El PSG: más de lo mismo (opinión)

El 2-1 intenso entre el Dortmund y el PSG, por la ida de octavos de final de la Champions, nos confirmó, entre otras cosas, que Haaland es un monstruo. Pero el partido nos demostró, también, que el PSG no ha cambiado; no ha aprendido de las cuatro eliminaciones seguidas que ha sufrido en octavos de final. Frente al conjunto alemán, en el Signal Iduna Park, fue un equipo insulso, inofensivo. Incapaz de hacerle cosquillas a una solidísima última línea del Dortmund, que solo falló cuando el resbalón de un defensor llevó al gol de Neymar.

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El entrenador Tuchel quedó expuesto. El PSG fue un conjunto sin funcionamiento, totalmente dependiente de las individualidades y extremadamente frágil en defensa. Pero, por encima de todo, sin actitud. Un equipo con miedo a perder. Dando señas de esa inexplicable falta de jerarquía que es el problema de este club hace varios años, y que es la razón por la que le ha sido imposible destacar en Europa a pesar del absurdo número de fichajes superestrella. Cada vez es más dinero, pero no hay evolución.

Que no se entienda mal, el PSG sacó un buen resultado. Hizo gol de visitante — importante para el partido de vuelta— y evidentemente tiene grandes posibilidades de meterse a la siguiente ronda. Pero el nivel del equipo fue preocupante. Y a una plantilla que cuesta lo que cuesta la del PSG, hay que exigirle más. Además, queda la pregunta, así el PSG avance a cuartos de final: ¿Tiene con qué ganarle a un grande de Europa? De encontrarse con el Manchester City o el Bayern, ¿podemos estar seguros de que no va a hundirse de nuevo ante la presión?

Son 620 millones de euros en fichajes desde el 2017, según Transfermarkt. Fueron 160 millones por Mbappé. 240 millones por Neymar. Hubo una gran inversión para traer al alemán Tuchel. Es demasiado como para que año a año este equipo se conforme con la sub-mediocre liga francesa.

Da la sensación, además, que en el PSG no ha habido proyecto. De que nunca hay planeación real, y el enfoque es más ‘comprar por comprar’ que cualquier otra cosa. El club —si bien no es el único en hacerlo— se ha cansado de fichar jugadores que no necesita, en posiciones que tiene cubiertas. Se ha obsesionado con gastar por gastar, a veces invirtiendo en futbolistas más por su alto precio en sí mismo, que por lo que puedan aportar en la cancha. La estrategia, ya hace varios años, parece consistir en amontonar figuras y figuras en la plantilla a ver si llega un título.

Y el resultado es la situación actual del equipo. Si llega a haber un traspié en el partido de vuelta frente al Dortmund —que bien puede haberlo, ya Sancho y compañía han demostrado lo que pueden hacer—, el PSG se hundirá en una nueva crisis (parece tener una todos los años).
Probablemente se irá Tuchel (como se fue Emery tras dos temporadas sin éxito en Europa), y será muy delicada la situación de Mbappé y de Neymar. El uno afanado por demostrar su talento en una liga más relevante, y seguir creciendo a partir de lo hecho en Rusia 2018. Y el otro, desesperado por ser lo que no ha llegado a ser desde su salida del Barcelona, y escapar de la claustrofóbica situación en la que se encuentra, cada vez más cuestionado, más cerca de ser promesa fallida que crack mundial.

Seguro tendremos un partidazo en París. Si avanza el PSG, será por el bien de sus hinchas, de Mbappé, de Neymar, de Keylor, y de los dueños cataríes, que más millones de euros no pueden haber gastado. Si queda afuera, sin embargo, será por el bien del fútbol, no solo porque veremos más de Haaland en la Champions, sino porque será un correcto castigo para un equipo sin magia. Con tanto dinero como falta de actitud y espíritu.

@manrodllo