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Jonathan 'Momo' Romero, boxeador caleño de 32 años, excampeón del mundo en semipesado. | Foto: Bernardo Peña / El País

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Jonathan 'Momo' Romero, boxeador caleño: “me gusta lo difícil, lo fácil lo hacen todos”

A sus 32 años, Romero tomó la decisión de regresar al amateurismo, para llegar a sus segundos Juegos Olímpicos —peleó en Beijing 2008—, sin dejar de lado el sueño de volver a ser campeón del mundo, por el que peleará en junio de este año.

22 de abril de 2019 Por: Alejandro Cabra Hernández - Reportero de El País 

Jonathan el ‘Momo’ Romero fue campeón mundial de boxeo de la IBF en 2013, en categoría supergallo (57 kilogramos). Sin embargo, el pugilismo no fue nunca su gran pasión. Romero soñaba con ser futbolista.

No obstante, la influencia de su papá policía, uno de sus grandes compañeros en la vida, lo llevaron al cuadrilátero, de donde todavía no quiere salir.

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‘Momo’ tocó el cielo en febrero de 2013 y se convirtió en una verdadera celebridad nacional. Conoció famosos y se hizo amigo de muchos futbolistas, pero ese mismo año, en agosto, volvió a la normalidad, tras perder la defensa del título en Atlantic City ante el español Kiko Martínez.

“Ahí te das cuenta que hay muchos ‘amigos’ que solo están en las buenas, pero fue una experiencia que me dio la madurez que hoy tengo”, asegura.

A sus 32 años, Romero tomó la decisión de regresar al amateurismo, para llegar a sus segundos Juegos Olímpicos —peleó en Beijing 2008—, sin dejar de lado el sueño de volver a ser campeón del mundo, por el que peleará en junio de este año.

Entrevista con el hijo pródigo de El Retiro, en el corazón del distrito de Aguablanca.

¿Cómo llega el ‘Momo’ al boxeo?

Mi pasión era el fútbol. Yo jugaba en el América y me tenía que subir en buses por 500 pesos para que me llevaran hasta Pance, a la sede del equipo. De vuelta me tocaba caminar hasta El Retiro. Entonces yo dije que eso no era vida.

Mi papá me empezó a llevar al boxeo y el profesor estableció que al que ganara las peleas le daba pan con gaseosa. En mi casa la cosa estaba dura, entonces si por cascar al otro tenía mi comida asegurada, papi, ¡yo dije que esto era lo mío!

¿En qué momento le empieza a gustar?

Cuando empieza a darme garantías, porque entrenar y ser bueno, pero no recibir ni un peso, es difícil. Después de los 15 empecé a verlo como mi trabajo, porque ya me daba rédito económico.

En 2013 llega a la cúspide de su carrera con el título mundial en 57 kilogramos -supergallo- en Tijuana, ¿qué pasa en su carrera después?

Es gigante, pasé de ser una persona del común a ser conocido por todo el mundo. A mí esto me trajo alegrías y tristezas. Alegría porque me conoció todo el mundo y tristeza porque cuando fui campeón del mundo me iban a matar porque me estaban extorsionando.

Con el título mundial conocí personas que solo veía en televisión, pero también eso me sacó del contexto. Ya tienes dinero para comprarte un whisky, comprarte camisas de marca en centros comerciales, no andar con tu esposa, sino con prostitutas. Así como te ayuda ser campeón, también te jode.

Cuándo pierde el título en Atlantic City, ¿qué vino para su vida?

Fue volver a vivir la realidad. Ver que tus amigos que andaban contigo ya se van, ya no les interesa. Darte cuenta de que las personas te quieren mucho es por lo que tenés y no por lo que sos como persona, que el gobierno te deja de apoyar...

¿Algo parecido a lo que le pasó a Eléider Álvarez al no sostener su título mundial semipesado de la OMB?

No solo a él. A todos los boxeadores que pierden. Hay que adaptarse a que la mayoría de personas van a estar contigo en las buenas y no en las malas.

Cuando tú, siendo Eléider, noqueas a Kovalev, a un boxeador de ese nivel, tu segunda pelea tiene que ser igual o mejor, pero Eléider se dejó llevar por el momento, por la farándula —lo que nos pasa a nosotros— y eso le hizo perder la pelea, porque Kovalev cambió el estilo.

¿Puede Eléider volver a ser campeón?

Tiene las condiciones para volver. El día que se vuelvan a enfrentar Eléider lo va a noquear, porque ya va a ir sin presión.

Volviendo a lo suyo, después de perder el título, usted tiene una lesión jugando fútbol, ¿cómo fue?

Jugando una recocha con Edison Toloza. Un partido que hicieron de jugadores activos con exjugadores y me metieron a mí a la ‘joda’. Eso fue entrar, tocar el balón y lesionarme el ligamento cruzado de la rodilla. Entrar para volver a salir.

Me costó, paré dos años y pensé en dejar el boxeo, pero varias personas me dijeron “Momo, vos podés seguir y volver a ser campeón del mundo”.

¿Qué decir de la lesión del hombro que aún le causa problemas?

Es una lesión en el manguito rotador de la que me operaron en 2006. Es vieja, pero no le presté la atención que necesitaba y ahora la sufro.
Después de viejo me afectó más la lesión. Me da dolor, se me hincha el hombro. Ahora hacemos terapia neural, acupuntura, ponemos corriente, hielo, para que el hombro dé resultados.

¿Aqueja algún otro problema físico?

Hace como dos semanas me iban a operar de un problema en la columna, pero el médico me revisó y dijo que aún no hay necesidad.

Usted acaba de tomar la decisión de volver al amateurismo, donde solo se pelean tres rounds, a diferencia de los doce profesionales, ¿por qué tomar esa decisión?

Tomé la decisión porque mi profesor Julián; mi manager, Mauricio González; el secretario de deportes, Silvio López; el gerente de Indervalle, Carlos López; y el presidente de la Liga de Boxeo del Valle, Jaime Cuéllar, me dieron el chance y me dijeron “hombre, Momo, vamos a trabajar de la mano”. Decidieron que yo podía hacer el proceso amateur y me abrieron las puertas, me pusieron un sueldo y le apostaron al ‘Momo’. Me han abierto el camino para volver a hacer historia.

¿Qué es lo más difícil de tomar esta decisión a sus 32 años, pues prácticamente pelea con jóvenes que apenas superan los 20?

Es difícil, porque son boxeadores jóvenes que además tienen un proceso como amateurs. Al ‘Momo’ le gusta eso, lo difícil, porque lo fácil lo hace todo el mundo, pero lo difícil no. Yo soy un boxeador experimentado y tengo que aprovecharlo.

Desde esa decisión se consagró campeón nacional en Tunja (60 kilogramos) y luego fue a Nicaragua, ganó bronce y se metió en los Panamericanos de Lima. ¿Eso cambia su objetivo de volver a ser campeón del mundo?

No, para nada. Estamos trabajando con Indervalle y la Secretaría del Deporte, con el profesor que es cubano, Rafael Iznaga. Hablamos cuando clasifiqué y le dije que me tenía que ir a México para prepararme para pelear por el título mundial.

Él me dijo que me quedara y entrenara con la Selección Colombia para los Panamericanos, pero basados en una pelea de doce asaltos y no de tres.

Entonces, los tres primeros rounds los trabajamos rápido, como voy a pelear en Panamericanos, el resto de asaltos lento, como voy a pelear por el título mundial.

¿De aquí a la cita en Lima cuál es el plan?
Mi objetivo final son las olimpiadas, repetir después de las de 2008. Serán los primeros Panamericanos a los que voy, porque cuando era amateur no pude ir por la lesión del hombro. Voy por una medalla que ojalá sea de oro.

Sería perfecto llegar a los Panamericanos como campeón del mundo.

¿Dónde será esa pelea por el título mundial?
En Nueva York (EE.UU) con un africano, pero no tengo el nombre.

Si la pelea fuera mañana, ¿estaría preparado?

No, no estaría preparado. Estos tres meses son vitales para prepararme. Físicamente estoy preparado, pero con ritmo de tres rounds y no de doce.

A un golpe...

¿Cuál ha sido el momento más difícil de la vida del ‘Momo’ Romero?

Muchos, pero si hablamos de uno en especial, yo creo que la muerte de mi hermano Felipe y la muerte de mi papá. Sobre todo la de mi hermano, que era como mi mejor amigo, el que me acompañaba en todo. Hoy estar sin hermanos es difícil. Es frustrante no tener con quien compartir, a quien decirle “ ve, me pasó esto”.

¿Cuántos hermanos tenía?

Eramos cuatro.

René también era boxeador y dicen que era mejor que usted...

No dicen, era mejor. Él era más pesado, más aguerrido. Nadie le aguantaba tres rounds.

Cuando al ‘Momo’ le están pegando en el ring, ¿en qué piensa?

Yo soy un hombre guerrero, si me pegás yo te correteo y me tenés que seguir pegando (risas).

¿Qué tan importantes son sus hijos y su esposa en su carrera?

Mis hijos son sumamente importantes. Ellos me alumbran la vida. Mi esposa es importante, pero ella no vive esto. Me va a ver pelear y volteo a verla y está hablando con la amiga (risas).

¿Cómo se define como boxeador?

Yo soy un boxeador estilista. Para mí el boxeo es pegar y no dejarse pegar. Muchos dicen que Floyd Mayweather es cobarde, pero él hace ver el boxeo cómo es. El boxeo dice que no te dejes pegar, pero no dice cómo no te dejes pegar. Si tú puedes correr, corre.

¿Quién es su referente?

A mí me gusta el estilo de Mayweather, como boxeador es mi principal referente, no como persona.

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