreteras con Dumoulin que, como lo demostró, no llegó a Italia para salir con las manos vacías. De hecho, el holandés le arrebató muy pronto la camiseta rosada y solo se la devolvió el viernes pasado. Era la ilusión del colombiano levantar los brazos en Milán aún con esa ‘maglia’ puesta, como triunfador por segunda vez del Giro, pero no ha sido así.

“Creo que no hay que reprocharle nada a Nairo. Ha demostrado que no es solo uno de los mejores ciclistas del mundo, sino de la historia, y aunque su deseo era irse vencedor de Italia, ha hecho una gran competencia”, expone el pedalista retirado Víctor Hugo Peña.

“Era casi improbable que Nairo pudiera derrotar a los favoritos en la etapa contra el reloj. Dio todo y se va como un grande”, argumenta el periodista experto en ciclismo Jairo Chávez Ávila.

El colombiano, que ya tiene en su vitrina los trofeos del Giro y la Vuelta a España, fijará ahora su objetivo en ese gran sueño que lo desvela y por el que no dejará de pedalear hasta que lo consiga: el Tour de Francia.

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