FUTBOL COLOMBIANO

Alfonso Sepúlveda, el hombre con un gran olfato futbolístico para descubrir talentos

Hacer un inventario de esos jugadores bogotanos que él lanzó al estrellato es casi imposible.

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Alfonso Sepúlveda (izq.) junto a Adolfo el 'Tren' Valencia en su época de Santa Fe. | Foto: Diseño: El País

5 de may de 2020, 02:17 p. m.

Actualizado el 28 de abr de 2023, 08:46 a. m.

Alfonso Sepúlveda, quien falleció el pasado lunes 27 de abril a la edad de 85 años, fue todo fútbol. Siempre en Bogotá, y en Independiente Santa Fe. De él hablarán por mucho tiempo los hechos o, para ser más exactos, los nombres. Esos mismos nombres que convirtió en célebres, desde la sombra del anonimato en que prefirió vivir como entrenador de categorías inferiores.

Hecho en los potreros de la capital de la República, el profesor Alfonso encontró la forma de dar con el talento de origen en una tierra menos feraz que otras (como el Valle del Cauca, la Costa Pacífica, Antioquia y la Costa Caribe) en cosecha de buenos futbolistas jugadores. Y además, y para colmo de males, sin el biotipo que se reclamaba antes y que se exige aún más en la actualidad.

Hacer un inventario de esos jugadores bogotanos que él lanzó al estrellato, más los que llegaron de otras regiones a probarse en la institución para tener la suerte de caer en sus buenas manos es imposible.

Fueron tantos años como generaciones. Desde el ‘Copetín´Aponte y Alfonso Cañón, que despunta entre 1963 y 1964, hasta el juvenil Sebastián Pedroza, parte de la nómina actual de El León. Es decir, más de 60 años de trabajo, paciencia y mucho olfato en calidad de director técnico y descubridor.

Decir los mismos Aponte y Cañón, más Alonso ‘Cachaco’ Rodríguez, Ernesto Díaz, Moisés Pachón, Arturo Boyacá, Eduardo Niño, Wílmer Cabrera, Freddy Rincón, Adolfo el ‘Tren’ Valencia, Léider Preciado, e incluso Edwin Herrera (integrante de la reciente selección preolímpica) es muy poco.

Son decenas, centenares de muchachos, los que tuvieron la oportunidad de cambiar sus vidas y las de sus familias, gracias a un balón de por medio y los sabios consejos del maestro en procura de hacerlos mejores ciudadanos.

Y con una contribución más: la de sus legendarios guayos marca AS (Alfonso Sepúlveda), irremplazables instrumentos durante mucho tiempo en las canchas bogotanas de entonces, casi siempre vulgares peladeros. QEPD, Alfonso Sépúlveda.

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