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En Colombia se intentó crear una nueva Liga. | Foto: Foto: Dimayor / El País

FUTBOL COLOMBIANO

Sí, en Colombia cualquiera puede ser campeón (opinión)

Contra la calidad se juega todos los días en el fútbol colombiano.

25 de abril de 2021 Por: César Polanía - Editor de Afición

Lo he leído y escuchado en varias partes: “cualquiera puede ser campeón de la Liga colombiana”. Una frase que no obedece propiamente al gran nivel del torneo, sino todo lo contrario.

Es tan irregular el comportamiento de los ocho equipos que han comenzado a disputar el campeonato, que en esas aguas de la incertidumbre cualquiera puede salir a flote y quedarse con el título.

Sucedió en las dos últimas ligas con América, un equipo que en el 2019, piloteado por Guimaraes, y en el 2020, por Cruz, navegó contra viento y marea, y al final llegó felizmente al puerto, ante el asombro y la incredulidad de todos.

En la fase del ‘todos contra todos’, la Liga fue emocionante, como suele suceder en una contienda donde ocho equipos clasifican. Tuvo más de un líder que se rotaba fecha tras fecha o en una misma jornada por la escasa diferencia de puntos en la tabla. Tuvo al bicampeón en vilo hasta el último momento. En fin. Pero la emoción no es sinónimo de calidad. Y contra la calidad se juega todos los días en el fútbol colombiano.

A los directivos del fútbol nuestro se les ocurrió desde el 2002 implementar los torneos cortos, renunciado a las temporadas competitivas de un año, como se juegan en Europa.

En nuestro fútbol, entonces, no hay planeación ni, mucho menos, objetivos precisos. Aquí, los directivos arman equipos para competir seis meses con lo que les den sus recursos, a ver qué pescan y si los acompaña la suerte propia o la desgracia de los rivales para alzar un trofeo. Termina un semestre y se acaba todo. Comienza otro semestre y a improvisar de nuevo.

Todo ello redunda en la falta de calidad. Porque los directivos se ven obligados —decisión de ellos mismos— a tener mente corta, sin ambición, sin proyecciones de largo aliento que les permitan conformar planteles realmente competitivos. Por eso, cuando los equipos colombianos salen a competir internacionalmente, son más las veces que hacen el ridículo que las que triunfan.

¿Por qué no volver a los campeonatos de un año, que les permitan a los equipos diseñar proyectos más serios y sólidos? ¿Atenta aquello contra la emoción? Todo lo contrario. ¿O es que antes del 2002 no era emocionante nuestro torneo? El punto está en diseñar buenas competencias, donde los equipos fuertes no dejen de serlo y los débiles sigan creciendo.

Lo que hoy vemos en el fútbol colombiano termina siendo un remedo de torneo, donde en una sola temporada hay dos campeones. Donde los técnicos van y vienen como mercancía barata. Donde los jugadores se ‘queman’ por tanto trasteo. Donde las canteras sucumben ante las urgentes prioridades de competir cada seis meses, porque hay que recibir la plata de la televisión. Donde cualquier proyecto deportivo, si se puede llamar proyecto, naufraga, y con mayor razón si Pimentel es dueño, presidente y técnico. Donde apagar incendios con la venta inusitada de futbolistas tiene que ser la tabla de salvación cada semestre. Donde cualquiera, entonces, puede ser campeón de la Liga colombiana.

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