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El expresidente del Barcelona de España, Joan Laporta (c), junto a Ricardo Pérez, presidente de América (izq.) y Juan Fernando Mejía, presidente del Deportivo Cali durante su visita a la capital del Valle. | Foto: El País

FUTBOL INTERNACIONAL

"Falcao García estuvo cerca de jugar en el Barcelona": Joan Laporta, expresidente

El expresidente del equipo catalán contó cómo llevó al equipo a vivir su etapa más gloriosa en el fútbol europeo. Habló de Lionel Messi. También de los colombianos Yerri Mina y Jeison Murillo.

16 de marzo de 2019 Por: Francisco Henao Bolívar - Reportero de El  País

Joan Laporta tiene un sitio muy especial en la historia del poderoso Barcelona por todo lo que hizo desde la silla presidencial. Este abogado y político catalán, además de ser el Presidente más joven del Barsa, comenzó una profunda transformación en el equipo, con resultados que se mantienen como los más exitosos del equipo en toda su historia.

Durante su periodo de siete años como presidente del Barcelona tuvo dos técnicos triunfadores: Frank Rijkaard y Pep Guardiola; fichó a rutilantes estrellas como Ronaldinho, Samuel Eto' y Thierry Henry, entre otros; vio el nacimiento de Lionel Messi como crack mundial, ganó cuatro ligas españolas y dos Champions, y dejó al equipo sólido en la parte financiera.

Laporta, en diálogo con El País, contó de qué manera comenzó a forjar un Barsa que fue imparable en Liga y en la Champions.

¿Siendo joven, 41 años, por qué decide ser presidente del Barsa?
Llego a la presidencia del Barsa después de ir al estadio desde los 5 años de la mano de mi abuelo. En un periodo de mi vida conocí a Johan Cruyff y sentí cerca el barcelonismo. Luego un grupo de jóvenes hicimos una gran revolución porque parecía que para ser Presidente del Barsa había que tener más de 60 años. Fuimos a las elecciones del 2003 en momentos en que el club llevaba años sin ganar nada y con una situación económica complicada.

¿Cómo cautivó a los socios?
Hicimos una buena campaña, explicamos el mensaje de forma muy directa y clara. Era un mensaje auténtico en cuanto al modelo a aplicar en el Barsa, y en ese momento fui el presidente más votado del Barcelona. Apenas llegué en junio del 2003 comencé a tomar decisiones.

¿Ese era su sueño?
No, mi sueño era ser delantero centro del Barsa. Me aficioné al equipo por mi padre y por mi abuelo que me llevaban al estadio. Además, estaba jugando el torneo social del Barsa, el fútbol me encantaba y el Barcelona me apasionaba. Luego, por una decisión equivocada de un presidente que echó a Johan Cruyff como entrenador, nos interesamos por la gestión del club un grupo de jóvenes y decidimos buscar un cambio.

Llega joven a la presidencia y ficha a un técnico inexperto como Frank Rijkaard. ¿Por qué esa decisión?
Frank y yo tenemos la misma edad. Dos años atrás lo había conocido en un acto de la Fundación Johan Cruyff. Vi que era una persona inteligente y serena, y eso era lo que se necesitaba para dar vuelta a la situación. Había otras propuestas más conocidas y mediáticas, pero Frank tenía el aval de Cruyff. Me dijo que era la persona ideal para iniciar este camino en el 2003. Y lo hizo bien, ganó dos ligas y una Champions. Él fue quien tuvo el coraje de hacer debutar a Messi con apenas 16 años.

¿Hubo sorpresa por el debut de Messi con 16 años?
Quien haya ido al fútbol base del Barsa para ver un partido de Leo cuando tenía 14 años, sabía que se trataba de un jugador con un gran porvenir. Además, había un factor y es que nuestro modelo genuino para jugar fútbol era de varios pilares, inspirado en la filosofía de Johan Cruyff: apuesta por la Masía, compromiso social, representatividad de lo que es el club en cuanto al ciudad y el país que lo acogen. La Masía es la fábrica de sueños y nosotros teníamos la obligación de que esos sueños se hicieran realidad. Rijkaard tenía el apoyo para apostar por la gente de casa. De ahí su decisión de jugársela por un muchacho de 16 años que tenía talento.

¿Cuáles son los tres grandes jugadores que ha dado de La Masía?
Difícil. Diría que Messi, Guardiola, Iniesta y Xavi. Son los que más proyección mundial han tenido. Pero también están Valdés, Piqué, Pedro, Busquets, Puyol e Iniesta. Es una constelación de jugadores que tienen el mismo origen. Un homenaje a ellos que salieron de La Masía y que le han dado mucho al Barsa.

Usted ficha a Ronaldinho, pero se dijo que él viajaba a Madrid para fichar por el Real, y terminó en Barcelona. ¿Cómo fue eso?
Es verdad que el Real lo quería, pero nosotros habíamos hablado antes con Ronaldinho, y un vicepresidente mío —Sandro Rosell— tenía buena relación con su hermano y facilitó la conversación con él. Le dije que habíamos iniciado charlas con el PSG para traerlo. No fueron fáciles las gestiones porque el Canal Plus, que era sponsor del PSG, quería que el club lo mantuviera; pero tuvimos la suerte que uno de los accionistas de esa compañía, con sede en Barcelona, presionó a la compañía parisina. Finalmente cerramos la operación por 27 millones de euros.

En el 2008 da otro timonazo al contratar a Guardiola sin experiencia. ¿Por qué se decidió por él?
Porque amaba al club, porque no tenía ninguna duda, porque gustaba de la filosofía futbolística de Cruyff, porque era un hombre trabajador y porque estaba contribuyendo a una bonita historia del Barsa. Él nació como futbolista en el Barsa, debutó con Cruyff, ganó cuatro ligas, una Champions, fue capitán y lo fiché para entrenador del segundo equipo. Demostró su personalidad y luego de pedir consejos a Cruyff y a otros amigos, me la jugué por él. Es un hombre extraordinario y la verdad es que la decisión fue buena.

En 2005 afrontó una crisis por la renuncia de varios directivos, entre ellos Sandro Rosell y Josep Maria Bartomeu, hoy presidente. ¿Cómo manejó ese tema?
Con mucha convicción, con mucha decisión y con mucho sufrimiento. En esa época tuvimos una crisis de sufrimiento, la situación era insostenible, ellos no pudieron soportar situaciones complicadas y hubo algunos que mostramos más temple. La prueba está en que cuando se fueron no dejamos de ganar. Hay que saber resistir porque resistir es ganar. Al principio no salían las cosas, pero después todo cambió y ellos no pudieron disfrutar de los triunfos que llegaron.

¿Ser presidente del Barcelona es muy difícil? ¿Hay mucha presión?
Es una gran responsabilidad. Hay que mentalizarse, tener las ideas muy claras, hay que ser fuertes en las convicciones, tener personalidad. Hay muchas presiones en todos los ámbitos y por eso es necesario tener un modelo a seguir. Hay que equivocarse con sus propias decisiones y no con las de otros. Hay que estar en los momentos difíciles porque en los de victoria es muy fácil estar.

¿El Barsa podría perder con cualquiera menos con el Real Madrid?
Tengo la satisfacción que cuando fui presidente, el Madrid no ganó ninguna Champions. Y nosotros ganamos unas cuantas, además de Ligas y Copas. Viví una etapa muy bonita en la que crecimos en todos los ámbitos y acabamos con el dominio del Real. No hacía falta que me dijeran quién era el rival del Barsa.

Usted erradicó del Camp Nou a la hinchada más radical del Barsa. ¿Cómo lo hizo?
Los comportamientos violentos no tienen cabida en un estadio y en el del Barsa se vive un ambiente familiar, de muchas emociones que se transmite de padres a hijos y a abuelos. Cuando llegué vi que pasaban unas cosas extrañas. Me hicieron unas propuestas a través del jefe de seguridad del Barsa que hablaba en nombre de un grupo radical del club. Querían una serie de privilegios que no eran aceptables. Me negué a darles las 300 entradas y los 9000 euros que pedían por partido. Eso lo justificaban diciendo que cuando quisiéramos echar a un entrenador o a un jugador, ellos ayudaban. Eso no me cuadraba y dije que no. Me enteré que en el estadio tenían un lugar donde guardaban sus cosas y les dije que les daba 24 horas para que recogieran sus cosas. Ahí empezó una situación muy angustiosa porque se dedicaron a amenazarme , lo mismo a mi familia. Pero con la colaboración de la policía hicimos frente.

¿Qué les dice a otros directivos para acabar con este matrimonio?
Este tema es muy difícil porque son grupos violentos y uno se asusta. Ser coherente o valiente es fundamental. El que haga caso a su manera de entender la vida y si es una persona decente y normal, no aceptará esta clase de maniobras. Lo mejor es no caer en la trampa. Pero no es fácil porque es gente peligrosa.

¿Qué concepto le merece la situación del Real?
La experiencia me dice que nos tenemos que fijar en nosotros mismos y dejar que los rivales hagan lo que tengan que hacer. Como expresidente del Barsa, desde la rivalidad acérrima y profunda, ha habido un respeto y una concordia institucional. Veo con satisfacción que nuestro modelo ha sido más perdurable en el tiempo porque desde el 2003 hasta hoy la columna vertebral permanece, sigue siendo de la cantera con Piqué, Busquets y Messi. Nuestro modelo ha triunfado. El Madrid se dedicó a fichar jugadores que si no funcionaban, los reemplazaba. Les funcionó Cristiano y cuando se fue, se ha visto un desbarajuste importante. Cuando uno lucha por la estabilidad, eso cuenta.

¿El Barsa está preparado para jugar sin Messi?
Ese momento no ha llegado porque Leo aún tiene recorrido, es muy fuerte mental y físicamente, se cuida mucho y su pasión sigue siendo el fútbol. Lo que sí es que hay que ir preparando más el futuro y trabajar más la cantera. Es verdad que jugadores como Messi es difícil que vuelvan a salir. Leo es ganador, tiene un entorno adecuado para poder desarrollar su talento. Jugar sin Messi dependerá del modelo del club que se dirija desde la presidencia.

¿Qué jugador colombiano estuvo cerca del Barsa en su mandato?
Falcao. Nos gustaba mucho, estábamos en conversaciones con su agente Jorge Mendes cuando él estaba en el Atlético de Madrid. Pero tuvo una lesión y al final no lo fichamos. Estuvimos muy cerca. Después pasó al Mónaco, pero nos gustaba mucho, teníamos muy buenas referencias de él, tanto como profesional como personal.

¿En la actualidad hay otro colombiano que le llame la atención?
El que nos encantó a todos fue Yerri Mina. No pudo triunfar en el Barsa porque el puesto de central está muy difícil. También me gusta mucho Juan Fernando Quintero, lo vi bien en el Mundial, es muy hábil. El jugador colombiano necesita estar convencido de sus posibilidades porque son técnicos y fuertes.

Ahora está Jeison Murillo...
Murillo es un jugador muy bueno, pero esa posición es difícil. Piqué es extraordinario, Umtiti es un gran central, Lenglet lo ha hecho bien y Vermaelen, a pesar de sus lesiones, es un jugador de mucha calidad. Murillo ha llegado para reforzar la defensa, pero la competencia es complicada. Es bonito llegar al Barsa, pero está claro que no se juega fácil.

Datos
Joan Laporta estuvo como presidente del Barcelona del 2003 hasta el 2010 cuando le entregó el cargo a Sandro Rosell, quien había trabajado con él.

Laporta, quien es abogado, también ha incursionado en la política y ha sido profesor de la Universidad de Barcelona.

Desde antes de llegar a la presidencia del Barcelona en el 2003, apoyó la candidatura de Ángel Fernández, pero su candidato perdió con José Luis Núñez.

Uno de los pilares de Laporta al frente del Barcelona fue la renovación deportiva, económica y social que emprendió para cambiar el difícil panorama que había.

Laporta analiza la posibilidad de presentarse de nuevo a elecciones presidenciales.

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