El pais
SUSCRÍBETE
Cristiano Ronaldo chilena | Foto: El País

El gol que le costó diez años de trabajo a Cristiano Ronaldo

El delantero portugués consiguió uno de los goles más espectaculares de la Champions League. "Es el más bonito de mi carrera", dijo. Historia de una gesta casi imposible.

11 de febrero de 2021 Por: Jamir Mina Quiñónez / reportero de El País  

"Al fin y al cabo, somos lo que hacemos para cambiar lo que somos". 

Aquella frase del escritor Eduardo Galeano sintetiza, de alguna manera, lo conseguido por el futbolista Cristiano Ronaldo, y no solo por su exitoso presente en el fútbol mundial, ser el máximo goleador de Portugal, de la Champions, haber conseguido cinco Balones de Oro e innumerables premios colectivos e individuales, sino por su persistencia para reinventarse en el fútbol. 

Sobre Cristiano llueven -con razón- toda clase de adjetivos y no es para menos: rompió el récord del delantero Ruud Van Nistelrooy de anotar en más juegos seguidos de Champions (en total son diez partidos), y consiguió uno de los tantos que más anhelaba en su carrera. Un gol de chilena ante la Juventus que ya se perfila como el mejor en la historia de la competición y que el luso empezó a gestar desde hace diez años. 

Poco antes de llegar al Real Madrid, Cristiano lo intentó por primera vez en el año 2008, aún cuando todavía jugaba para el Manchester United de Inglaterra, pero fracasó. Con la pirueta tan solo consiguió un puñado de burlas de algunos analistas del fútbol. 

Fracasó porque su cuerpo no estuvo alineado de la manera correcta para rematar de espaldas al arco, pero Cristiano lejos de intimidarse lo intentó muchas veces más. 

Lea también: Prensa mundial se rinde a los pies de Cristiano Ronaldo por su espectacular gol ante la Juventus

Ya con el Real Madrid quiso rematar de chilena ante el Barcelona, Betis, Rayo Vallecano, Espanyol, Sevilla, Real Sociedad, Atlético de Madrid y otros cuantos más, pero siempre el resultado fue el mismo: fracaso y burlas. Incluso en un partido contra Sevilla en el aire -e intentado la pirueta- el balón le dio en la cara. Un panorama que a cualquier deportista lo hubiera llevado a replantearse ese preciado remate. 

Pero Cristiano no se amedrentó por las burlas y fracasos, lo siguió intentando. No se rindió, como en aquella ocasión en el 2003 cuando llegó al Manchester United y su director técnico Alex Ferguson lo condenó al banco de suplentes porque no encajaba en el juego. El trabajo fue su mejor aliado.

Meses después reinventó su posición en el campo: ocupó la banda izquierda y su despliegue físico acompañado de enorme técnica con el balón lo hicieron una pieza fundamental de los 'Diablos Rojos de Inglaterra'.

La rapidez de sus piernas para regatear rivales lo pusieron en la órbita del fútbol mundial, incluso amantes del fútbol recuerdan las fantasías del 'Batipibe' (como lo bautizó el narrador argentino 'Bambino Pons') en la Premier League. 

Tras su paso al Real Madrid en 2009, nuevamente mutó su forma de jugar. Cristiano se dio cuenta de que uno de los principales factores para seguir creciendo era su cuerpo, entonces equipó un gimnasio en su casa y entrenó con el mismísimo velocista Usaint Bolt para perfeccionar su técnica. 

Consiguió más musculatura en su cuerpo, pero perdió velocidad, por lo que abandonó la banda en el campo de juego y se centró en el gol: trabajó su espalda baja y potenció sus abdominales para sostener su figura más tiempo en el aire. Todo eso, alimentado por su olfato goleador y su pegada fulminante. 

En su carrera ha hecho goles de todo tipo: de penales, tiro libre, cabeza, con izquierda, derecha, fuera del área, en posición de delantero, de tacón, de bolea, con el pecho y un largo etc., pero ninguno de chilena, su trofeo más esquivo. 

En 2011 concedió una entrevista al lado del mítico delantero Hugo Sánchez, reconocido por sus goles de chilena, y Cristiano señaló que si algo le gustaría tener del jugador azteca era su capacidad para elevarse y rematar el balón de esa manera. 

Con ganas de conquistar ese peldaño, lo siguió intentado desde aquella vez que fracasó en el 2008. Precisamente 24 horas antes del partido por los cuartos de finales ante la Juventus en Italia, Cristiano lo intentó en el entrenamiento y una vez más falló: el balón se estrelló en el palo y el luso cayó desilusionado. 

Diez años después y en ese partido importante en Italia a Cristiano la suerte le sonrió en el minuto 64, donde por fin la técnica que en tantos días le pasó factura, en esta ocasión ratificó su puesto en la élite del fútbol mundial. 

La escena de por sí es hermosa: Cristiano en el área va en búsqueda del balón, se eleva 1,41 metros desde el suelo, se sostuvo por milésimas de segundo en el aire y con su pierna derecha extendida remató un balón que viajaba a 2,34 metros, casi a la altura del larguero, y lo depositó en el arco que defendía uno de los porteros más laureados de la historia, Gianluigi Buffon.

Ronaldo cayó y vio su obra maestra materializada, corrió a la banda a celebrar el gol que le tardó diez años en hacer, mientras la grada del Juventus Stadium lo aplaudía. "Es la primera vez que una hinchada rival se comporta así conmigo, estoy muy emocionado y lleno de gratitud", dijo el luso al finalizar el encuentro. 

La postal de Cristiano en el aire se tomó las portadas de todos los periódicos deportivos del mundo. Atrás quedaron las risas y memes que retrataban el fracaso cada una de las veces que falló. La gloria le llegó en abril del 2018 y su tanto se postergó para la eternidad. 

Y como bien lo dijo Galeano: 

"El gol es el orgasmo del fútbol. Como el orgasmo, el gol es cada vez menos frecuente en la vida moderna".

AHORA EN Deportes