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Carlos Queiroz, técnico de la Selección Colombia. | Foto: Efe / El País

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A mí sí me gusta Queiroz como técnico de la Selección Colombia (Opinión)

Su prueba de fuego será el próximo año, cuando enfrente eliminatorias al Mundial de Catar y la Copa América 2020, de la que Colombia es una de las dos sedes. La otra es Argentina.

22 de septiembre de 2019 Por: César Polanía - Editor de Afición 

Los resultados del técnico Carlos Queiroz al frente de la selección Colombia son incuestionables. Ha dirigido 10 partidos, de los que ha ganado 6, empatado 3 y perdido 1, con 14 goles a favor y 4 en contra, para una efectividad del 70 %. Jugó, recién llegado al banco del equipo, la Copa América y fue eliminado por Chile en cuartos de final por definición de cobros desde el punto penal. Su prueba de fuego será el próximo año, cuando enfrente eliminatorias al Mundial de Catar y la Copa América 2020, de la que Colombia es una de las dos sedes. La otra es Argentina.

Escucho y leo muchas voces en contra del portugués, a pesar de sus números con Colombia. Que no quiere a Ospina en el arco y le busca afanosamente reemplazo, que no le gusta atacar con los laterales porque es defensivo, que no cree en un volante 10 y por eso va a subutilizar a James y Quintero en su esquema 4-3-3, que está convocando a jugadores que no han hecho méritos suficientes para estar en la Selección y un largo etcétera.

Muchos piensan que Queiroz llegó al banco de Colombia para revisar lo que en el pasado hicieron exitosamente Pacho Maturana, ‘Bolillo’ Gómez o Pékerman, y, con base en ello, acoplarse al estilo del fútbol colombiano en aras de ganar la Copa América o clasificar al Mundial. Gran equivocación. A Queiroz lo trajeron a la selección para que imponga su forma de ver, interpretar y practicar el fútbol, optimizando el talento del jugador colombiano. Y si confiaron en él, pues lo normal es que lo dejen hacer lo que considera necesario. Acierte o no, siempre tendrá detractores, algo inevitable cuando se trata de las decisiones de los directores técnicos.

Dicen, algunos, que su estilo, sobre todo por la particularidad de prescindir de un 10, va en contra de lo que ha sido el fútbol colombiano. Entonces, evocamos a la Colombia del ‘Pibe’ Valderrama y nos parece un exabrupto lo que quiere Queiroz. Y yo pregunto por qué. ¿Cuántos equipos en Europa juegan con un 10 clásico? ¿Es James el creativo del Madrid? No vayamos tan lejos. En Colombia, América de Cali fue campeón en el 2008 sin un 10, y lo dirigía uno de los mejores 10 que ha tenido el fútbol colombiano, Diego Édinson Umaña, asistido por otro talentoso de esa posición, Alex Escobar.

Que el técnico portugués no quiera usar un creativo clásico en la selección no significa que vaya a borrar a James o a Quintero. Y que James juegue como un extremo en Colombia, como lo viene haciendo en el Madrid, no implica que en determinados momentos de un partido no pueda ser ese 10 que filtre un pase entre los defensas y deje de gol a un delantero. El fútbol es un deporte que consiste en meter la pelota en un arco y el que más veces lo haga, gana. Pero, por fortuna, tiene miles de intérpretes como Guardiola, Ancelotti, Mourinho, Pochettino, Klopp, Gallardo, Rueda, Tite o Queiroz, que tienen su propia manera de buscar el gol. Y, claro está, saberse defender, como fórmula básica para construir ataque.
Olvidan los detractores de Queiroz que la gran mayoría de los jugadores colombianos juegan en Europa, donde les exigen un juego más vertical, rápido y efectivo, lejano al engolosinamiento innecesario con la pelota. Por eso me disgustaba el Cuadrado de Pékerman frente al Cuadrado de la Juventus. Ese mismo Cuadrado juega ahora por dentro, con Queiroz, y a veces se vuelve un 10 retrasado que sabe recoger la pelota y distribuirla.

Cuestionan también al portugués porque juega con cuatro defensas centrales en la zaga. Su primera misión, lo ha dicho el propio Queiroz, es defender y para ello utiliza a los jugadores que lo saben hacer. Pero defenderse con jugadores de ese estilo no significa ser necesariamente conservador. Imagino que si Colombia enfrenta a Bolivia en Barranquilla no saldrá con esos cuatro defensas centrales, sino con laterales con proyección. Son circunstancias que se ajustan a cada objetivo. A cada partido.

Dejemos trabajar a Queiroz. Sí, hagamos lo que siempre hacemos, jugar a ser técnicos también y elaborar nuestras propias alienaciones, pero saquémonos de la cabeza que al portugués lo trajeron para que se acople al estilo del fútbol colombiano. No. A él lo trajeron para que ejecute sus propias ideas y potencie lo que está acostumbrado a hacer cada uno de los jugadores de la selección en Europa. Cuando terminen la Copa América y las eliminatorias podremos juzgar si acertó o se equivocó. Cuando la Federación lo contrató, proveniente de la selección de Irán, me generó incertidumbre esa apuesta. Y aunque todavía no ha ganado nada, lo que he visto me cambió el panorama y tengo confianza. A mí sí me gusta Queiroz.

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