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Deportivo Cali: Héctor Cárdenas, el DT que quiso ser portero

Aunque tiene 35 años y ya es técnico del Cali, la carrera de Héctor Cárdenas no ha sido fácil. Perfil del estratega que un día soñó con defender el arco verdiblanco.

21 de septiembre de 2014 Por: Daniel Molina Durango- Especial para El País

Aunque tiene 35 años y ya es técnico del Cali, la carrera de Héctor Cárdenas no ha sido fácil. Perfil del estratega que un día soñó con defender el arco verdiblanco.

Después de que se terminó el partido entre Deportivo Cali y Peñarol por Copa Sudamericana en Montevideo, el entrenador del conjunto ‘Aurinegro’, Jorge Fossati, salió de su banco técnico para estrecharle la mano a Héctor Cárdenas. A miles de kilómetros de la capital uruguaya, don Héctor Fabio Cárdenas observaba la imagen por televisión con una emoción que, él mismo dice, es difícil de describir. El padre del técnico ‘azucarero’, un señor amable de 60 años y cabellera blanca, comenta con alegría que está orgulloso de su hijo, quien hoy por hoy, a pesar de tener solamente 35 años, cumple con una destacada labor al frente del conjunto azucarero.Don Héctor Fabio sonríe, y lo hace porque sabe que el hecho de llegar al cuadro verde es un sueño que a su muchacho se le cumplió, pero de una forma distinta a como él se lo esperaba. “A él siempre le ha gustado el fútbol, yo también jugué, pero Héctor entrenó mucho porque tenía el sueño de ser arquero en el Cali”, dice su padre. Sin embargo, en la vida las cosas no siempre llegan de la forma que uno se lo espera. El actual timonel verde fue arquero incluso de la selección Valle, pero cuando quiso probar suerte en el equipo de sus amores, le dijeron que no tenía la estatura necesaria para desempeñar esa tarea.A partir de ese momento, don Héctor Fabio le aconsejó a su hijo que siguiera vinculado con el deporte más hermoso del mundo, pero de una manera un poco diferente.Entonces, Cárdenas, decidido a cumplir una nueva meta, empezó a estudiar en la Escuela Nacional del Deporte para ser técnico de fútbol. En ese momento no se le pasaba por su cabeza lo que el destino le iba a tener preparado. ***Sergio el ‘Checho’ Angulo ha sido una de las personas que ha seguido de cerca el crecimiento de Héctor Cárdenas como entrenador. Y lo conoce muy bien, porque en el año 2007 lo tuvo como asistente técnico en la selección Valle.“Lo conozco desde ese tiempo y más allá de una relación estrictamente deportiva lo veo como un amigo. Cuando trabajé con él en ese 2007 me di cuenta de que era un muchacho muy curioso, organizado y que tenía un gran manejo de grupo. La verdad, conformamos una dupla muy buena”.Y es que desde que se le metió en la cabeza el sueño de ser entrenador, Héctor trabajó en la selección Valle, en Boca Junior y As de Oros. Al mismo tiempo, también se la pasaba trabajando en la escuela de formación San Juan Bautista, que fue creada por su padre hace 22 años.“Venía mucho, pero a veces llegaba muy cansado. Fue ahí cuando yo le dije que por qué no probaba con mandar su hoja de vida al Cali o al América. Al principio no le sonó la idea, pero yo le manifesté que tenía que confiar más en sus capacidades”, relata don Héctor Fabio.Y así fue. En el 2011 Cárdenas sería contratado como entrenador para las divisiones menores del Cali, el equipo que años atrás no le había permitido jugar allí como portero. “A veces la vida tiene esas cosas. No logró esa meta, pero hoy está dirigiendo de forma merecida al equipo profesional”, sostiene ‘Checho’.Y es merecida porque en las divisiones menores del conjunto verde Héctor realizó un gran trabajo, siendo campeón en varias categorías y formando jugadores de gran nivel, que incluso hoy hacen parte del equipo profesional.Su primera gran oportunidad para dirigir al equipo iba a presentarse sobre el final del segundo campeonato del 2012. Luego de que Julio Comesaña saliera de la institución, Héctor fue elegido para orientar al Cali en los últimos juegos del año. “Papá, cuando me presentaron ante los muchachos casi no me sale la primera palabra, pero luego de que empecé a hablar, me empecé a tomar más confianza”, le contaría Cárdenas a su padre luego de dirigir su primera práctica.En esa primera experiencia, logró realizar ocho puntos de quince disputados, dejando una muy buena imagen.Tiempo después, particularmente a mediados de este año, tras la polémica salida de Leonel Álvarez del banco verde, la junta directiva decidió volver a llamar a Héctor Cárdenas, pero esta vez para ponerlo como técnico en propiedad y apostar por un proceso propio. ***Luego del primer partido del Cali en la presente Liga Postobón (que terminó 1-0 en Palmaseca a favor de Chicó), Cárdenas llegó a una reunión familiar que tenía prevista para esa noche hecho trisas. Porque su equipo no solamente había empezado mal en la Liga, sino que, como si fuera poco, periodistas de diferentes medios e hinchas ya empezaban a pedir su cabeza.En ese momento, comenta su padre, fue cuando todo empezó a cambiar para bien. “Yo lo llamé aparte ese día y le dije lo mismo de siempre, que confiara en lo que sabía, que los resultados pronto se le iban a dar, y efectivamente así fue”.Después de esa pérdida, el Cali empezó a levantar su nivel, estando hoy en día en los primeros lugares de la Liga y cerca de clasificarse a la segunda ronda de la Copa Sudamericana. “Lo principal ha sido la paciencia. Héctor es un hombre que planifica cada detalle, por más mínimo que sea, y además supo escoger la nómina para este semestre”, señala Sergio Angulo. “La diferencia que tiene con esa figura del técnico autoritario es que él es una persona humilde y que le ha sabido llegar a un grupo de jugadores que lo respeta. Preocuparse por sus dirigidos y saber cómo están es una de sus claves”, dice don Héctor. “El ‘profe’ es alguien que viene de abajo y que conoce muy bien a cada integrante del grupo. Tiene ideas muy nuevas que si florecen pueden cambiar al Deportivo Cali”, opina, por su parte, el capitán verde, Andrés Pérez. Cárdenas, un muchacho expresivo y a su vez reservado, como lo define su madre Alcira Berrío, es exigente consigo mismo y aprovecha cada momento libre pasa seguir estudiando los métodos de trabajo de Guardiola y de Mourinho, sus grandes referentes. Pero lejos del ámbito del fútbol, Héctor es alguien familiar, al que le gusta ayudar con el oficio de su hogar y que se muere por comer los blanquillos que le prepara su madre. Pese a que su sueño de atrapar balones bajo los tres palos no se le cumplió, por ahora está haciendo algo mejor: se encuentra atrapando con sus propias manos la aceptación de una hinchada muy exigente con él.

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