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Los ciclistas de la noche en Cali

Cada vez son más los pelotones que recorren las calles y laderas de Cali. Historia.

7 de marzo de 2015 Por: Catalina Rodríguez Mosquera- Especial para El País

Cada vez son más los pelotones que recorren las calles y laderas de Cali. Historia.

Paisajes silvestres, brisa fría y el panorama de las luces de la Sucursal del Cielo son parte de la travesía de los ciclistas de la noche. Deportistas aficionados que después de sus actividades laborales se despojan del estrés y de las presiones del día para conectarse con su mente, respirar aire puro y recorrer las laderas sobre dos ruedas.Los martes y los jueves, más de 250 almas vibran con el ciclomontañismo, una práctica deportiva que ha tomado fuerza en la ciudad, tanto en el sur como en el norte. Pedalistas que recorren de manera organizada en un 20% la zona urbana y en un 80% los terrenos rurales. Es jueves y los ciclistas de la noche salen a cumplir su infaltable cita. Algunos se ven con ropa ajustada, lycras particularmente; cascos multicolores, zapatillas de chocles (zapatos deportivos especiales que se ajustan al pedal), guantes, hidrapak (maletín con un sistema de hidratación donde se pueden llevar herramientas, pertenencias y un botiquín básico), gafas y, por su puesto, la bicicleta. Saben que tendrán que enfrentar el tráfico de la ciudad en algunos tramos, pero su pasión los impulsa a sortear cualquier obstáculo.¿La meta? El cerro de las Tres Cruces. Allí pretenden llegar unos 150 ciclistas que desde las 7:30 de la noche se reúnen en el barrio La Flora, al norte de Cali. Niños, jóvenes y hasta adultos mayores son vistos ahí, deseosos de emprender su ruta. Una manilla con el nombre Norte sobre Ruedas Extremo los identifica.Como un solo pelotón, los ciclistas de la noche inician su recorrido hasta llegar al barrio La Campiña y adentrarse en la ladera, dos kilómetros más allá, en una ruta agreste que los llevará hasta su destino final.Alejandro Pinto, un odontólogo y diseñador gráfico de 36 años, fue el fundador de este grupo, que desde hace diez años bota sudor sobre las bielas.“El ciclomontañismo es una pasión, un escape a la rutina diaria, cuyo objetivo principal es hacer deporte y tener una mente sana”, dice Pinto, mientras da instrucciones y recomendaciones a sus compañeros como líder del pelotón.Los primeros pedalazos hacia el cerro son enérgicos, constantes y parecen incansables. “¡Vamos, vamos, solo cuatro kilómetros, vamos, Martincito!” dice uno de los ciclistas, de aproximadamente 65 años, alentando a un compañero que luce agotado y algo rezagado en el grupo.Para Mauricio Londoño, uno de los ciclomontañistas del norte, “practicar un deporte mientras aprecias los paisajes de la ciudad es una experiencia única”. Opinión que comparte Luz Marieth Maya, quien agrega: “Es un cambio de rutina en el que se debe tener mucha disciplina y dedicación, pero al final de la jornada se ven los beneficios. El cuerpo y la mente se relajan”.Saliendo desde el sur de la ciudad, casi a la misma hora que el grupo del norte, entra en escena otro pelotón. Se denomina Peñas Blancas. El punto de encuentro es la Calle 101 con Carrera 13, en Ciudad Jardín. Desde allí, unos cien ciclomontañistas inician su recorrido hacia el corregimiento La Buitrera.Una calle angosta y pavimentada es la ruta que recorre cada uno de los ciclistas. El ritmo del pedaleo disminuye a medida que llega cada pendiente. Entonces, el pelotón se parte. Algunos mantienen sus fuerzas y otros comienzan a quedarse por el sector de Minas. Pero en la zona conocida como La Gorda, todos vuelven a encontrarse para regresar en conjunto. Saben que corren algunos riesgos por la inseguridad o un posible accidente y es mejor movilizarse acompañados.Algunos han llegado a pedalear con este grupo por recomendaciones de amigos. Otros, por simple curiosidad. Pero la mayoría de ciclomontañistas lo hacen motivados por la disciplina, como Asdrúbal Stapper, un arquitecto de 52 años, quien lleva cinco haciendo deporte con Peñas Blancas.“Mi trabajo es estar sentado en un escritorio diseñando todo el día. Salir a montar bicicleta es la mejor manera de desestresarme. Cambiar el clima de Cali por uno de 16 grados en partes altas, junto con paisajes agradables, es gratificante”.Lo mismo opina Daniel Vallejo: “Tenemos los mejores cerros de todo el Valle. Cali es privilegiada con montañas y ríos, debemos aprovechar la ciudad”.Hacia las 10:00 de la noche, las 250 almas del norte y del sur que han salido a recorrer las calles y las laderas regresan a sus casas, anhelando la próxima cita. Una cita con el deporte y la sana diversión.

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